Los operativos para hallar con vida a los cuatro argentinos que navegaban en un velero y quedaron a la deriva e incomunicados en medio de una tormenta en alta mar, a la altura del puerto brasileño de Río Grande do Sul, fueron intensificados ayer.
Los operativos para hallar con vida a los cuatro argentinos que navegaban en un velero y quedaron a la deriva e incomunicados en medio de una tormenta en alta mar, a la altura del puerto brasileño de Río Grande do Sul, fueron intensificados ayer.
Ayer zarpó de la Base Naval Puerto Belgrano la corbeta ARA Gómez Roca (dependiente del Comando de la Flota de Mar, del Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada) para colaborar en la búsqueda y rescate de los náufragos del velero argentino, entre los que se encuentra el reconocido oftalmólogo Jorge Benozzi, oriundo de la ciudad bonaerense de San Pedro.
Además, la aeronave de exploración P3 Orión operaba desde la estación aeronaval Ezeiza a partir de las 13 de ayer, dada las malas condiciones meteorológicas reinantes en el aeropuerto de Río Grande Do Sul.
Comunicación constante. Asimismo, la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate Marítimo de Puerto Belgrano mantenía comunicación permanente con familiares de los tripulantes y con la oficina SAR (“Search and Rescue”) de Río Grande Do Sul para actualizar la situación del rescate de los tripulantes del velero declarado en emergencia desde el martes de la semana pasada.
En tanto, el remolcador Tritao, de la Marina brasileña, y la corbeta Rosales, de la Armada argentina, continuaban en la zona con las tareas de búsqueda.
También el área era sobrevolada constantemente por aviones, que realizaban un intenso rastrillaje por aire.
El pasado martes, el velero se declaró en emergencia y desde entonces nunca más hubo comunicación con la nave.
Los otros tres tripulantes son Horacio Morales, Alejandro Vernero, cardiólogo del Hospital Pirovano, de Buenos Aires, y Mauro Cappuccio, pareja de la hija de Benozzi.
Todos se encontraban a bordo de la embarcación Tunante II, de 12 metros de largo, afectada por un temporal con vientos de más de 70 kilómetros por hora y olas de hasta ocho metros de altura.
En un momento de la búsqueda, se conoció el pasado viernes que habían sido hallados el mástil y las velas del velero, pero horas más tarde se conoció que los objetos encontrados en el mar no pertenecían a la embarcación, sino que eran restos viejos de otro buque o de un barco pesquero.