Sergio Schoklender dijo ayer que la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, era quien tomaba las decisiones en la fundación del organismo de derechos humanos, y que su hija, Alejandra, gestionaba los subsidios para la entidad porque era funcionaria del gobierno de Daniel Scioli y que allí podrían haber existido irregularidades en el manejo de fondos.
Schoklender declaró ante el juez federal Norberto Oyarbide y asumió su "responsabilidad y liderazgo" de la Misión Sueños Compartidos, pero negó haber desviado fondos que el Estado destinó a la entidad para construir viviendas sociales, tal la imputación por la que está detenido, informaron fuentes judiciales.
Además, consideró que nunca pudo haber cometido un fraude al Estado porque sostuvo —en una curiosa interpretación— que los fondos eran privados, ya que a su criterio dejaban de tener el carácter de públicos una vez que ingresaban a la Fundación Madres de Plaza de Mayo.
Mala gestión.El mayor de los hermanos Schoklender sostuvo que "la única irregularidad que a su criterio podría haber existido" en el manejo de los subsidios "correspondió a Alejandra Bonafini, ya que era quien los gestionaba", dijeron los voceros.
Schoklender explicó que eso ocurría porque la mujer era funcionaria del Ministerio de Desarrollo Social bonaerense y contratada por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, y empleada de la fundación por orden de su madre con "un sueldo alto".
El enfrentamiento con Alejandra, quien será indagada hoy por Oyarbide, es abierto. Ayer se conoció un escrito que la mujer presentó el mes pasado ante la Justicia y en el que sostuvo que "desconfiaba profundamente" de Sergio Schoklender por "sus manejos" (ver aparte).
Sergio quedó detenido hace dos semanas cuando se presentó a comparecer ante Oyarbide y por esa situación se negó a declarar, pero pidió una fecha para hacerlo, la que fue fijada para ayer.
Cumpleaños. Schoklender ingresó al juzgado de Oyarbide a las 10.55. Llegó esposado y protegido por un chaleco antibalas. Era un día especial para él: el de su cumpleaños número 54 y el 31er. aniversario del crimen de sus padres, por el que fue condenado a perpetua junto a su hermano Pablo, ahora también detenido en la causa del desvío de fondos públicos.
Sergio Schoklender declaró durante cuatro horas —se suspendió a pedido del imputado, quien alegó sufrir dolor de cabeza—, en las que sostuvo que las decisiones en la fundación las tomaba Hebe de Bonafini por ser la presidenta del consejo de administración de la entidad y que él tenía un mandato de ese organismo.
Señaló que dividió a la fundación en diferentes áreas de gestión que "respondían directamente a Hebe de Bonafini".
Sin embargo, los investigadores relativizaron esa versión al explicar que Schoklender no podía desconocer el manejo de los fondos porque durante la instrucción de la causa se descubrió documentación que da cuenta de que el ex apoderado fue socio fundador de la fundación e integrante del consejo de administración junto a Hebe y otras tres Madres de Plaza de Mayo.
En esa línea se había expresado la semana pasada Pablo Schoklender, quien también dijo que Hebe tomaba las decisiones en la fundación, como la de echar a su hermano y de ordenar el pago de sueldos.
Schoklender también afirmó que tras su partida de la entidad Bonafini echó a todos los empleados, paralizó los pagos y tuvo una "respuesta fácil y cómoda": echarle la culpa a él al decir "vayan a cobrarle a Schoklender que se robó la plata".
Desvío millonario. Al mayor de los hermanos se le imputa haber desviado unos 280 millones de pesos a través de cuatro cuentas bancarias de la fundación, de cheques y dinero en efectivo a través de empresas como Antártica Argentina y Meldorek, y de otras posibles irregularidades como falsear balances y facturas, construir viviendas con materiales de la fundación y no pagar las cargas sociales de los empleados.
Al respecto sostuvo que las cuentas bancarias eran manejadas por las direcciones contable y financiera de la fundación, que implementaban las políticas a seguir, y "las eventuales órdenes o requerimientos desmedidos de Bonafini, las Madres, sus hijas y sus acólitos".
También señaló que tenía conocimiento sólo de las cuentas que en el exterior tenían Hebe de Bonafini y Mercedes Meronio, presidenta y vice de la fundación, quienes públicamente dijeron que allí recibían donaciones.
Sergio está acusado de ser el jefe de una asociación ilícita, mientras que su hermano Pablo y el contador Alejandro Gotkin están sindicados de ser los organizadores. Los tres están detenidos en la cárcel de Ezeiza. Por pedido de Pablo, los hermanos se encuentran en celdas separadas.
Cerró el Colegio Jean Piaget
Cerró sus puertas el Colegio Jean Piaget, al que iba el hijo de Sergio Schoklender. Cuando estalló el escándalo en la Fundación de las Madres entró en crisis el referido colegio de Chacarita, donde Sergio y su socio Alejandro Gotkin invirtieron a partir de 2010, ya que todos los inversores cercanos a Schoklender se esfumaron de la institución, que quedó a la deriva. El resultado fue la falta de dinero, sueldos adeudados y padres enojados. A partir de allí comenzó la agonía del instituto educativo que en 2012, y en un intento de los padres de los alumnos por salvarlo, cambió su nombre a Comunidad Educativa Roseti. No lo pudieron lograr. Otra víctima de un caso con muchas ramificaciones.