Patricio Rambaudi asumió este año como entrenador de la primera división de damas de Atlético del Rosario con una premisa: devolverle a el equipo la esencia que siempre lo caracterizó, la del buen juego. Tras algunos años magros, en los que los títulos quedaron lejos y costó aceitar la maquinaria por distintos factores, llegó la renovación, con frutos que ya van apareciendo. Este fin de semana, Plaza cerró la Liga Nacional de Clubes de Mendoza con un muy merecido tercer puesto, siendo además el mejor de los cuatro equipos rosarinos que dijeron presente en el certamen. Y fue también el más destacado de la fase regular del Torneo del Litoral, en el que ya espera en semifinales a Gimnasia y Esgrima. A esta propuesta, a los logros que ya llegaron y a los próximos objetivos se refirió el DT.
“La emoción que se vio este fin de semana tiene que ver con que arrancamos el 2015 con un panorama difícil, con un equipo que no venía de sus mejores años. Nos propusimos llevarlo de vuelta arriba. A nivel local lo veníamos demostrando pero a nivel nacional siempre es el doble de complicado. Primero porque torneos como la liga son destructivos para el físico de las jugadoras (juegan cinco partidos en cuatro días), inhumanos y sin embargo se la aguantan, pelean, hay equipos de buen nivel y se juega a morir. Conseguimos un resultado ahí, así que estoy feliz”, le dijo Rambaudi a Ovación.
El DT señaló que el grupo “tenía ganas de jugar la final” de la liga, situación que no se le dio tras caer ante River (después campeón) en semifinales, pero a pesar de ello el plantel pudo recuperarse para buscar el bronce ante Popeye de Salta. “Antes de empezar ese partido por el tercer puesto veía a las chicas cantando y se me ponía la piel de gallina. Es un grupo de gente muy dedicada, muy humilde deportivamente hablando, que se entrenó muy bien, que confió en nosotros. Que te respondan tan rápido, que te respeten y cumplan con todo lo planteado al pie de la letra habla de un grupo solidario, enfocado y con ganas de ganar”. Para Rambaudi, Atlético del Rosario no es un terreno desconocido. Desde hacía seis años entrenaba la línea B. Lo que no esperaba era este funcionamiento y resultados inmediatos.
Plaza tiene hoy un equipo cuasi ideal, porque no sólo cuenta con jugadoras que entienden muy bien el juego (de buen pie dirían en el fútbol), sino porque esas jugadoras se complementan bárbaro con las más chicas y las de la camada intermedia. “Necesitamos más de eso pero sabemos que es difícil sostener a la gente que ya tiene sus proyectos de vida. Ojalá podamos hacerles entender que el grupo las necesita un tiempo más”, comentó Rambaudi, ya ilusionándose con un futuro cercano, el 2016. Es probable que Cora Erbetta, por ejemplo, con 35 años e ideas de agrandar la familia ya no esté. Y ella, su hermana Tania, Guadalupe y Pilar Méjico, Martina Nogués y otras experimentadas son la columna vertebral de este equipo.
Más allá de lo que hizo recientemente en la liga, en la que perdió el único partido del año en semifinales ante River, Plaza marcó el ritmo en el Torneo del Litoral, de punta a punta. Fue primero de la fase regular con 58 puntos conseguidos en 22 fechas y fue directamente a semifinales, instancia en la que espera por Gimnasia. El certamen doméstico le viene siendo esquivo desde hace varios años también, por lo que espera que lo hecho en Mendoza sea una inyección anímica para lo que viene. “Ahora hay que enfocarse en ello, aunque termine como termine, el año será muy bueno”, dijo Rambaudi, quien no escatimó elogios para sus jugadoras por lo realizado hasta acá: “Se entrenaron y se predispusieron todo el año. Este equipo tiene calidad, cabeza, piernas, ovarios e historia. Tiene todo eso junto y no duda en ponerlo todos los partidos adentro de la cancha”.
Con un equipo renovado e inteligente, que no le escatima a la propuesta de buen juego, Plaza reaparece en los primeros planos. Dio el primer paso en la Liga Nacional con un bronce que sonó a campeonato. Y quiere más en el Litoral. Que lo dejen o no será otra cuestión. Pero ya es todo un logro que un histórico del buen paladar esté de pie otra vez.