El ahora no es una cosa liviana del momento, un toco y me voy. Para Pedro Aznar no hay nada más importante que el ahora. "Cuando uno se libera de esas ataduras de pensar el tiempo como una línea infinita de puntos empieza a pasar otra cosa, uno empieza a levantar la cabeza en lo eterno. Y lo eterno es lo que ahonda, lo que tiene la cabeza en el cielo y la raíz en la tierra", dijo Aznar. El bajista y compositor presenta hoy, a las 21.30, su flamante disco "Ahora", en el teatro El Círculo (Laprida y Mendoza). El ahora es amor, vida y música, y Aznar lo cuenta así.
—¿El título del disco tiene varias acepciones, pero en verdad defendés el ahora o cuestionas el ahora, como en el hip hop, que desafías el presente y porque decís que "ahora ni siquiera es"?
—En realidad cuando digo "ahora ni siquiera es" me estoy refiriendo a una cosa más filosófica, como que no sabemos qué decimos cuando decimos ser. Lo que involucra el verbo ser es demasiado grande para definirlo y no somos del todo conscientes de que estamos diciendo lo que decimos. Y el ahora, el momento presente, es algo que trasciende la idea del tiempo. Por eso en la letra digo que ahora no es mañana, ahora no es después, no es pasado, no es futuro, no es un punto estanco entre medio de dos bueyes que tiran para lados opuestos, sino que es otra cosa, es un estado absoluto de raigambre, es un estado de raíz que se esconde en la tierra, lo digo metafóricamente, es vivir con absoluta profundidad el momento, y cuando uno se libera de esas ataduras de pensar el tiempo como una línea infinita de puntos empieza a pasar otra cosa, uno empieza a levantar la cabeza en lo eterno. Y lo eterno es lo que ahonda, lo que tiene la cabeza en el cielo y la raíz en la tierra, lo que se ocupa de sí hasta las últimas consecuencias, entonces cuando digo qué es es, qué estamos diciendo cuando decimos es, ahora ni siquiera es, y no es que el ahora no existe, sino que ahora ni siquiera se preocupa con el significado de ser, está más allá de eso.
—¿Y qué pensás de los que, cuando sufren un desengaño muy grande, dicen "hay que vivir el ahora", o sea disfrutá lo inmediato, olvidate del pasado, no pienses en el futuro y viví el ahora?
— Eso está dicho siempre a tontas y a locas, "no midas las consecuencias", "tirá la casa por la ventana". Eso es otra cosa, aunque está relacionado con el ahora que te digo. El ahora que yo hablo es un ahora que te dice no saques cuentas de nada, no vale la pena, porque te aleja del vivir.
—Al disco le veo dos facetas clave, un costado ecologista, una crítica hacia la sociedad de consumo y sobrevuela todo el disco un estado de amor. ¿Cómo llegaste a cantarle al amor lejos de lo cursi?
—Bueno, en un momento yo digo "eso que algunos llaman pan de eternidad, eso es querer la vida para dos". Y te digo que para redondear la idea de lo que me decís, te digo que ahora es amor y amor es ahora, las dos cosas van de la mano.
—Y hablando siempre del ahora con la profundidad que le das a la palabra a lo largo de todas estas nuevas canciones.
—Exactamente, y ese amor del que se habla en el disco tiene que ver con ese estado de presencia. Si podés realmente sentir tu presencia en el ahora, como dice la canción, y podés sentir tu presencia, la presencia de todo se te hace cabal, todo brilla con una nueva luz, todo se convierte en revelación, todo es una epifanía, todo es maravilla. Por supuesto que es un estado que uno en lo cotidiano no puede mantener constantemente, ¿no? Si no estarías inmovilizado por el asombro (risas).
—Esto tiene que ver con un momento feliz tuyo con tu pareja, pero me parece que trasciende también ese tipo de relación, porque además le cantás a tu madre Rosa, a quien la citás en minúscula.
—Sí, lo puse en minúscula para darle a ella la entidad de la flor. Esa historia nació de lo que me contó mi hermana, tras la muerte de mamá. Mi vieja amaba las plantas y tenía un jardín, que muchas veces se lo cuidaba yo, y ella amaba especialmente una planta de jazmín. Y mi hermana me contó que estaba tan dolida por la pérdida de nuestra madre, que estaba ansiando algún tipo de mensaje que le contara que mi madre estaba bien. Y en eso estaba cuando un día encontró que en la planta de jazmín, totalmente fuera de temporada, había una sola flor en la época que los jazmines no florecen. Ella quedó conmovida y se sintió muy contenta porque sintió que era un mensaje de mamá.
—¿Cómo fue grabar en Abbey Road, dirigiendo una orquesta de 22 músicos, en el mismo lugar donde grabaron Los Beatles?
—Es una emoción muy grande. Yo había trabajado ahí en el año 94, en la orquestación de “Ya no hay forma de pedir perdón”. O sea, ya había hecho la peregrinación a Tierra Santa (risas), y eso me sacó un poco de presión, pero esta era una nueva peregrinación. En realidad era apenas la tercera vez que dirigía, sigo siendo un director muy novel, y encontrarme entonces en ese lugar dirigiendo estas canciones, era un desafío muy grande, y me lo propuse más que nada para pasar deliberadamente por ese voltaje emocional.
—En la tapa del disco se ve una hoja y un ojo, como si fuera una mirada hacia tu interior.
—Exactamente, tiene algo de la mirada del alma, y tiene algo de la mirada de un símbolo casi egipcio. La tapa es un bosque que te mira.
—Hoy sos más Pedro Aznar que nunca y no sólo un ex Serú Girán. ¿Es un orgullo?
—Sí, es una gran alegría, más allá que Serú Girán son familia. Es muy reconfortante y es un logro personal muy grande, siempre lo hice de una manera fiel a lo que tenía que hacer. Quizá buscando el camino más largo, pero con absoluta transparencia y honestidad.
Sutil, íntimo y crítico
“Ahora” es un disco en el que convive el costado ecologista, el de denuncia a la sociedad de consumo, y un sobrevuela un estado de amor, que va mucho más allá de un enamoramiento fugaz. La música va del pop beatle al hip hop, pasando por costados intimistas y orquestaciones que cortan el aliento por la sutileza. Es un trabajo conceptual, de lo mejor de la carrera de Aznar.
Una charla con el artista
Pedro Aznar ofrecerá mañana, a las 18, una charla abierta sobre poesía, arte, creatividad y música, en el teatro La Comedia (Mitre y Ricardone), con entrada libre y gratuita. La actividad es con entrada libre y gratuita y está organizada por la Facultad Libre de Rosario e invita la Municipalidad de Rosario. Como parte de la programación se presentarán además las Marionetas Orsini.