Las primeras delegaciones de peregrinos rosarinos que van a ver al Papa Francisco a Brasil partieron ayer de la terminal de ómnibus de Rosario en medio de un clima bullicioso de algarabía y mucha emoción.
Las primeras delegaciones de peregrinos rosarinos que van a ver al Papa Francisco a Brasil partieron ayer de la terminal de ómnibus de Rosario en medio de un clima bullicioso de algarabía y mucha emoción.
Unas 60 jóvenes estudiantes partieron en viaje organizado por el Opus Dei. Alrededor de Las 18 se subieron al ómnibus rumbo a Río de Janeiro. "Viva el Papa; nos vamos a Río", coreaban chicas de 16 a 30 años.
Las delegaciones seguirán partiendo hoy y también mañana desde el parque Independencia. Otros rosarinos saldrán en avión. Los inscriptos en los grupos religiosos son alrededor de 1.000 pero muchos otros particulares harán la experiencia por su lado y podrían sumar 1.500.
Los argentinos que irán a ver al Papa se calculan en mas de 50.000 en todo el país.
Ana, estudiante de ingeniería de la UNR, contó: "Estoy muy emocionada porque es la primera vez que voy a un evento como la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), y también la primera vez que voy a Brasil. Me había quedado con ganas de ir a la ultima JMJ que se hizo en Madrid en 2011, y esta fue la oportunidad. Además, el Papa argentino seguro la hará inolvidable".
Julieta, estudiante de Comunicación, confesó que espera pasarla "bárbaro". "Me voy a encontrar con muchos chicos que viven mi misma fe y encima con el Papa que en momentos así es como un padre que nos une a todos".
Mientras tanto se sucedían los abrazos, las despedidas, las fotos. En un momento, una de las chicas desplegó una bandera argentina y estalló la emoción. Todas se pusieron las remeras rojas con el logo de la JMJ y coreaban cantando: ¡"Viva el Papa!" Y sonaban los aplausos.
Cuando todas lograron subir, estalló un fuerte aplauso. Las jóvenes empezaban el largo viaje que habían planeado por meses. Ahora les espera una travesía de tres días para que los sueños de compartir la fe con jóvenes del mundo entero, y con un Papa argentino, se haga realidad.
La misión. El Papa Francisco comenzará el lunes una visita de una semana a Brasil, donde se reencontrará con América latina, la región que más católicos tiene en el mundo. Solo en Brasil se calcula que hay 140 millones de católicos, el 74 por ciento de su población de 194 millones de habitantes. En Argentina se calcula que 25 millones de personas se confiesan católicas.
Entre improvisaciones y baños de multitud que pondrán a prueba a los servicios de seguridad, el Papa Francisco quiere imponer un nuevo sello en la Jornada Mundial de la Juventud, pero con escenografías menos grandiosas que las de Juan Pablo II.
Uno de los grandes símbolos de la JMJ, el papamóvil panorámico, se ha quedado en el garaje: el portavoz del Papa, el jesuita Federico Lombardi, anunció que el pontífice no usará el vehículo blindado de sus predecesores durante su semana brasileña.
"Es una elección del Papa, en continuidad con lo que hace" en Roma. Un jeep blanco Mercedes, el que usa cada semana en la plaza San Pedro, y otro jeep verde, de reserva, han sido enviados ya a Río.
A pocos días de la llegada del Papa, una pregunta sigue sin respuesta en Brasil: ¿qué harán las fuerzas de seguridad para evitar que las protestas organizadas a través de las redes sociales terminen en disturbios y violencia? El gobierno teme que se repitan los enfrentamientos entre policías y manifestantes que sacudieron el país en junio, durante la disputa de la Copa Confederaciones, y aún se renuevan, y para ello armó un impresionante esquema de seguridad, que la semana próxima movilizará a casi 14.000 efectivos policiales y militares en Río de Janeiro.
El despliegue de seguridad incluye además a buques de la Armada, helicópteros de la Aeronáutica y carros blindados del Ejército, además de un sistema antiaéreo comprado en Alemania.