El ministro italiano del Interior, Roberto Maroni, reconoció ayer en el marco de
la primera asamblea pública del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) que el tráfico
de órganos de menores de edad (en especial inmigrantes) existe en Italia.
"Tenemos las evidencias de tráfico de órganos de menores que están presentes o
fueron detectados en Italia", declaró Maroni.
Se refirió en particular a menores inmigrantes y anunció que para enfrentar el
problema será puesto en práctica el acuerdo internacional que crea en Italia, al igual que en otros
países europeos, un banco de datos nacionales del ADN.
Explicó que las evidencias del delito se han encontrado con el análisis cruzado
de datos sobre niños inmigrantes desaparecidos tras arribar a la isla de Lampedusa y las
informaciones sobre tal tráfico enviadas por la Interpol.
Precisó que "muchos" menores inmigrantes desaparecen todos los años en
Italia.
Señaló que en 2008 arribaron a Lampedusa, principal puerta de entrada de las
lanchas con inmigrantes ilegales que parten del norte de Africa, 1.320 menores de edad, de los
cuales 400 han desaparecido.
"De ellos no tenemos ninguna noticia. Cruzando ese dato con algunas denuncias
sobre el tráfico de órganos, llegadas de los países de origen de estos menores, podemos concluir
que ese fenómeno afecta también a nuestro país", añadió.
"Cuando los menores arriban a Italia son explotados, abandonados o hasta usados
en la explotación sexual o para la obscena práctica del tráfico de órganos", añadió.
Anunció que en las próximas semanas el gobierno pondrá en práctica un plan de
escolarización de niños inmigrantes o que habitan en campamentos gitanos.
"Iremos por ellos, los llevaremos a la escuela y si es necesario se los
quitaremos a quienes no los quieren llevar", advirtió.
Asimismo, Maroni aseguró que ningún menor será expulsado del centro de
permanencia temporal de inmigrantes de Lampedusa y que, al contrario, serán llevados a centros y
comunidades especiales.