Un muchacho de 26 años peleaba ayer por su vida después de que el viernes a la noche recibiera un balazo en la cabeza cuando se dirigía junto a un amigo a cerrar la compra de un auto llevando 30 mil pesos en sus bolsillos. El hecho sucedió pasadas las 22 de anteayer en calle Bielsa entre Pedro Lino Funes y Rouillón, en la zona más empobrecida de barrio Ludueña. César Luis Ayala, empleado de comercio, recibió un disparo que le perforó el cráneo y le dejó orificios de entrada y salida. Ayer permanecía internado en la sala de terapia intensiva del hospital Centenario en grave estado, en coma grado 4 y asistido por un respirador artificial.
De acuerdo al relato del único testigo del hecho, Alejandro V., de 24 años y acompañante de la víctima, ambos fueron atacados a balazos por dos hombres que circulaban en una moto y que los emboscaron. Presa del pánico, Ayala se bajó de su vehículo y corrió perseguido por uno de los maleantes hasta ser baleado.
Algunas contradicciones en las que incurrió el amigo de Ayala y el hallazgo del dinero entre sus pertenecias motivaron que el juez de Instrucción Javier Beltramone, quien investiga lo ocurrido, ordenara que la policía le tomara declaración informativa (paso intermedio entre la testimonial y la indagatoria) y fuera demorado en la comisaría 12ª.
Zona difícil. "No anden con la cámara así, a la vista, porque acá te la van a robar", advirtió ayer al mediodía una adolescente al equipo de trabajo de La Capital en French al 3100 o 6200, según la doble numeración que opera en ese sector de Ludueña. En esa cuadra, en una casa humilde y a metros de calle Campbell, vive César Ayala. En su casa no había nadie. Su familia lo asistía en el hospital esperando un milagro, ya que el muchacho está en el más severo de los grados del estado de coma.
De acuerdo a lo que se pudo reconstruir, entre el diálogo con vecinos y fuentes de la pesquisa, Ayala trabaja en una sucursal de una cadena de supermercados de capitales argentinos. Los últimos días el muchacho había solicitado un préstamo para comprarse un auto que había visto en una página de internet. Y el viernes había ido a ver junto a uno de sus cuñados, en inmediaciones de Pellegrini y Gutemberg, otro vehículo que le interesó.
Ya por la noche se contactó con su amigo Alejandro V. y juntos fueron en el auto de este último a cerrar la transacción, que rondaría los 30 mil pesos. A partir de que Ayala se subió al Renault 18 de Alejandro y llegaron a barrio Ludueña, sólo se conoce lo ocurrido por el relato de este muchacho, quien ante los policías dijo que circulaban por calle Bielsa cuando, entre Pedro Lino Funes y Rouillón, se les acercó una Honda Twister oscura en la que viajaban dos hombres, ambos con casco y los interceptaron.
Disparos. En ese lugar uno de los motociclistas abrió fuego hacia el auto en el que iban Ayala y Alejandro V. Ante la agresión, detuvieron la marcha del vehículo y preso del pánico, César salió corriendo hacia calle Rouillón perseguido por uno de los maleantes.
Alejandro contó que a él le dieron un golpe en la espalda y que a los pocos minutos el delincuente que había corrido a Ayala regresó hasta donde estaba la moto, se subió y se fue con su cómplice. Luego, él se acercó hacia calle Rouillón y a la altura del 400 bis halló a su amigo tirado en el piso, con un balazo que le había atravesado la cabeza de derecha a izquierda. Varios vecinos llamaron al 911 y cuando el móvil de la seccional 12ª llegó al lugar se topó con la misma escena. A Ayala lo asistió una ambulancia del Sies y llegó en estado desesperante al Centenario.
El dinero. La precisión con la que se movieron los ladrones al emboscar a dos hombres en un auto, uno de ellos con 30 mil pesos en su bolsillo, en esa zona de Ludueña y algunas contradicciones en las que incurrió Alejandro V., lo colocaron en el ojo de la tormenta.
Las dudas surgieron en que el muchacho hizo dos relatos diferentes sobre quién llevaba el dinero, que finalmente apareció entre sus pertenencias. Ante eso debió prestar declaración informativa y la policía comenzó a trabajar sobre la frágil descripción que brindó acerca del dúo de ladrones.
En ese marco, ayer a la mañana realizaron un allanamiento en el barrio Nuevo Alberdi con resultado negativo y por la tarde se aprestaban a realizar otros operativos. El hecho es investigado por la comisaría 12ª y la sección Homicidios de la policía rosarina. El fiscal de la causa es Enrique Paz.