Las tragedias siempre desatan la solidaridad. Detrás de cada pérdida hay manos que se entrelazan para ayudar y la inundación de La Plata fue un ejemplo más de los tantos que se dan en este país. En Rosario la movida solidaria fue sorprendente y superó todas las expectativas. ¿Quiénes canalizaron la ayuda? Estas son sólo dos historias de las tantas anónimas que pueden dar respuesta a esa pregunta.
Jorgelina de la Torre y Ramona Domínguez rondan los 40, tienen sus familias y la vida les dio un vuelco cuando hace tres años empezaron a movilizarse por la solidaridad. Mientras acompañaban a los padres de Valentina Silguero, una beba de 16 meses que espera en el Hospital Vilela por un trasplante de corazón, relataron cómo empezaron esta aventura que la semana pasada provocó la mayor convocatoria local para ayudar a los inundados de La Plata.
“Fue todo muy natural”, afirman. Ambas ayudaban en algunos barrios de Rosario y realizaban acciones aisladas, pero un día decidieron comenzar una organización que fuera puente entre los necesitados y los que pueden ayudar. Así, en una charla entre amigas surgió Rosario Solidaria, que la semana pasada movió a más de mil personas y junto a otras organizaciones logró enviar siete camiones con 160 toneladas de donaciones para los platenses.
Esta pequeña idea hoy se convirtió en un núcleo que centraliza cientos de iniciativas solidarias. “Nosotras no somos nada, la gente es quien lo hace todo. Rosario Solidaria es el trabajo en red con otras organizaciones y la suma de la colaboración de todos”, dice Jorgelina, más conocida como Jor, que nombra a Olga Jordán, de la Red Solidaria de Organizaciones Comunitarias de Rosario, como quien la empujó a seguir con esta idea.
Los orígenes. Ramona a quien todos llaman Mina, cuenta sorprendida y maravillada cómo surgió aquello que al principio fue un sueño y hoy es realidad. “Nunca pensé que tanta gente se iba a sumar a las propuestas para ayudar y sin embargo cada vez son más”, dice y relata que trabajó en villa Itatí, La Tablada, La Boca y en el Instituto de Rehabilitación del Adolescente Rosario (Irar), donde coordinó un taller de radio.
Jor cuenta que su historia comenzó de la mano de Florencia Staffieri, una chica que necesitaba una donación de médula. “Empecé en la ONG Donemos Vida. Por eso creo que a ella le debo mi vocación solidaria. Ahí me di cuenta de que había que hacer mucho más”, confiesa.
“Empezamos por contagiar a nuestros amigos y parientes. Y después viralizamos las iniciativas a través de las redes sociales y la respuesta fue increíble”, continúa Jor. La primera acción de envergadura fue “Rosarinos abrazan al sur”, que se organizó hace tres años luego de la explosión del volcán Puyehue en Río Negro. Desde ahí no pararon.
Luego llegó un té desfile con el cual pudieron comprar 500 pares de zapatillas para los chicos de los Hogares de Protección al Menor (Hoprome) que atiende el padre Tomás Santidrián. También recolectaron consolas de videojuegos y se las llevaron a los chicos internados en el servicio de Oncología del Hospital Vilela, armaron mantas de lana para los que pasan la noche en la calle, congregaron jóvenes para pintar un hogar de la obra Don Orione, juntaron tapitas plásticas, armaron festivales para niños e hicieron colectas para comedores. Apoyan la movida de la donación de órganos, la de los padres de chicos con autismo, armaron un curso para armar turbantes para mujeres con cáncer y una colecta de útiles escolares con la Universidad Nacional de Rosario.
Más compromiso. “Nuestro foco es trabajar desde Rosario hacia el país, y fomentamos el compromiso solidario, trabajar juntos para buscar la solución”, dice Jor. Mina agrega: “Lo nuestro no es dar lo que sobra, sino estar con quien lo necesita y hacer todo lo que podamos por ayudar”. Ninguna de las dos acuerda con el asistencialismo. Tanto una como la otra conjugan la solidaridad con su actividad profesional y familiar. “Hay que organizarse bien”, aconsejan.
—Mina, ¿hay días en los que no tenés ganas de seguir?
—La verdad es que sí, pero cuando pensás que alguien te está esperando, ponés el foco ahí y salís.
—¿Las abruma ver tanto dolor?
—(Mina). Muchas veces sí, pero mi refugio es mi familia, mi marido y mis tres hijos, sin ellos no podría hacer nada, por más que a veces se quejan de que su mamá no esté tanto con ellos por Rosario Solidaria.
—(Jor). Cuando ponés el cuerpo no podés parar y si no fuera por mi marido, que con su sangre irlandesa también tiene una gran voluntad de ayudar, y mis cuatro hijos, seguramente no estaría en esto. También mis padres son un gran apoyo y un ejemplo, porque siempre estuvieron metidos en cuestiones solidarias.
—¿Qué hacen cuando ven a los chicos pedir en la calle?
—(Mina). Yo les doy, pero me parte el alma y me enfurezco porque veo a un Estado ausente que no se ocupa de estos chicos que están trabajando en la calle.
Las dos están convencidas de que el trabajo que hacen sale adelante porque hay mucha gente que quiere ayudar.
Son apasionadas, fuertes y reconocen que muchas veces se llevan la vida por delante. Quieren pasar desapercibidas y subrayan que Rosario Solidaria “es la gente, nosotras somos un eslabón más. No importa cual, sino que la cadena sea fuerte y esté unida”, remataron.
Sus historias son como las de tantos que anónimos y solidarios emergen ante la adversidad. Esa que le da pelea a la falta de previsión del Estado ante las catastrófes y que siempre está presente.
Gran movida en el Monumento
El 28 de abril, de 14 a 19, en el marco del cierre de la Semana del Voluntariado Juvenil, Rosario Solidaria junto con otras organizaciones de la ciudad realizarán en el Monumento a la Bandera un gran encuentro donde anotarán a los que quieran ir a ayudar a La Plata. Además, juntarán elementos concretos para esa ciudad, habrá tejedoras que unirán cuadraditos de lana para enviar mantas, realizarán una colecta de ropa para centros comunitarios de Rosario, juntarán tapitas de plástico para el Hospital de Niños Víctor J. Vilela y habrá intervenciones de artistas y también de jugadores de Newell’s y Central. También vendrá gente de los centros de acopio de donaciones de La Plata para contar cómo se está distribuyendo la ayuda.