El secretario adjunto del Sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, aseguró ayer que el paro que realizarán los gremios del transporte y contará con apoyo de la Confederación General del Trabajo (CGT) opositora se concretará entre el 10 y el 12 de junio próximo. Lo dijo el mismo día en que el ministro de Economía, Axel Kicillof, advirtió a los empresarios que no se "hagan los vivos" prometiendo aumentos que no pueden pagar, para después pedir subsidios al Estado.
El jueves, la CGT que conduce Hugo Moyano anunció su adhesión a la medida. Incluyó entre sus reclamos un aumento del salario mínimo, vital y móvil a 8.600 pesos. Según su hijo Pablo, en el último confederal de la entidad "ya se había quedado en adherir automáticamente al paro nacional, que seguramente será entre el 10 y el 12 de junio".
Los camioneros, además, se preparan para su propia paritaria. Pablo Moyano anticipó que el 4 de junio próximo se movilizarán "unos 50 mil camioneros" a la cancha de Deportivo Español, en la zona del Bajo Flores, para "reafirmar el reclamo de aumento salarial del 35 por ciento" para los choferes. "A las bases no les cierra el 27 por ciento de aumento" salarial, advirtió Moyano.
No obstante, el ministro de Economía, Axel Kicillof, insistió en sostener la pauta de referencia oficial. Es más, advirtió a los empresarios que no prometan aumentos que no pueden pagar. "No vengan después al Estado a pedir un subsidio para pagar la paritaria", les dijo en un mensaje directo a las cámaras de empresarios transportistas.
Los gremios de trabajadores del transporte son los principales fogoneros del paro de principios de junio y reclaman en sus negociacoines aumentos por encima del 30 por ciento.
Pero también reclamó a las patronales de otros sectores que acuerden un aumento "que puedan pagar sin pensar que dan una cifra y después la van a trasladar a precios".
Precisamente, el gobierno aspiraba esta semana tener cerrada una paritaria del 27 por ciento en el sector mercantil, que se trabó por diferencias en la letra chica del acuerdo. El gremio de la construcción sigue trabajando y los metalúrgicos se encaminan hacia un paro de 36 horas que se concretaría entre jueves y viernes próximos.
Los bancarios ya realizaron una huelga, arrancaron asambleas y podrían realizar una nueva medida de fuerza.
Respecto del huelga nacional de junio, Poablo Moyano dijo que "además de la CTA de Micheli y la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo, adherirán incluso los gremios que están del lado del gobierno, porque sus bases no están de acuerdo con el 27 por ciento".
La CGT que conduce el camionero Hugo Moyano convocó a un paro general en junio con el fin de sumarse a la medida de fuerza que dos días antes habían anunciado los sindicatos del transporte.
Por su parte, la CGT oficialista, que conduce el metalúrgico Antonio Caló, ratificó que no va a adherir a la huelga lanzada por la CATT.
Los dirigentes de los gremios que integran la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que lidera Juan Carlos Schmid, recibirán el lunes próximo al titular del Frente Renovador (FR), Sergio Massa, continuando así la ronda de diálogo y consulta e intercambio de propuestas con todos los candidatos presidenciales.
El encuentro se realizará desde las 11 en la sede de la organización sindical, en la avenida Jujuy 1074, informó la CATT.
"La actitud es de expectativa ante cada encuentro con los presidenciables. Se procura que expliquen qué polticas laborales enarbolan y cómo evalúan la actual matriz del transporte", explicó el secretario de Prensa de la CATT, Juan Pablo Brey.
Se agudiza el conflicto en el sector aceitero
El conflicto salarial en el complejo oleaginoso, por el que están paralizadas unas 40 fábricas del sector desde hace dos semanas, amenaza con profundizarse. La federación nacional que agrupa a los obreros del sector convocó para el lunes a un acto en la ciudad de San Lorenzo en apoyo al reclamo para llevar el salario inicial de la actividad a 14.931 pesos..
El lugar elegido para la movilización no es casual, ya que el sindicato de aceiteros de San Lorenzo, distanciado de la federación, no adhiere a la huelga. Por eso es que mientras que desde Villa Gobernador Gálvez al sur las plantas están paradas, en el cordón agroxportador norte siguen trabajando.
"Las empresas aceiteras son las mismas con las que estamos discutiendo, independientemente de donde estén ubicadas, queremos dar un mensaje de unidad, solidaridad y lucha a los compañeros aceiteros de la región y a todos los trabajadores", señaló en un comunicado la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA).
La organización pelea por un salario mínimo, vital y móvil calculado según "la definición legal en el artículo 14 bis de la Constitución nacional y el artículo 116 de la ley de contrato de trabajo". Esto es, aseguran, la "menor remuneración que debe percibir en efectivo el trabajador sin cargas de familia, en su jornada legal de trabajo, de modo que le asegure alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión".
En base a esa metodología, la federación pide llevar el salario inicial del sector a 14.931 pesos. Ese es también el piso salarial que la Confederación General del Trabajo (CGT) de San Lorenzo quiere asegurar para los trabajadores de una decena de gremios que integran esa central y que realizan tareas en firmas agroexportadora en esa región. Es el llamado acuerdo COPA, que se firma desde 2011.
Aunque son negociaciones distintas, la federación de aceiteros y la CGT San Lorenzo firmaron un acuerdo para coordinar las acciones en procura de alcanzar ese piso salarial. La central que conduce Edgardo Quiroga lanzó una huelga que luego suspendió porque Trabajo aplicó la conciliación obligatoria. El viernes próximo vence esa tregua.
Voceros de las empresas agroexportadoras agitaron, a través de expresiones off the récord, la posibilidad de que se registren "violencia y piquetes" durante las nuevas protesta. Recordaron los incidentes que se produjeron hace dos semanas en la planta de Dreyfus, en General Lagos, cuando transportistas que esperaban para descargar soja quemaron instalaciones enojados, según manifestaciones de los camioneros, por demoras en la descarga. El hecho, en rigor, no tuvo relación con la huelga aceitera, que no había comenzado.
Las mismas fuentes ligadas a los empresarias denunciaron que la federación sindical se levantó de la mesa de negociaciones, en las que el sector patronal ofreció el pago de una suma puente. Rechazaron el reclamo de un aumento del 42 por ciento "cuando la inflación que prevén consultoras privadas para este año ronda el 25 por ciento". Luego cuestionaron las consignas levantadas por el gremio y el cálculo sobre el que se sustenta el reclamo salarial.
La federación denunció que las empresas "están apostando al desgaste" del conflicto.