El Frente para la Ciudad Futura ha sido una de las fuerzas políticas con mayor crecimiento en los últimos años en Rosario. En las elecciones provinciales de 2015 esta alianza, formada por los movimientos Giros y 26 de Junio, logró multiplicar los votos logrados en 2013 y hacerse de tres bancas en el Concejo rosarino.
Pedro Salinas, Juan Monteverde y Caren Tepp son los jóvenes concejales electos. Los dos últimos, miembros fundadores del Movimiento Giros, una organización que comenzó con militancia barrial, en Nuevo Alberdi, allá por el año 2005 y que en 2012 constituyó su partido, Ciudad Futura, en pos de disputar un lugar en el juego político de la ciudad.
“Conformamos Giros para construir un proyecto político diferente porque no nos sentíamos identificados con ninguno de los partidos tradicionales ni movimientos ya existentes”, cuenta Juan, una de las caras más conocidas de la fuerza, que sostiene, casi como un eslogan, que tan sólo son “gente común haciendo cosas fuera de lo común”.
Si bien para ese momento ya tenían un tiempo de trabajo, con conflictos incluidos, en el territorio, el nombre de Giros comenzó a sonar fuerte a partir de la difusión y posterior aprobación de la ordenanza “Ya basta”, que proponía, ni más ni menos, el fin de los barrios privados en la ciudad.
En palabras de Monteverde, ese proyecto significó un hito en la historia del grupo y el pase de una consigna reivindicativa y de lucha a la materialización de un enunciado político, el primero de muchos.
Fue entonces cuando los militantes de esta fuerza decidieron comenzar con nuevos emprendimientos que demuestren en la práctica su idea de que otro modelo de ciudad era posible. “Habiendo terminado con los barrios privados, símbolo territorial del neoliberalismo, era nuestro deber para no convertirnos en lo que criticamos poder mostrar concretamente qué otro modelo construir. Ahí surgió la idea de Ciudad Futura”, sintetizó el concejal electo.
“Se puede construir un modelo de expansión diferente de la ciudad que no sea de asentamientos irregulares o barrios privados. Podemos poner esa tierra de la periferia que hoy se utiliza de forma especulativa a producir”, agregó.
Hoy la agrupación sostiene un tambo y diversos emprendimientos productivos, llevando “a la escala del movimiento esa ciudad que nosotros queremos para mañana”.
Ya en el Concejo, para este joven de 30 años el desafío del Frente para la Ciudad Futura se sintetiza en una frase: “Demostrar que se puede generar una nueva mayoría social para gobernar la ciudad en los próximos cuatro años”. Para el nuevo concejal, lo que los diferencia de la izquierda tradicional constituye la voluntad de llegar al poder y disputarle el gobierno de la ciudad al socialismo, cuyo proyecto político está “agotado”, sostiene.
“El socialismo no está a la altura de gobernar una ciudad con la complejidad de Rosario y todavía no aceptó que las dos gestiones de Lifschitz son la causa de lo que hoy está sucediendo. La crisis que vive Rosario en términos de violencia es producto del modelo de ciudad y de crecimiento que se eligió en ese momento”, sentenció Monteverde.
Desde sus inicios esta organización ha tenido sus cuestionamientos, y uno de ellos tuvo que ver con el financiamiento, primero, de los proyectos que realizan en los barrios y, ya en la arena política, de la campaña que les dio dos bancas.
Monteverde precisó que la campaña electoral se financió en su totalidad con recursos obtenidos a partir del bar Distrito Siete y de los militantes, aclarando que no recibieron fondos de ninguna fuerza política mayoritaria.
“Tampoco tocamos un peso del movimiento social, porque esto tiene que ver con proyectos concretos, que se realizan con aportes de los distintos niveles del Estado”, aclaró, y destacó lo que para él constituye uno de sus grandes logros: “Demostrar que sí se puede hacer política con tus propios recursos económicos”.
Pensando en el Concejo, Ciudad Futura pretende poner en discusión proyectos relacionados con iniciativas que ya llevan adelante a una escala menor en los barrios en los que tienen presencia. Uno de ellos es la Misión Anti-Inflación, un sistema de consumo colaborativo en el que los consumidores tienen relación directa con el productor, abaratando los costos de compra de manera considerable.
Por otro lado, y como una forma de dar respuesta a las personas que sufrieron directa o indirectamente algún tipo de violencia relacionada con la inseguridad, el frente buscará la aprobación de la ley de víctimas, que obliga al Estado a protegerlas y a brindarles garantías para sobrellevar la difícil situación. También presentarán el proyecto de una inmobiliaria pública, como forma de hacer frente a la crisis habitacional de la ciudad.
Cambio de lógica. Más allá de estas iniciativas puntuales, esta nueva fuerza política se plantea, desde diciembre, cambiar “algunas lógicas” imperantes en el Concejo Municipal. En ese sentido, para Monteverde es necesario que las discusiones en el recinto se den en otros términos que impliquen mayor transparencia y conexión con la realidad de la ciudad.
“Hoy por hoy, la mayoría de los ciudadanos desconoce lo que allí sucede. Los poderes fácticos, en cambio, saben que se deciden cuestiones relevantes y por eso hasta tienen a sus representantes en el Palacio Vasallo”, manifestó.
De todas maneras, fue rápido al diferenciarse del resto de los partidos con respecto al tipo de oposición que va a generar su bloque de concejales. “El que espera que busquemos cómo maximizar cada conflicto se va a decepcionar con Ciudad Futura. Nosotros queremos generar una esperanza distinta en la ciudad”, remarcó.
Más allá de las dudas que aún pueda generar esta fuerza, que comenzó con un grupo de jóvenes militando de manera independiente en Nuevo Alberdi y terminó, junto al Movimiento 26 de Junio, ganando tres bancas en el Concejo, es incuestionable que se ha transformado en una opción electoral a la altura de los grandes partidos políticos de la ciudad de Rosario.