El área de Economía de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) presentó esta semana el libro colectivo ¿Por qué siempre faltan dólares?, que aborda el histórico problema de la restricción externa que mantiene su peso, se complejiza en la actualidad y lo vincula al rol que ocupa la Argentina en el mercado mundial y sobre todo el papel que juegan los grandes actores económicos.
El tema “está en el eje de esta crónica inestabilidad que sufre la economía Argentina y que se ha traducido en una economía que ha crecido muy poco desde la dictadura militar para acá. Hubo ciclos de crecimiento importante pero siempre se interrumpen porque se chocan con este problema que es la escasez de divisas”, introdujo en la presentación virtual del libro Andrés Wainer, licenciado en Sociología (UBA), doctor en Ciencias Sociales y magister en Economía Política graduado en Flacso.
En esa línea, el texto se divide en dos partes: “Una primera presenta un panorama general de los factores que han influido en el balance de pagos, el sector externo que tiene que ver con el comercio exterior, con las exportaciones e importaciones, el papel que juega la deuda externa o la función que cumplen las empresas trasnacionales y la fuga de capitales que ha sido un elemento decisivo”, describió el especialista.
En la segunda parte, el libro se enfoca en las distintas actividades sectoriales que intervienen muy fuertemente o decisivamente en el sector externo, como las industrias manufactureras, el sector energético que tiene un peso clave y el sector agropecuario, que es el principal proveedor de divisas al país.
Los autores de “¿Por qué siempre faltan dólares?” son: Mariano Barrera, Leandro Bona, Mariana González, Ana Laura Fernández, Pablo Manzanelli y Daniela Calvo, en su mayoría investigadores del área de Economía de Flacso. El prólogo corresponde a Eduardo Basualdo, coordinador del área. La publicación contó con de la Editorial Siglo 21.
"Cuando la restricción externa aparece, las crisis son más profundas y prolongadas "Cuando la restricción externa aparece, las crisis son más profundas y prolongadas
El texto fue presentado formalmente en forma virtual, con los comentarios de la economista Cecilia Fernández Bugna, directora del Banco Nación, el economista y doctor en Ciencias Sociales Matías Kulfas, actual ministro de Desarrollo Productivo de la Nación y el economista y periodista Alejandro Bercovich.
Para Fernández Bugna, “lo más destacable del libro es que pone sobre la mesa uno de los aspectos centrales de la economía Argentina, que es muy particular, muy singular y una de sus características estructurales es su restricción externa que se convierte en una suerte de pared con la que nos tropezamos y nos topamos una y otra vez”.
Ello “viene siendo estudiado de larga data, pero no se ha mantenido constante en el tiempo sino que ha evolucionado y, como recogen los autores, pasamos del stop and go al stop and crash desde 1976, con la decisión de abandonar el modelo liderado por el estado de industrialización y pasar a un período donde las políticas neoliberales y el eje en la valorización financiera han hecho que está restricción externa tome nuevas formas y se agrave de una manera rotunda, lo cual significa que cuando la restricción externa aparece, las crisis son más profundas y más prolongadas”, analizó la directora del Nación.
En este marco, “la deuda externa vino a agravar este fenómeno de restricción externa. La fuga de capitales apareció como una constante a lo largo de todos estos años y otro de los aspectos centrales que muestra este libro es que la restricción externa es probablemente la madre de muchos de los problemas que tenemos en la economía Argentina, algo que el gobierno de Mauricio Macri quiso venir a desterrar o a plantear que no era así, y así terminamos con un PBI de 4 puntos menos en 2019 respecto de 2015. Entonces el problema en la Argentina no es fundamentalmente fiscal, no es el rol del Estado interviniendo con políticas. El problema en la Argentina es su restricción externa que no es otra cosa que pensar que es lo que producimos y cómo nos insertamos en el mundo. Claramente que no hay un problema de generación de excedentes sino que tiene un problema de destino de esos excedentes”, sintetizó Fernández Bugna.
La especialista mencionó en ese sentido ejes de la problemática como la baja inversión, y “cómo la fuga está presente en todos los períodos con origen en recursos genuinos o con origen en la deuda”, además de la desvalorización de la moneda y ahorro en dólares, el deterioro en la distribución del ingreso y la inflación, “que si bien es multicausal, decididamente el sector externo tiene un impacto central en este tema”, aseguró.
Otro punto que aborda el libro de los especialistas de Flacso es la relación entre salario y restricción externa y cómo operan los patrones de consumo. “Claramente tenemos un sistema de consumo muy ineficiente en la Argentina. Lo podemos ver en salud, educación y en otros, como el turismo. Creo que Argentina tiene que encontrar un sendero y un modelo propio”, consideró Fernández Bugna.
A su turno, el ministro de Desarrollo abordó entre otros ejes el de la fuga de capitales, y planteó que el problema de fondo de este problema son “las grandes dificultades para enhebrar un proyecto de país, para tener una estrategia consistente en el desarrollo productivo económico en general nacional, por estos vaivenes, por los permanentes procesos de penduleo, por los cambios abruptos de política macroeconómica y por las dificultades para sostener estrategias de crecimiento en el tiempo”.
Los patrones de consumo “en buena medida terminan alimentando una demanda de divisas que muchas veces el país no tiene la capacidad de absorber en el corto plazo. Entonces si no tenés las políticas justamente que compensen las bases materiales de restricción externa, una política que prevea el incremento de la demanda de energía y la capacidad de generar energía de modo con producción propia, el mayor consumo energético de las industrias y de los hogares va a tensionar la restricción externa. Pasó entre 2010 y 2011 y en 2015 con toda claridad”, recordó el funcionario, y advirtió que ello “también va a pasar con la industria, si no tenés una política industrial que promueva mayor exportación industrial, mayor producción y contenido nacional, producción, mayor ingreso, termina generando una reducción del balance de pagos y los problemas que hemos tenido. Este es uno de los factores”, aseguró.
Kulfas planteó que “el problema no es redistribuir ingresos sino tener una estrategia para que ese mayor ingreso tenga un correlato también en mayor producción de divisas a través de mayores exportaciones, con mayor producción nacional que reduzca los requerimientos de importaciones”.
Al respecto, mencionó que “hemos implementado una política de administración del comercio exterior con todas normativa aplicada a la OMC. Es decir, no somos un país que piense alegremente que la apertura económica comercial per se genere beneficios, tampoco nos cerramos, actuamos con absoluto pragmatismo y trabajando sector por sector”.
Bercovich, por su parte, habló del rol del Estado en el proceso inversor, “y del arbitraje entre varias cosas que se concatenan: primero la evasión o el enanismo fiscal de los grandes grupos, eso se combina con la acumulación financiera pero tiene como contrapartida el déficit fiscal, porque la sociedad Argentina pide un tamaño de Estado que su élite no está dispuesta a sostener. Entonces en ese conflicto se genera déficit fiscal”. A su vez, “el excedente apropiado por esa élite se fuga. Entonces cuando el Estado entra en las situaciones de necesidad de financiamiento del sector financiero, detrás de éste está la propia élite que se comporta como un prestamista extranjero frente a su propio país. Así se genera una nueva valorización financiera por el estrés tremendo que además le exige al Estado, con un interés altísimo”.
Finalmente, Fernández Bugna concluyó que “el agravamiento de la restricción externa a lo largo de este período tiene detrás una disputa por el excedente en nuestro país. Es una disputa de clases sociales o de modelos de país diferentes, donde oscilamos entre algunos gobiernos que apuestan a la producción y el empleo y otros que apuestan a la valorización financiera. En definitiva todos estos análisis económicos tienen detrás un conflicto de clases más profundo y que probablemente esa sea la verdadera grieta que vivimos todos los días: un problema de generación y distribución de la renta en nuestro país”.