El senador kirchnerista Aníbal Fernández defendió las medidas oficiales de control impositivo sobre el mercado cambiario al asegurar que los argentinos tienen que "empezar a pensar en pesos", ya que la Argentina "no emite dólares" y no puede permitir que las divisas obtenidas por el superávit comercial se pierdan en el "atesoramiento". El ministro del Interior, Florencio Randazzo, completó la ofensiva pesificadora al señalar que la política del gobierno está destinada a defender la moneda nacional. "Sería un avance cultural que la economía argentina tome como referencia al peso", dijo.
En medio de la presión mediática y especulativa sobre el mercado de cambios, destinada a impulsar el precio del dólar en el mercado paralelo, referentes del oficialismo salieron por primera vez ayer a pelear la agenda de declaraciones públicas. Explicitaron, en ese sentido, la política oficial de administración del tipo de cambio, acumulación de dólares para las reservas, pesificación de la economía y control del mercado informal.
"Uno tiene que pensar en la realidad de la totalidad de los argentinos, solamente el 11 por ciento atesora en dólares, el resto no tiene nada que ver con este tema", sostuvo el ex jefe de Gabinete. En declaraciones radiales, recordó que "el dólar se emite en los Estados Unidos, no se emite en la Argentina" y afirmó que "nadie le quiere perjudicar la vida a nadie" con las medidas de restricción cambiaria.
"¿Por qué tiene que afectarnos, si nosotros no vivimos para el dólar?", se preguntó. Claro que ese cuestionamiento no incluye a la administración pública. En ese caso, "nosotros tenemos necesidades de ir acumulando nuestras reservas y satisfacer las importaciones que son lógicas, porque muchísimos productos que se fabrican en nuestro país tienen componentes importados", dijo.
"Si tenemos los dólares que vamos conquistando a través de las ventas, las exportaciones y el cuidadísimo control que se hace respecto de la balanza comercial, ¿los tenemos que ceder para atesoramiento?", cuestionó.
Cultura. En sintonía, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, sostuvo que las medidas de intervención en el mercado de divisas "son para defender el valor de la moneda argentina". Y consideró que "sería un avance cultural importante que la economía de referencia en Argentina sea en pesos".
Los economistas heterodoxos defendieron las medidas adoptadas por el gobierno. Abraham Gak, del Plan Fénix (UBA); Alejandro Robba (Universidad de Moreno); Enrique Déntice (Universidad de San Martín); y Agustín D`Attellis (UBA y Universidad del Salvador), coincidieron en señalar que el mercado paralelo es "insignificante" .
Gak dijo que todos los países emergentes están tomando medidas para paliar los impactos que provoca la crisis en los países centrales" y recordó que el gobierno busca "hacer frente a los compromisos, en prevención de un menor ingreso de divisas por exportaciones".
Déntice respaldó los controles sobre el dólar y justificó por otra parte el cuidado de las reservas, ya que "los dólares comerciales no están ingresando con fluidez, debido a las pérdidas de la cosecha y a la especulación de los exportadores".
La hinchada del dólar. Robba, a su vez, afirmó que la existencia de un mercado "ilegal" de divisas es alentado por algunos sectores posicionados en dólares, como el bancario y el agropecuario, que desean una devaluación del peso, aunque anticipó que eso "no va a ocurrir". Dijo que "en pocas semanas el gobierno terminará por ganar la batalla", ya que "el poder de fuego del Banco Central para evitar una corrida cambiaria es enorme".
Aconsejó luego "pesificar el mercado inmobiliario", el último de los grandes sectores de consumo de la población todavía dolarizado. "Un segmento cuyos costos son en pesos, por lo que no se justifica que sus precios sean en dólares", dijo.
En cuanto a las medidas oficiales, Robba dijo que "lo que se está haciendo es cuidar las reservas del Banco Central, cuando la zona euro entró en un tembladeral, lo que lleva a pensar que la crisis internacional vino para quedarse".
D`Attellis, en tanto, insistió en restar importancia "al valor de la moneda estadounidense en un mercado insignificante".