Las actividades en la automotriz General Motors continúan paradas debido a la falta de piezas importadas que impiden continuar con la producción en la planta ubicada en Alvear, una situación que se generó la semana pasada debido a que varios proveedores cortaron la provisión a esta y varias compañías por la falta de pagos al exterior, derivada de la restricción de dólares que atraviesa la Argentina.
Desde la compañía aún no tienen fecha de reinicio de la producción en la planta del Gran Rosario y señalaron que “GM Argentina continúa trabajando para recomponer la cadena de suministro de varios de los proveedores que han suspendido el envío de piezas con motivo de la falta de pagos al exterior”.
A través de un comunicado oficial la automotriz reiteró su “compromiso de reanudar sus operaciones en su planta de Rosario a la mayor brevedad posible”.
La restricción externa que atraviesa el país comenzó a impactar en toda la cadena productiva afectando el ingreso de productos importados.
General Motors. Hasta ahora, el complejo Chevrolet le esquivó a las suspensiones. Pero serían inminentes. (Foto: M. Bustamante)
El complejo de General Motors, en Alvear.
En el caso de GM esto derivó en la suspensión de actividades en la planta hasta lograr el normal abastecimiento de autopartes clave para la producción de los dos modelos nacionales: Chevrolet Tracker y Chevrolet Cruze.
De todos modos, la situación podría aliviarse en los próximos días a raíz de la ampliación del uso del swap de divisas con China hasta 47.000 millones de yuanes, equivalentes a u$s 6.500 millones, que permitirá engrosar las reservas monetarias del Banco Central, a una tasa muy inferior a la que se le paga al Fondo Monetario Internacional (FMI) por el crédito contraído por el gobierno de Cambiemos.
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El actual intercambio de monedas con el gigante asiático se prorrogó por tres años desde junio de este año, y equivale a 130.000 millones de yuanes, es decir, u$s 19.000 millones.
Con este alivio, el ministro de Economía, Sergio Massa, señaló que “a partir de hoy” comenzará un “trabajo de Aduana, Secretaría de Comercio y Banco Central para acelerar las importaciones”, lo que permitirá facilitar los procesos productivos.
“Pero sobre todas las cosas, en un momento en el que la economía argentina cruzó el año de la peor sequía de su historia, el swap nos da la tranquilidad de tener una garantía para que no tengamos presión sobre los dólares financieros, para que tengamos tranquilidad en reservas y para que aquellos que tienen actividad económica cruzada por importaciones tengan la posibilidad de acelerar esos pagos de importaciones”, aseveró el ministro.