“Al mes de enero no estaríamos registrando un fenómeno recesivo todavía, ya que un criterio standard considera que una economía está en recesión luego de seis meses consecutivos de contracciones mensuales”, resaltaron.
Por otro lado, al observar la facturación desde un horizonte temporal más amplio se destacó que en enero la serie tendencia-ciclo registró una caída mensual de 1,2%, continuando con la trayectoria descendente que comenzó en agosto pasado.
Adicionalmente, se señaló que aunque la serie de actividad económica local no es directamente comparable con la nacional, las cifras provistas por Emae-Indec muestran una contracción interanual algo menor a la local (4,3%) en el primer mes del año, destacándose también la contribución negativa de la Industria manufacturera y la del sector comercial, y la fuerte caída interanual del sector constructor.
Análisis por sectores
En enero a excepción de servicios privados, la mayoría de los sectores económicos experimentaron una contracción. Se destacó la baja del sector de la construcción, la que lleva la actividad a niveles similares a los de enero de 2021. Una situación parecida se observó en industria y comercio, que se mantuvieron ligeramente por encima de los niveles de enero de 2021. En contraste, el sector de servicios privados alcanzó su nivel más alto, para un mes de enero desde el inicio de la serie en 2011, a pesar de experimentar una desaceleración en su ritmo de crecimiento en los últimos meses, precisó el informe.
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Este descenso de la actividad en la ciudad estuvo impulsado principalmente por los sectores industrial y comercial, que en conjunto representan alrededor de 61% de la facturación total de la ciudad.
En enero, en tanto, comercio se contrajo 7,2% interanual, con caídas en dos de sus tres ramas. La mayor contribución negativa provino de “comercio al por menor” (-6,6%), seguido de “venta, mantenimiento y reparación de vehículos” (-2,7%). A pesar del aumento en “comercio al por mayor y en comisión”, este no fue suficiente para compensar la disminución en las otras ramas.
“La caída del consumo es inevitable ante la pérdida de poder adquisitivo de las personas producto de la escalada inflacionaria de los últimos meses (12,8% en noviembre, 25,5% en diciembre, 20,6% enero, según IPC-Indec) sumado a las restricciones a los beneficios y programas estatales como billetera Santa Fe, Compre sin IVA y Precios justos, entre otros. En un contexto como este, los consumidores también cambian de hábitos, migrando de primeras marcas a opciones más baratas durante periodos de crisis”, resaltaron desde Fundación Banco Muncipal, que cuenta con la gerencia en el área de Investigaciones Económicas de Ana Inés Navarro.
En rigor, recordaron que el índice de ventas minoristas elaborado por Came a nivel nacional registró caídas de 25,5% en febrero y de 12,6% en marzo. “Estos datos indican que el sector probablemente continúe profundizando su caída, la que ya registra cinco meses consecutivos de contracciones mensuales. En consecuencia, es probable que la tendencia-ciclo del sector también siga contrayéndose, sumándose a las seis caídas mensuales ya registradas”, resaltaron.
Fundación Banco Municipal precisó que servicios privados se expandió 5,3% en enero, destacándose la contribución positiva de la rama de “intermediación financiera y servicios de seguros”, que logró revertir la caída de las otras once ramas. Estas últimas presentaron una contracción interanual promedio de 14,2%, con una marcada disminución de 30,5% de “servicios artísticos, culturales, deportivos y de esparcimiento” y de 25,4% de “enseñanza”.
“Esto sugiere, al igual que lo observado en diciembre, una reestructuración en los presupuestos familiares debido al aumento en los costos de contratación. Ante la suba de precios, las familias reducen gastos en servicios de ocio y entretenimiento, mientras que, en educación y salud, considerados esenciales, realizan cambios de proveedores, optando por servicios educativos y de salud públicos en lugar de privados, eligiendo planes de salud más accesibles o posponiendo tratamientos dentro del sector privado. Es probable que la facturación de servicios de salud continúe disminuyendo en los próximos meses, dado que el proceso para cambiar de proveedor no es inmediato, lleva aproximadamente tres meses en completarse.", subrayaron.
Sin embargo, se advirtió que a pesar que los costos de la salud privada han aumentado nuevamente en abril, no se puede conocer de antemano cómo seguirá la facturación del rubro, ya que los ingresos de las familias han comenzado a recomponerse paulatinamente con las recientes paritarias.
Por otra parte, en la caída de la facturación en el sector inmobiliario resulta importante tener en cuenta los efectos derivados de la derogación de la Ley de Alquileres. En los contratos donde la ley sigue vigente, si se considera el Índice de Contratos de Locación, la variación de precios entre enero de 2023 y enero de 2024 fue bastante menor que el Índice de Precios al Consumidor (147,5% ICL – BCRA vs. 260,0% IPC-IPEC), lo cual podría indicar una menor caída en la facturación real.
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No obstante, en el caso de las renovaciones, donde es probable que los aumentos de precios hayan superado al índice promedio, es probable que la caída en el sector sea aún más pronunciada.
Finalmente, en términos mensuales, la facturación del sector en su conjunto se contrajo fuertemente en enero, tras la considerable suba de diciembre. En cuanto a la tendencia-ciclo, que ya mostraba cierta desaceleración y había cambiado de dirección en octubre pasado, registró una caída mensual de 1,1% en enero.
La industria de la ciudad
La facturación de la industria se contrajo 12,8% en enero, marcando el tercer mes consecutivo de caídas. De las onces ramas industriales, ocho se contrajeron a una tasa promedio de 23,0%, con picos de 45,3% en “vehículos y equipos de transporte”, de 31,5% en “fabricación de componentes electrónicos y equipo eléctrico” y de 24,8% en “minerales no metálicos”.
“Aunque metales, productos de metal y maquinaria fue la rama que menos se contrajo en comparación con las demás, su contribución negativa en la variación interanual del sector, es notable. Esta situación, que se agravó en el último bimestre del año pasado, tiene sus raíces en los efectos negativos de la sequía y la escasez de insumos importados clave para la producción, debido a la falta de divisas y financiamiento del exterior, lo que derivó en paradas de plantas y adelanto de vacaciones en varias industrias de la región y la ciudad”, puntualizaron.
Por otra parte, en enero se registró un aumento interanual del 240,1% en el índice de precios del sector automotor. Este incremento podría estar relacionado con la disminución en la venta de automóviles y equipos de transporte a nivel local. Además, la pérdida de dinamismo en el consumo minorista probablemente también repercuta sobre el nivel de producción local, en especial la producción de alimentos y bebidas que es la segunda rama con mayor peso en la industria.
Por otro lado, la paralización casi total de las obras de construcción se debe tanto a decisiones del gobierno nacional sobre la obra pública como al aumento de los costos en el sector privado. “Este parate ejerce una presión negativa sobre la producción en sectores como el hierro y el acero”, destacaron.
En los últimos meses, la Industria presenta varias caídas mensuales. Por su parte, la serie tendencia-ciclo también muestra múltiples caídas mensuales consecutivas, registrando en enero una contracción de 2,1%.
Por último, la facturación de la construcción se contrajo 42,4% interanual en enero, profundizando la caída de 32,8% de diciembre pasado. En el primer mes del año, todas las ramas del sector disminuyeron en términos interanuales. Se destacan las fuertes contracciones de 69% en “construcción, reforma y reparación de obras de infraestructura para el transporte”, de 47,7% en “construcción de proyectos de servicios públicos” y de 46,2% en “construcción y terminación de edificios y sus partes”, siendo esta última la que más influye en el comportamiento del sector.
“Estas dificultades se relacionan con el fuerte aumento de los costos en los últimos meses y con la paralización de la obra pública debido a decisiones del gobierno nacional”, se indicó.
Según datos de la Municipalidad de Rosario, en diciembre pasado los permisos de construcción otorgados cayeron 33,1%, mientras que la superficie (en metros cuadrados) destinada a obras disminuyó 62,8%. En enero, la caída en los permisos fue de 23,5% y la disminución en la superficie fue del 13,3%. Además, el índice de precios de materiales de la construcción de la Ciudad registró un aumento mensual de 65% en diciembre y de 7,5% en enero. La facturación del sector registra cinco caídas mensuales consecutivas. Por último, la serie tendencia-ciclo del sector continúa su descenso, presentando una contracción mensual de 3,8% en diciembre, detallaron.