La planta de la automotriz General Motors tiene paralizadas sus actividades hasta el próximo 4 de marzo, período en el cual el personal estará suspendido y cobrará alrededor del 80% de su salario.
Actualmente quedaron unos 600 trabajadores en la planta de Alvear de General Motors.
La planta de la automotriz General Motors tiene paralizadas sus actividades hasta el próximo 4 de marzo, período en el cual el personal estará suspendido y cobrará alrededor del 80% de su salario.
Así lo confirmaron tanto el Sindicato de Mecánicos y Afines del Automotor (Smata), como la propia compañía, que en un breve comunicado expresó: “General Motors informa que, tras un acuerdo con sus proveedores afectados por los pagos en el exterior, retomará la producción en su planta de Alvear el próximo lunes 4 de marzo”.
La situación generó alarma en el gremio que nuclea a los trabajadores de la actividad, porque si bien GM continúa pagando los salarios con una reducción del 20%, el futuro de la actividad y la situación macroeconómica que atraviesa la Argentina plantea grandes interrogantes en el mediano plazo.
El secretario general de Smata Rosario, Marcelo Barros, confirmó que la fábrica “tiene suspendido a su personal hasta el 4 de marzo” y mediante un acuerdo alcanzado con las terminales automotrices “los trabajadores cobran el 76 ó 78 por ciento de los sueldos”.
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A partir de esa fecha la planta retomaría su actividad en un turno de producción, como hasta ahora y continuaría sólo con la fabricación del modelo SUV Tracker, ya que el Cruze se discontinuó debido al fin de vida del modelo
Según Barros, "el trabajador no pierde poder adquisitivo, pero igualmente esta es una situación de alarma” porque la empresa “tampoco aclara bien qué está pasando”.
Además “no hay que olvidar que el Chevrolet Cruze no se fabrica más desde diciembre y en la fábrica hubo 130 retiros voluntarios”, agregó el dirigente en declaraciones a LT8.
Las complicaciones para lograr el abastecimiento de piezas importadas para la producción, que afectó a toda la industria en Argentina se profundizaron a mitad de año, cuando GM frenó temporariamente su actividad. Luego, la retomó el 30 de octubre, tras un acuerdo parcial con sus proveedores externos.
Con el cambio de gobierno, los problemas persistieron y GM frenó nuevamente la actividad y le dio vacaciones a todo su personal a fines de 2023 con la intención de volver a retomar la producción a fines de enero, algo que tampoco ocurrió.
Finalmente este martes mediante un comunicado, formalizó que el inicio de actividades se realizará a partir del 4 de marzo.
Esta dilación se da en el marco de una puja que viene sosteniendo toda la industria, entre ellas la automotriz que tiene un alto porcentaje de insumos importados, con el gobierno por el acceso a divisas para liquidar los pagos.
En ese marco, el gobierno de Javier Milei se enfrentó a dos situaciones: por un lado pagar la abultada deuda comercial por importaciones que los especialistas estiman superaba los u$s 50 mil millones, aunque los retrasos de pagos llegaban a la mitad, unos u$s 25 mil millones. Por otro lado, hacer frente al flujo comercial a futuro.
En el primer caso, la gestión de Milei a través del Banco Central emitió un bono destinado a aquellos importadores de bienes y servicios que tuvieran operaciones en el exterior pendientes de pago, el denominado Bopreal.
Sin embargo, muchos proveedores no aceptaron esa alternativa porque el bono tiene vencimiento en 2027 y representa una suerte de renegociación de la deuda, y no permite resolver las urgencias.
Por otro lado, la disponibilidad de dólares para las operaciones actuales también se dilata en el tiempo. De hecho, cualquier compañía que decida importar piezas del exterior recibe los dólares a 120 días, en cuatro cuotas mensuales, algo que tampoco reciben de buena gana sus proveedores del exterior.
De este modo, las compañías, entre ellas General Motors – tal como expresó en su comunicado- comenzaron a realizar acuerdos con sus proveedores para tratar de aceitar la dinámica importadora y hacerse de los insumos necesarios para retomar la producción.
Sin embargo, aún sin un horizonte cierto sobre el ingreso de dólares al país, que el gobierno estima vendrán del Fondo Monetario Internacional y de la super cosecha de granos, nadie quiere arriesgar demasiado.
La consecuencia directa es un parate de la producción, que en el caso de la industria automotriz ya se plasmó en los números. El lunes la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) señaló que producción nacional de vehículos cayó en enero un 6,7% y se ubicó en 22.643 unidades.