Los mercados están extremadamente volátiles, la baja de la Bolsa americana muestra la crisis
crediticia que sufre EEUU, una economía que sin crédito no podrá sustentar tasas de crecimientos
positivas. El fantasma de la recesión afecta al consumidor y por ende podría tener efectos
negativos para el mundo emergente.
Esta semana comenzó a bajar el euro, el petróleo y el oro. Síntomas que los inversores ya no
salen a protegerse en estos activos. La tasa de los bonos de Tesorería americanos se ubica por
debajo del 4% anual a 10 años y del 3% anual a plazos inferiores a cinco años.
Hay temor a una recesión, pero en seis meses este escenario podría revertirse. Argentina por
ahora está protegida por sus importantes reservas y el precio de los productos que exporta.
En EEUU se conocieron esta semana los resultados de los balances de los más importantes bancos
del país. Las sumas negativas fueron extravagantes. No es para menos, hace unos meses atrás
cambiaban todos los CEO de las entidades financieras, y lo primero que hicieron fue curarse en
salud y llevaron adelante previsiones para mostrar los problemas que le habían dejado, pero
fundamentalmente lo que pueden revertir a futuro.
El comentario en Wall Street es que las previsiones fueron exageradas, los nuevos hombres de
negocios que están al frente de las entidades salieron a buscar capital fresco, trabajan en la
reestructuración de las entidades financieras vendiendo unidades de negocio y despidiendo personal,
para a futuro quedar con banco limpio y con potencialidad para mostrar nuevamente utilidades.
En EEUU los bancos tuvieron fuertes pérdidas pero este pecado no lo paga el ahorrista, como en
Argentina, lo pagan los accionistas que verán diluido el valor de sus acciones, como también el
porcentaje de capital que tenían invertido en dicha entidad.
En la actualidad no hay riesgos de que un banco quiebre, los accionistas nuevos hacen cola para
comprar acciones de la banca americana. Sin embargo hay que tener presente que habrá un cambio muy
fuerte en los propietarios del sistema financiero internacional, ya que los principales inversores
que acercan fondos a estos bancos son países como China, Indonesia, Malasia, Arabia Saudita entre
otros, que a través de sus fondos soberanos van siendo dueños de la banca mundial. Si bien hoy
compran paquetes accionarios del 5%, de persistir esta tendencia a mediano plazo tendrán influencia
significativa en las decisiones del mundo financiero.
EEUU, en este contexto, tirará toda la carne al asador. El gobierno federal bajará impuestos y
aumentará gastos, la Reserva Federal inyectará liquidez y bajará la tasa. Hasta podría subsidiar a
quienes no pueden pagar una hipoteca, lo que implicaría que por primera vez en la historia de EEUU
se inventaría un pagadios en dicho país.
La crisis fue muy profunda, las propiedades registran una fuerte baja de precios y el sector se
desacelera a un ritmo muy rápido, haciendo recordar a la crisis del año 1980 cuando los tipos de
interés se ubicaron en los dos dígitos en EEUU y el petróleo amenazaba al mundo con mayor
inflación.
El escenario de crisis actual es muy difícil de comparar con anteriores crisis. EEUU vivió desde
el año 2001 en adelante un jolgorio financiero, con tasas extremadamente bajas que invitó a que los
precios de las propiedades tuvieran subas exuberantes. Hoy el arbitraje a la baja es lógico y
entendible para los que no tienen propiedades en EEUU. Sin embargo, para los que viven en dicho
país, los embarga un efecto pobreza que será difícil de superar a corto plazo.
El pronóstico para EEUU es que todavía hay margen para una baja adicional en el índice Dow Jones
que podría ser de un 10%, una baja de la tasa de interés de largo plazo a niveles del 3% anual y un
fuerte ajuste en el precio de los productos primarios. Se está cerca del pico de la crisis, aunque
no en el comienzo de un derrumbe que lleve a las cotizaciones de la Bolsa americana por debajo de
los 11.000 puntos, niveles que tuvo en el año 2001 luego del ataque a las torres gemelas y la
sobrevaluación del Nasdaq.
En este escenario Argentina sufrirá un efecto contagio que llevará a las acciones a un
retroceso. Sin embargo, los bonos comenzarán a subir tan pronto como las dudas se disipen a escala
mundial. Para el país sería muy negativo una baja en el precio de la soja. Mientras siga por encima
de los $ 900 y las reservas superando los 47.000 millones de dólares, nos podremos contagiar un
resfrío pero no una gripe, caso contrario podríamos tener una neumonía.