El 80 por ciento de las muertes en la Argentina se producen por las denominadas "enfermedades no transmisibles", una cifra que puso en el alerta al sistema de salud y activó los mecanismos de prevención, ya no sólo como una cuestión sanitaria sino estrictamente económica.
Con la premisa de que los adultos en la sociedad moderna pasan mucho más tiempo de su vida en el trabajo, desde la Superitendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) lanzaron el "Programa de Trabajadores Saludables", que da un paso más allá de la tradicional atención al fenómeno de la accidentología y las enfermedades profesionales con la intención de detectar, en el ámbito laboral, estas afecciones a tiempo y lograr un tratamiento preventivo, que no sólo sea más amigable con el paciente y su entorno, sino además reduzca el ausentismo y evite desfinanciar a las obras sociales.
La intención concreta es que a través de los servicios de salud dentro de las empresas o los organismos públicos comiencen a detectar factores de riesgo, que de ninguna manera sean un factor de discriminación para el trabajador.
El titular de la SRT, Juan González Gaviola estuvo en Rosario para firmar un convenio en el marco de este programa con la Municipalidad, que implica el compromiso de realizar chequeos períodicos de salud a los empleados de la administración pública local.
¿En qué consiste el Programa de Trabajadores Saludables?
—El programa de trabajadores saludables lo lanzamos cuando firmamos la segunda estrategia argentina en salud y seguridad, porque creemos que hay cambiar el paradigma de salud ocupacional, es decir que en el trabajo no nos preocupemos nada más que por las enfermedades que puede tener una persona allí, sino por el cuidado de la salud integral. Esto porque la modalidad de enfermedades que estamos teniendo en el siglo XXI a diferencia de las del siglo XX, que son las enferemedades transmisibles, son las que producen el 80 por ciento de las muertes, como diabetes, facilitador del infarto, del ACV, de muchas otras, o la obesidad por la mala nutrición. Como estas enfermedades son silenciosas y el trabajador mientras no tiene síntomas, después de 8 horas de trabajo lo que menos quiere es ir al médico para ver si tiene algo sobre lo cual no siente nada, lo que queremos lograr es que los servicios de salud en las empresas comiencen a realizar detección de los factores de riesgo a partir de mecanismos muy simples como pesar, medir, tomar el colesterol o el azúcar o indicar que se lo haga la obra social que es la responsable, generar y promover actividad física en lugares donde el trabajo es sedentario y derivar a un tratamiento para que estas enfermedades puedan ser curadas o fácilmente tratadas. Estamos hablando de infartos, ACV, cánceres de cuello, de mama o de próstata, entre otras. Son fácilmente tratables si se las detecta en forma precoz , ya que cuando es muy tarde, el tratamiento es no sólo doloroso para la persona y el grupo familiar, sino además mucho más costoso. El mejor lugar para detectar en las personas adultas este tipo de afecciones es en su propio lugar de trabajo a través de los servicios de seguridad laboral.
—¿Las empresas están en condiciones de poder hacerlo y lo consideran una inversión a futuro?
—Nosotros en Santa Fe con la Federación Industrial de Santa Fe y la CGT firmamos el convenio de trabajadores saludables y empezamos a trabajar en el área de parques industriales. Este es un tema en el cual ganan todos, porque con una pequeña inversión o una mejor utilización del recurso que tenemos, el trabajador se enferma menos, eso repercute en que tenga menos ausentismo, la obra social también gana porque son más barato los tratamientos preventivos. No es lo mismo detectar un cáncer que se detecte con un papanicolau que hacer un vaciamento de pelvis, radioterapia o quimioterapia. Empezamos por casa ya que en la Superintendencia de Riesgos del Trabajo y el Ministerio de Trabajo de la Nación funciona el programa para trabajadores estatales sludables. En nuestro caso, en dos meses ya detectamos dos cánceres de mama en estado muy primario que pudieron ser resueltos con pequeñas cirugías.
—¿Es el paso de mirada curativa a una preventiva?
—Sí, exactamente. Así como dio resultado la prevención de los accidentes del trabajo que permitió disminuir las muertes y los accidentes en forma sustantiva. En ese sentido hemos logrado armar una verdadera política de Estado en materia de salud y seguridad en el trabajo, porque trabajamos en conjunto con sindicatos, empresarios y en dos áreas públicas como el Ministerio de Trabajo y la SRT. Lo hacemos con todas las provincias sin distinción politica. Por eso estuvimos en Santa Fe con la cual existe una excelente relación. Hemos querido transmitir esta buena receta que nos permitió ir reduciendo muertes y accidentes en el trabajo, para ver si podemos evitar muertes a través de otro enfoque, que no son las enfermedades profesionales pero que también afectan al mundo de la producción, porque generan ausentismo al empleador y disminuyen la competitividad, empeoran la calidad de vida del trabajador y aumentan los costos a la obra social.
— ¿Este programa es a través de un mecanismo voluntario para el trabajador o son exámenes obligatorios?
—Esto es todo voluntario. Es probable que en el futuro, y así lo venimos charlando con los gremios, comiencen a incorporarse dentro de los convenios colectivos algunas obligaciones vinculadas con el tema de la salud, pero por ahora es todo voluntario. Además, la información que surja de esto de ninguna manera puede ser usada para discriminar negativamente al trabajador en su empleabilidad. Así como vencimos las enfermeades transmisibles del siglo XX, tenemos que —a través de buena conciemcia preventiva — derrotar estas nuevas. Son enfermedades producto del progreso. La gente antes se moría de hambre y ahora, en cambio, no tiene hambre pero come mal y no hace actividad fisica para compensar el sedentarismo. Esto es propio de los tiempos en que vivimos.
—Ud. se reunió además con el titular de la Corte Suprema de Santa Fe, Roberto Falistocco. ¿Qué temas trataron?
— Firmamos un convenio con la Corte Suprema de Santa Fe con la cual ya veníamos trabajado hace un tiempo, especialmente con los juzgados laborales, viendo el tema del aumento de los juicios. Afortunadamente a partir del trabajo que venimos haciendo en conjunto con los jueces, este tema no diminuyó pero por lo menos se estabilizó en la provincia. Creo que es un buen paso porque en otros lugares ha crecido. Santa Fe tiene un alto nivel de judicialización y hemos estado viendo cuáles son los elmentos que lo favorecen para que queden los juicios que deban ser. En esto hay que ser claros, no es que no deben haber juicios, la gente tiene todo el derecho de hacerlos, lo que pasa es que hemos visto que hay sectores que montaron una gran industria. Inventan enfermedades que no existen o inventan que el sistema pericial tiene algunas vulnerabilidades para tratar de conseguir informes periciales que no son los adecuados. Atrás de esto hay muchísima plata.