El conflicto en el puerto de Rosario escaló ayer con violencia, gases y detenidos. Todo se precipitó después del mediodía, cuando la policía comenzó a despejar el área de ingreso a Terminal Puerto Rosario (TPR). Los manifestantes que resisten el despido de cinco trabajadores denunciaron que les tiraron gases y que un menor resultó herido. A pesar del operativo, sólo ingresó a los muelles un grupo de personal jerárquico.
Después de casi 40 días de un conflicto que se inició cuando la concesionaria dispuso despidos masivos en medio de una negociación paritaria, ayer se vivió uno de los días más tensos frente a las puertas de TPR.
Es que pese al acuerdo alcanzado entre la empresa y el gremio hace poco más de una semana para reincorporar a parte de los cesanteados y actualizar la paritaria, los muelles no reiniciaron la actividad.
Manifestantes que reclaman por el trabajo de cinco obreros que no fueron reincorporados decidieron mantener el acampe frente al portón de ingreso. Aunque desde el jueves se desplegó la guardia de infantería, no hubo trabajadores que se presentaran a trabajar. Para TPR y el Supa, la explicación es que tienen miedo de las represalias que pudieran activar quienes sostienen la protesta. Para estos, la causa es que sus compañeros comparten el reclamo.
Finalmente, se activó ayer un operativo para facilitar el ingreso de trabajadores al puerto. Por la mañana, según explicaron los manifestantes presentes en 27 de febrero y circunvalación, entraron algunos empleados administrativos y jerárquicos.
El personal operativo no se hizo presente para ingresar pero, pasado el mediodía, la policía comenzó a despejar las gomas y otros elementos que formaban parte del piquete portuario. Las cosas se tensaron y pasaron a mayores.
Familiares de los trabajadores contaron que la policía irrumpió en TPR para desalojar a los trabajadores que habían entrado para verificar la situación dentro de la empresa, y que en esa acción detuvieron a tres personas.
“La policía empezó a sacar a empujones a la gente que estaba dentro del puerto, mientras que a los de afuera tiraban gas lacrimógeno a los chicos”, dijo una de las mujeres que acompañan el reclamo de los portuarios. Y completó: “Cuando cerraron la puerta dejaron a tres adentro, entró un móvil policial y se los llevaron, cuando la mujer de uno de los detenidos preguntó por qué se los llevaron, tiraron el gas lacrimógeno, a mi hijo le dieron con gas en el ojo”.
Hace poco más de una semana, el Sindicato Unido de Portuarios Argentinos (Supa), la empresa Puerto Terminal Rosario (TPR) y el Ministerio de Trabajo de la Nación, donde se había acordado la reincorporación de 20 de los 25 operarios que habían sido cesanteados.
En tanto, para los para los cinco que quedaron afuera del puerto se acordó el pago de la indemnización que marca la ley y la cobertura de obra social por seis meses. Sin embargo, ese acuerdo, que fue rubricado por la ministra de Trabajo Kelly Olmos, fue rechazado por los trabajadores despedidos y parte de sus compañeros.
Así, se mantuvo el acampe, del que participan estibadores, sus familiares y representantes de distintas organizaciones sociales. La semana pasada se reunieron con el vicario general del arzobispado, que se comprometió a iniciar una ronda de diálogo para solucionar el conflicto. El fin de semana realizaron un festival solidario.
Ayer, la situación se tensó. El gerente general de TPR, Leonardo Feltrinelli, afirmó en declaraciones a LT8 que en el puerto “continúan las amenazas y hay un gran temor no sólo del personal sindicalizado sino también del resto de los empleados no sindicalizado”.
Dijo que “los grupos apostados en los ingresos al puerto continúan decidiendo quién entra y quién no a la terminal, permiten que entre el personal administrativo, pero no el del sector de operaciones”.
La atención estaba puesta ayer en el ingreso del turno de trabajadores al mediodía. No hubo ingresos pero sí incidentes entre manifestantes y la policía.