Domingo Federico cultivó con jerarquía las diferentes facetas musicales, como director, arreglador y ejecutante. Sin embargo, la veta por la que tal vez más se lo recordará es la de melodista.
Domingo Federico cultivó con jerarquía las diferentes facetas musicales, como director, arreglador y ejecutante. Sin embargo, la veta por la que tal vez más se lo recordará es la de melodista.
Sin temor a equivocarnos, podríamos decir que el binomio autoral que conformó junto a Homero Expósito se inscribe entre los más altos del género. Siete perlas fueron las que legaron al cancionero popular: Tristezas de la calle Corrientes, Percal, Déjame volver para mi pueblo, Al compás del corazón, A bailar, Yo soy el tango y Yuyo verde. No hizo falta más.