"La historia editada para la impunidad fue generosa en silencios y omisiones", advierten los editores de Posteo, un fanzine de fotografía colectiva que por estos días lanzó su tercer número, esta vez dedicado a Malvinas, ese territorio conflictivo que habita en la memoria, compuesto por retazos de relatos, por, justamente, imágenes.
Posteo es una publicación que surgió tras la idea de resaltar el carácter público de las imágenes. Característica que por las temáticas abordadas se ha tornado en una necesidad para los editores, quienes estiman que ese deseo puede y debe ser compartido. #NiUnaMenos y los necesarios juicios ante delitos de lesa humanidad que llevaron al estrado a genocidas que esparcieron terror durante la última dictadura fueron los primeros temas elegidos para compartir imágenes producidas ante hechos conmocionantes.
Ahora aparece Malvinas, con sus rostros, sus silencios, sus gritos, a veces mudos, que golpean la memoria.
Los fotógrafos Héctor Rio, Matías Sarlo y Franco Trovato Fuoco, editores de Posteo, apuestan con la publicación a crear un ámbito que permita preservar la abundante aunque desperdigada producción de imágenes que hoy se generan. En esta edición ponen el eje en un relato conflictivo, cargado de miradas esquivas. Pero, se sabe, un fotógrafo busca el foco.
"Aquellos que nacimos entre finales de los 70 y principios de los 80 tuvimos vedadas algunas cuestiones —dicen los editores—. Indagar sobre nuestros derechos, sobre lo sucedido durante la dictadura o Malvinas era en nuestra adolescencia una transgresión".
Ante el silencio que los editores ubican en "ese" pasado y el presente de "sobreabundancia de datos" que "parece ser la forma más efectiva de ocultarnos información", publican trabajos de Gerardo Dell'Oro (La Plata, 1966), Daniel García (Buenos Aires, 1953) y Diego Paruelo (Rafaela, 1976), todos reporteros gráficos que trabajan o han trabajado en medios gráficos o agencias de noticias (ver aparte).
Pero, ¿qué se ve en las imágenes de Posteo 3?. Se ven los rostros de soldados, pertrechados, marchando e incluso, uno de ellos, saludando a la cámara. Pero también se ve el rostro de un ex combatiente abatido por el dolor de una guerra loca, impune, o la mueca triste de familiares, un carné de conscripto, armamento, los kelpers desafiantes, despachos de autoridades y tumbas, frías.
Hay algo más, clave en el relato que propone Posteo, se ve la mirada de los fotógrafos. Es posible lograr mirar a través de ellos, de sus elecciones de encuadre, luces, sombras, tiempos y destiempos. Es posible mirar Malvinas.