¿Cómo es hacer teatro en la escuela? A la pregunta respondieron alumnos de distintos colegios
rosarinos que cuentan con la materia en sus aulas, aseguran que es una instancia creativa, que
permite vincularse con otros, desarrollar capacidades expresivas y sobre todo es un espacio para
“disfrutar”. La charla con La Capital se dio en el marco del VIII Encuentro de la
Red Nacional de Profesores de Teatro, realizado en Rosario entre el 11 y 13 de septiembre
pasado.
Durante los tres días del encuentro hubo mucho teatro, elencos locales y grupos de escuelas
secundarias y terciarias aprovecharon para mostrarse. La apertura estuvo a cargo de un grupo de
alumnos de distintas instituciones. Antes de salir a escena, los chicos de Bialik, Maristas,
Latinoamericano, Integral, Politécnico y Gurruchaga contaron cómo funciona la materia en sus
colegios.
Las diferencias en tiempos y dictados varían según cada institución. En el Maristas arrancan en
la primaria y siguen con dos años en la secundaria. En la Integral Fisherton, es curricular,
funciona dos años y el espacio se comparte con otra materia. La Gurruchaga es la excepción: el
teatro es materia desde 7º grado al 5º año de la secundaria, su dictado tiene continuidad y con
profesores con cargos sostenidos por el Estado (ver aparte). También el Superior de Comercio (UNR)
tiene una larga trayectoria de grupos de teatro.
Además de cómo se organiza cada escuela, vale escuchar qué dicen los chicos sobre las clases en
sí. “El teatro fomenta mucho la capacidad para vincularte con otras personas, te desinhibe y
te da la capacidad para hablar frente a otros, es realmente muy creativo lo que hacemos y la verdad
es que lo disfrutamos mucho”, comenta Matías, de la Bialik.
Agostina, de la Gurruchaga, dice que el objetivo “no es formar actores, sino hacer teatro
para expresarse y sentir el cuerpo libre”. Su compañero Mauricio agrega: “El teatro te
hace sentir más seguro”.
“Para los que son tímidos es lo mejor, aprenden a desenvolverse”, agrega otro de los
chicos. Angie, de Maristas, explica que la disciplina es un buen complemento para otras materias:
“Por ejemplo, si estás en lengua y te llaman para una lección oral, algunos se ponen
nerviosos, el teatro ayuda mucho para exponer, es como un complemento en la vida”. El respeto
parece ser otro de los grandes aprendizajes. “Es un trabajo de equipo siempre, tenés que
respetar mucho al otro, no te podés reír de lo que hacen, hay que ayudar a que les salga
bien”, grafica Agostina, quien junto a otros chicos rescatan la evaluación de lo que hacen
como otro momento de aprendizaje.
Los chicos abren sus críticas a la falta de un lugar específico para la materia, en especial,
porque es en la que tienen permiso para “liberar el cuerpo”. “Creo que en todas
las escuelas tiene que haber una amplia gama de posibilidades y el teatro tiene que estar entre
esas. No tiene que estar restringido a las terminalidades artísticas, al contrario: en las técnicas
el teatro es liberación”, apunta Sofia, del Poli.
Los chicos rescatan la voluntad con la que sus profesores trabajan, pelean para que la materia
continúe, los dejen ensayar o por conseguir un lugar acorde para enseñar: “Le ponen muchas
ganas, aman lo que hacen, eso te lo transmiten y nos impulsa también a tenerle amor”.
Respetarse, argumentar, expresarse y despertar la creatividad parecen ser algunas de las
enseñanzas del teatro que, como coinciden alumnos y profesores, “quedan en el
cuerpo”.
Para toda la vida. “Los conocimientos de teatro pasan por el cuerpo y
eso no se olvida en la vida”, precisa la profesora de la disciplina en el Complejo
Gurruchaga, Estela Grisolía. Según opina, “no importa si se dedican a ser abogado o
matemático, lo prepara con un notable sentido de seguridad de sí mismo”.
Estela Grisolía es una de las 200 participantes que estuvieron en el Encuentro de Profesores
realizado en Rosario. Además de docentes se sumaron actores y especialistas en la disciplina.
La ley nacional de educación contempla la posibilidad de que el teatro esté en la escuela. La
norma dice que tiene que haber como mínimo dos disciplinas artísticas en los primeros tres años de
la secundaria, para eso presenta cuatro propuestas: plástica, música, teatro o expresión corporal
que cada escuela puede elegir según el perfil que prefiera para sus alumnos o, en muchos casos, de
acuerdo con el personal con el que cuente.
“En general las que priman son música y plástica, pero teatro también está en el diseño
curricular y nosotros queremos revalorizar eso”, aclara Carina Mangione, una de las
organizadoras del evento y docente del Colegio Maristas.
El desafío es correrse de un momento de esparcimiento ocasional y hacer visible la disciplina
como tal con acciones cotidianas desde las escuelas, con las muestras, los intercolegiales y
encuentros como el de Rosario para que cada vez en más instituciones se incluya el espacio
teatral.