«Rosario es la ciudad que no estuvo en los planes de nadie, y creció como ninguna. Superó pestes, guerras y crisis, resiste y siempre se levanta. Es vanguardista y soñadora». Con estas palabras, el actual intendente Pablo Javkin resume lo que significa la urbe metropolitana más importante del país que no es capital de provincia.
La tercera ciudad del país cuenta con un poco más de un 1,3 millón de habitantes. Ubicada a orillas del río Paraná, no tiene fecha ni nombre de su fundador. Fue declarada como ciudad el 5 de agosto de 1852 por el entonces gobernador Domingo Crespo, cuando se la llamaba Villa del Rosario, reconociendo el apoyo brindado a Justo José de Urquiza en su lucha contra Juan Manuel de Rosas.
Se la conoce como Cuna de la Bandera, ya que en sus costas, el 27 de febrero de 1812, Manuel Belgrano creó la bandera nacional y la enarboló en la batería Libertad, que estaba sobre la costa del río.
Posee cinco museos que dependen del municipio, el de Bellas Artes Juan B. Castagnino (avenida Pellegrini 2202); el Museo de Arte Contemporáneo Rosario (Macro, avenida Estanislao López 2250); el de Arte Decorativo Firma y Odilo Estevez (Santa Fe 748); el De la Memoria, (Córdoba 2019) y el Experimental de Ciencias, que forma parte del Complejo Astronómico Municipal (avenida Diario La Capital 1602, en el parque Urquiza).
La ciudad tiene una superficie total de 178,69 km2, de los cuales 120,37 están urbanizados. Y es la urbe con la mayor cantidad de espacio verde por habitante (12 metros cuadrados por persona), tiene 19 parques, entre ellos el Independencia, en el centro de la ciudad, 325 plazas y plazoletas y un total de 430 mil árboles.
Está ubicada en una posición estratégica, tanto a nivel nacional como internacional, gracias al tránsito fluvial, por el paso de la Hidrovía Paraná-Paraguay, y de cargas viales y ferroviarias.
Es famosa a nivel mundial por el fanatismo futbolero de sus habitantes en torno a los clubes Newell’s Old Boys y Rosario Central; es considerada la capital del fútbol, lugar donde nacieron tres de los últimos campeones del mundo: Lionel Messi, Angel Correa y Angel Di María.
Es también el sitio donde vivió toda su vida Roberto “El negro” Fontanarrosa, donde comenzó el rock nacional, con Litto Nebbia y Los Gatos Salvajes; y el lugar de nacimiento de la Trova Rosarina, integrada por Juan Carlos Baglietto, Lalo de los Santos, Silvina Garré, Jorge Fandermole, Rubén Goldín y Fito Páez, entre otros. Y donde nacieron grandes figuras de diversas disciplinas artísticas, entre ellos los actores y actrices Libertad Lamarque, Luis Machín, Norma Pons, Alberto Olmedo y Darío Grandinetti; los artistas plásticos Antonio Berni, Leónidas Gambartes, Julio Vanzo, Juan Grela y Emilia Bertolé; los periodistas Osvaldo Bazán, Valeria Schapira, Luis Novaresio, Mónica Gutiérrez y Gerardo Rozín; y Ernesto Che Guevara (uno de los líderes de la revolución cubana).
El casco histórico es una de las atracciones para quienes visitan Rosario. En ese sector se pueden apreciar obras de arquitectura de distintos estilos. Entre ellos, persisten el neoclasicismo, art nouveau, art decó y estilo internacional. Las más representativas se encuentran alrededor de la plaza 25 de mayo, punto a partir de donde se desarrolló la ciudad. Algunos de ellos son el edificio de la Municipalidad, la iglesia Catedral, el edificio Bola de Nieve, el teatro El Círculo, el Pasaje PAN, La Favorita, la Bolsa de Comercio, el Palacio Minetti, el Palacio Fuentes, el edificio Cabanellas y el Club Español.
También posee una costa central, para su uso público y gratuito, que conecta el centro con el norte, donde se destacan las playas y el balneario La Florida, con el río Paraná y las islas de fondo.
Además, ofrece una gran oferta gastronómica, distinguida por su variada cocina. En su gran abanico de posibilidades figuran bares, restaurantes, parrillas, pizzerías, cervecerías artesanales, heladerías, cafés y también las colectividades, que ofrecen platos típicos de los pueblos que sentaron las bases de la ciudad.
En palabras del intendente, es “una ciudad vanguardista, pujante, motor del desarrollo, que genera miles de millones de divisas de exportación, cientos de miles de puestos de trabajo con su puerto, que está conectado con las industrias más fuertes del país y con el futuro de la biotecnología”. Y es también el lugar “de la gente buena, laburante y honesta”.