Desapareció un barco destinado a las prácticas de taller de la Escuela Técnica Naval Nº 697. El hecho fue denunciado por un profesor ante el Ministerio Público de la Acusación. También que corre el mismo riesgo un motor de grandes dimensiones valuado en unos 400 mil pesos. La denuncia es un dato más en una cadena de desidias que padece este establecimiento educativo secundario público y provincial. La escuela funciona en Buenos Aires 2768, alquila, no tiene edificio propio; por descuido se han perdido importantes subsidios nacionales para mejoras. Además recaen bajo el actual director serias acusaciones de prácticas autoritarias. Todo eso repercute en la pérdida de matrícula y pone en duda la validez del título que otorga a sus egresados. Advierten que el Ministerio de Educación de Santa Fe está al tanto de todo "pero nunca hizo nada".
La Escuela Naval Prefecto Marítimo Carlos Mansilla cumplirá 50 años el 27 de junio que viene. Hasta 2006 dictó sus clases en un edificio ubicado en 27 de Febrero y acceso sur de Circunvalación. Eso fue hasta que la provincia decidió trasladarlo a la sede actual, alquilada, ubicada en la esquina de Buenos Aires y Virasoro. "Fue un traslado inesperado, donde nunca se explicó claramente por qué, además de no respetar que la concesión histórica para funcionar ahí la había otorgado la Nación a la escuela, no a la provincia", repasan los profesores Mauricio Hadad y Hugo Masoero, maestros de taller. Hadad enseñó en la técnica naval, hasta que en 2013 titularizó en otra escuela de la zona sur. Masoero lleva 32 años unido a la Naval. Al momento de trasladarse quedan en la vieja escuela el motor Fiat de 6 cilindros, que había sido reparado para el taller de los alumnos, y el barco de 12 metros de eslora y 4 de manga que también estaba destinado a las prácticas de aprendizaje. El motor está valuado "en unos 400 mil pesos y el barco en una cifra similar o mayor".
Incógnita. "Al barco lo movieron de lugar el año pasado y ya nadie sabe dónde está. Hace poco pasé con el auto y vi que habían llevado el motor hasta Pellegrini y avenida Belgrano. Fue cuando me decidí a hacer la denuncia", dice el profesor Mauricio Hadad. El 27 de abril pasado se presentó ante el Ministerio Público de la Acusación y dejó constancia de estos graves hechos, por tratarse de patrimonio de una escuela pública. En el documento advierte sobre el riesgo que corren estos recursos que "terminan siendo vendidos o pasan a desguace (a Acindar)". El docente expresa además en la presentación: "Es mi deseo instar la acción penal por el hecho sucedido". "A pesar de que no querían recibir la copia de esta denuncia entró en la misma fecha por mesa de entrada en la delegación regional del Ministerio de Educación", añade el docente y exhibe una copia del documento a La Capital.
Preocupante. El relato de Hadad y Masoero sobre la actualidad de esta técnica es desolador. No contar con edificio propio obligó a la escuela a dictar una parte de sus talleres en un galpón ubicado en Colón y Garay, donde las clases se suspenden cuando llueve porque los techos están en condiciones deplorables. Hace poco recibieron un subsidio para reparaciones de electricidad que usaron. "Las paredes estaban electrificadas, a tal punto que teníamos un perro de la calle que siempre rondaba el taller. Los chicos lo llamaron «Buscapolo» porque cuando no se acercaba a la entrada sabíamos que nosotros tampoco debíamos hacerlo: el piso o las paredes estaban electrificadas", describen con esta anécdota la trágica realidad. Además los estudiantes EM_DASHpor la modalidad de la secundariaEM_DASH deben cursar clases de remo en un club privado de la costa rosarina y practicar buceo en un club de la zona sur.
El profesor Masoero habla con profunda tristeza de la historia de una escuela a la que vio crecer y de la que su padre fue director en los primeros años de la democracia: "En el 84 era de arte y oficios y tenía 40 alumnos, más tarde se hizo técnica y en 1995 llegó a tener 700 alumnos". Actualmente tiene una matrícula de unos 350 estudiantes. Hay cinco primeros años con unos 30 alumnos cada uno y solamente 15 jóvenes en el 6º año. El dato grafica la pérdida progresiva de estudiantes. Los maestros de taller aseguran que nada es por casualidad. Citan como ejemplo que la escuela recibió importantes sumas de dinero, primero 500 mil pesos, más tarde 150 mil por los Planes de Mejora del Ministerio de Educación de la Nación. Dinero que tuvieron que devolver porque el director nunca presentó los proyectos correspondientes.
Sin vínculos. La escuela perdió un vínculo indispensable que tenía con la Armada Argentina para que los estudiantes puedan obtener la libreta de embarque. Tampoco actualmente mantiene relación con la Prefectura Naval, otro organismo con el que debiera trabajar en forma estrecha. Esta modalidad ofrece a sus egresados el título de técnico electromecánico motorista naval. Dada la falta de sede propia, de recursos y el descuido respecto de los subsidios, la calidad educativa está seriamente afectada y golpea de lleno en los adolescentes que concurren a esta técnica, la mayoría de sectores vulnerables. ¿Salen preparados los chicos para el título que promete la modalidad? La respuesta que llega de los docentes es tan contundente como dolorosa: "Así, como está hoy la escuela, no".
El 8 de abril de 2010 se anunció oficialmente la nueva escuela. El entonces gobernador Hermes Binner y el intendente Miguel Lifschitz firmaron un convenio de cesión de un terreno del municipio a la provincia, para construir la sede propia de Técnica Nº 697. Tal como se lee en el portal santafe.gob.ar, "el proyecto demandará una inversión estimada en 18 millones de pesos. La sede propia se levantará en un terreno de 7.960 metros cuadrados ubicado en la esquina de la avenida Gutiérrez y Cepeda en la zona sur de la ciudad de Rosario, frente al Parque del Mercado". El anuncio oficial nunca pasó de eso.
Intervención. Entre 2008 y 2012 la dirección de la escuela fue intervenida por Educación. Luego asumió por escalafón la dirección quien hasta ese momento ejercía como profesor de la escuela, Jorge Buchaillot. Los maestros de taller recuerdan que en la delegación del Ministerio de Educación descansan algunas denuncias sobre prácticas autoritarias de este director, que trabajó en telecomunicaciones en la Armada. Entre esas acusaciones está "la de haber reivindicado a Alfredo Astiz (represor de la dictadura) en una reunión de profesores", y en cierta oportunidad que un grupo de alumnos llegó tarde a la escuela de haberlos "puesto a todos contra la pared para tomarles los datos".
"Todo está en conocimiento del Ministerio de Educación de Santa Fe. Siempre hemos ido a reclamar. ¿Y sabés que nos dicen cuando nos ven?: «¡No!, otra vez los de la Naval!»", comparten los docentes preocupados por la penosa situación de esta escuela pública.