Una bella joven rosarina protagonizará una comedia musical nada menos que en la
mítica Broadway de Nueva York. Se llama Josefina Scaglione y tiene 21 años. La actriz fue
seleccionada luego de que un productor norteamericano la viera tarareando una canción en un video
subido a YouTube. "Es algo que busqué, pero que no pensé que llegaría tan rápido", dijo la actriz,
que estudió en la Escuela de Comedias Musicales del teatro El Círculo y hasta el 3 de noviembre
seguirá disfrutando de su rol en "Hairspray", que se mantendrá en cartel en Buenos Aires. El
musical con el que se presentará en Broadway se llamará "West Side Story".
—¿Pensabas en llegar a actuar en Broadway algún día?
—Es que fue algo caído del cielo porque ahora no lo busqué. En realidad lo
hice, pero no pensé que se iba a dar tan rápido y de esta manera. Tenía pensado ir a Broadway en
algún momento de mi vida, una vez que me hubiera hecho un nombre acá. Pero así no lo esperé nunca.
Lo tomo como un regalo del cielo y lo disfruto muchísimo.
—¿Cómo hicieron contacto con vos?
—Fue toda una sorpresa. Mediante Federico González del Pino llegó a manos
de Arthur Laurents, el guionista de la obra, un video mío que circula por internet donde tarareo
"Libertango". Inmediatamente les gusté para hacer María de "West Side Story". Estaban buscando una
actriz para ese papel desde abril de este año. Me pidieron que mandara un material con dos
canciones de "West Side Story" y una escena. Cuando lo vieron me dijeron: "Veníte que queremos
confirmar que vos sos la María que estamos buscando".
— Qué pasó el día de la audición?
—Estaban Arthur Laurents, que es el libretista; el hijo de Leonard
Bernstein, los productores. Fue todo muy rápido. Fue emocionante y todos lloraban cuando
terminé.
—¿Qué te dijeron? ¿Qué tuviste de especial para ser seleccionada?
—Me dijeron que es algo que no hacen allá y que tenemos los latinos: hacer
todo desde el alma y cantar desde el corazón. Estaban buscando una chica que dé naif, pero que sin
embargo tenga la fuerza y el carisma de un latino, que no es lo mismo que un americano. Es muy
distinto y se ve que se transmite.
—¿Este es sólo un paso, o la máxima aspiración?
—No creo que sea el techo porque uno aspira siempre a seguir superándose,
pero sí que es un paso muy importante, muy grande, y que si Dios quiere me va a abrir muchas
puertas. Tengo que saber aprovecharlo y disfrutarlo. Pero es un paso gigante.
—Tus amigas ya te están envidiando un poquito, ¿no?
—No, están felices y compartiendo mi alegría. Eso sí, me piden que les
firme autógrafos ahora y que les dé la ropa de las obras para poder venderla dentro de unos años
(risas).