Mercurio retrógrado. Sol en Piscis y luna en cuarto creciente en el signo de Cáncer. Mientras los planetas se alineaban allá arriba, acá abajo, en la Tierra, un grupo llamado Babasónicos tomaba posesión de la vía láctea y desplegaba un arrullo de estrellas sobre el escenario del Anfiteatro Municipal. El sábado por la noche todo se predisponía a entregarse a la emoción y al magnetismo de Adrián Dárgelos, el frontman que nunca defrauda. Más de 4 mil personas disfrutaron el frenesí de sus melodías con una puesta impactante de luces y pantalla de led extra large.
En la previa, se presentaron el rosarino Juani Favre y los porteños de El Kuelgue.
Babasónicos llegó con una propuesta nueva: la presentación oficial de su nuevo material discográfico "Discutible", que demostró en vivo y en directo ser uno de sus mejores álbumes de los 21 que lanzaron. Saben reinventarse, innovar y sorprender siempre a sus fans.
Si bien el concierto comenzó con dos retrotracks "Desfachatado" y "Pendejo", en la lista de temas predominaron las nuevas creaciones ya que tocaron el disco nuevo casi completo, sólo faltaron dos temas. Y qué buena decisión: los fieles seguidores del grupo celebran esta audacia tan necesaria de reinventarse y no necesitar de los clásicos para dar un concierto brillante.
"Trans-algo" fue la primera en sonar del nuevo disco, una oda a la igualdad de género compuesta por el guitarrista Mariano Roger. "Soy uno de tantos que anda buscando libertad", aseguran haciéndose eco del grito generacional. Por cierto es la canción más "babasónica".
"La lanza" fue una de las pocas referencias que hicieron a su disco anterior, "Romantisísmico", editado en 2013.
Y así llegó "Bestia pequeña", una de las joyitas del nuevo álbum que logra un entramado de sonidos retro y de vanguardia, como una perfecta fusión entre Depeche Mode y Daft Punk y un Dárgelos autorreferencial que indaga en su carrera musical.
Mix infalible
La energía que se genera en los shows de Babasónicos es una clara referencia al carisma de sus integrantes y de su conexión con los fans que resulta infalible. Un momento clave fue el del estreno en vivo de "Ingrediente", una pieza asimétrica que invita a la seducción y que hizo bailar a los fans.
Sin embargo, la fragilidad de esta primera tanda de canciones se quebró cuando aparecieron los primeros acordes de "Soy rock", uno de los tantos hits que dio a luz "Jessico" en el 2001. La pantalla que cubría todo el fondo del escenario se tiñó de rojo y prendió fuego al público que se regocijaba de ver al frontman danzar.
"Cómo eran las cosas" fue una de las más celebradas de la velada frente al río Paraná, el escenario ideal y real de este concierto que convocó una multitud de fanáticos de una franja etaria bastante amplia; adolescentes, jóvenes y muy adultos. "Risa" fue otro de los temas elegidos para repasar la discografía de la banda, amplísima y variada. "Me gustas tanto que no sé por dónde voy", cantaban público y banda al unísono.
Párrafo aparte para "Adiós en Pompeya", que seguramente se transformará en un clásico, ya que es una clara canción con sello del grupo. Los coros, los tempos y la melodía hacen de esta canción una pieza que enriquece el álbum.
La pregunta
"¿Quién está dispuesto a matar? ¿Quién esta dispuesto a morir? ¿Quién esta dispuesto a luchar? ¿Quién esta dispuesto a pelear, por lo que no vale nada?" interpela Dárgelos en el primer corte de su nuevo material titulado "La pregunta", que sin dudas fue la gema de la noche. Impetuosa, directa y reflexiva, la banda invitó al auditorio a un baile frenético donde el sonido electro pop coqueteaba con la psicodelia propia de la banda.
Por supuesto que no faltaron clásicos como "Y qué?" de "Infame" (2003) que marcó tendencia con su lírica desfachatada. Todos la siguen y la seguirán coreando.
Antes de la despedida, la banda lanzó sus últimos dos temas nuevos "Cretino" y "Orfeo" , que funcionaron tan bien en vivo como lo hacen en la disco. Los bises fueron del pasado. "Flora y Fauno" de "A propósito" (2011) y la frutilla del postre "Putita".
Y aquí hace falta detenerse. La banda, una de las más exitosas de Latinoamérica de los últimos años, brindó una versión clásica pero cargada de emoción de este hit que cautiva a los seguidores.
La luna y las canciones lentas son buenas amantes y Dárgelos lo sabe, así que nada más acertado que culminar un show brillante con una balada romántica. "La Venus es caricatura, tenés que ser de todos", citaba el líder mientras daba fin al show.
La banda se había presentado por última vez en 2018 en Vorterix, con un repaso de su carrera y en 2017 había presentado su DVD y disco "Desde adentro. Impuesto de fe", que fue grabado en México, con versiones nuevas de temas sclásicos y temas nuevos como "Vampi".
Entre planteos existencialistas y melodías que invitan al público a una fiesta popular, Babasónicos demostró una vez más que hace y deshace lo que quiere.
Una banda que inspira y seduce. "Gracias por regalarnos esta noche magnífica", dijo el cantante al público rosarino. Gracias a Dárgelos queda Babasónicos. En ellos habitan multitudes.