Entre pequeñas calas casi vírgenes e impresionantes montañas se encuentra la ciudad de Nerja, capital turística de la Axarquía. Un lugar fascinante en la Costa del Sol, en el límite oriental de la provincia, y a 50 kilómetros de Málaga.
Entre pequeñas calas casi vírgenes e impresionantes montañas se encuentra la ciudad de Nerja, capital turística de la Axarquía. Un lugar fascinante en la Costa del Sol, en el límite oriental de la provincia, y a 50 kilómetros de Málaga.
Su benigno clima permite disfrutar plenamente de su encanto todo el año, respirando la tranquilidad de un pueblo que conserva el sabor de su pasado morisco. Al tiempo, Nerja ofrece la mejor oferta de alojamiento y ocio de la zona, con una calidad inigualable.
Pero sin dudas, su principal atractivo es la Cueva de Nerja, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la prehistoria, que fueron descubiertos el 12 de enero de 1959, y son ahora unas de las mayores atracciones turísticas de España, visitadas por cientos de miles de personas cada año.
Una de las cuevas más bonitas de Europa tiene una columna de 32 metros de alto en el centro, que esta formada por estalactitas y estalacmitas que se formaron a lo largo de millones de años por millones y millones de gotas de agua. Hay dos entradas naturales a la cueva y una tercera creada en 1960 para facilitar el acceso para los turistas.
La Cueva de Nerja se encuentra en las afueras de la ciudad cerca del pueblo de Maro. En el mes de julio se realiza un importante festival al que acuden famosos artistas nacionales e internacionales que actúan en un fabuloso escenario subterráneo. La cueva está abierta desde las 9.00 hasta las 17.30 (hasta las 20 en julio y agosto).
La cueva está constituida por tres zonas principales: Las galerías turísticas, altas y nuevas. A su vez, éstas cuentan con la Sala de los Fantasmas, del Belén, de las Cascadas, de las Columnas de Hércules, de la Inmensidad, de la Lanza y de la Montaña. Con una longitud de 4.283 metros, esta puerta que conduce a las entrañas de la Tierra ofrece innumerables bellezas propias de las formaciones naturales. A ellas se le suman más de una veintena de pinturas rupestres que se fecharon en la etapa auriñaerense.
En la Sala del Vestíbulo hay un yacimiento arqueológico y una vitrina con paneles de pinturas, restos humanos y utensilios hallados en la cueva, en la de la Torca se encuentran pinturas antropomórficas en tanto que en la Sala de los Fantasmas, predominan las representaciones simbólicas y de animales. Restos testigos del enterramiento de una mujer del 6.300 a.C, o la huella de una sacudida sísmica de hace 800.000 años en la comarca, son otras de las extraordinarias vivencias que la Cueva de Nerja regala al asombrado visitante.
Nerja posee nueve kilómetros de playas dotadas con los mejores servicios, desde la internacionalmente conocida Burriana, hasta las pequeñas calas vírgenes del paraje natural de los acantilados de Maro. Fuente de inspiración de numerosos artistas que han establecido allí su residencia.
Los amantes de la naturaleza, pueden disfrutar de sus maravillosos paisajes en la zona de acampe en el parque biotemático. Para los que buscan actividades alternativas en sus vacaciones, pesca, submarinismo, esquí acuático, piragüismo, motos acuáticas, senderismo, cicloturismo, cabalgatas y parapente, entre otras actividades.
El centro histórico de Nerja fue construido a partir de 1487. Allí se encuentra el Balcón de Europa, un mirador sobre el mar (construido sobre un antiguo castillo del siglo IX). En el Boquete de Calahonda comienza el Paseo de los Carabineros, un bello camino enclavado en un paisaje natural de rocas bordeando la costa hasta la playa de Burriana. A un lado del Balcón, está la Iglesia del Salvador, del siglo XVII, de estilo barrocomudéjar.
También se puede visitar la ermita de Nuestra Señora de las Angustias, del siglo XVI, con frescos del maestro Alonso Cano. En el casco antiguo, las pequeñas tiendas ofrecen toda la artesanía y productos típicos de la zona, desde el vino dulce al aceite de oliva, la miel o los frutos tropicales.
En sus marisquerías se pueden degustar el típico “pescaito frito”, mientras la amplia variedad de restaurantes internacionales ponen al alcance del visitante un universo gastronómico. Nerja mantiene vivas sus tradiciones como la Semana Santa, la Romería de San Isidro, San Juan o el Día del Carmen se celebran de una manera especial.
De exploradores a descubridores
Transcurría el 11 de enero de 1959 cuando cinco jóvenes de Maro y Nerja (Francisco Navas Montesinos, Miguel y Manuel Muñoz Zorrilla, José Luis Barbero de Miguel y José Torres Cárdenas) decidieron ir a buscar murciélagos a un pozo que por aquel entonces era conocido como “La Mina” y donde al anochecer se podía observar como salía gran cantidad de estos animales.
Una vez que penetraron en aquella caverna, uno de los jóvenes sintió una suave corriente de aire húmedo que salía hacia el exterior. Buscando con la linterna vieron que dicha corriente procedía de una estrecha hendidura que no pudieron atravesar porque dos grandes estalactitas se lo impedían. Los muchachos decidieron volver al día siguiente portando algunas herramientas con las que lograron romper las estalactitas. Uno de estos cinco jóvenes curiosos penetró por la estrecha chimenea hasta saltar al suelo, desde allí avisó a los demás y arrastrándose por otro estrecho pasadizo y posteriormente incorporándose lograron llegar a una gran galería donde la luz de las linternas se perdía en la inmensidad.
Asombrados pudieron comprobar que no eran los primeros seres humanos que habían estado en esta cavidad, ya que hallaron unos esqueletos tendidos junto a unos cuencos de cerámica. Asustados, decidieron regresar y contar todo lo visto a familiares, amigos y maestros, difundiendo así su descubrimiento.
No sería hasta la segunda visita en que un médico y un fotógrafo realizaron unas fotografías que fueron publicadas unos meses después, en el periódico local malagueño “Sur”, cuando se dio a conocer esta cavidad como “la Cueva de las Maravillas” y por último con su actual denominación “Cueva de Nerja”.
Una vez descubierta la cueva, hechas diferentes exploraciones y dada a conocer por la prensa, es cuando se toma conciencia de su importancia turística y científica, de tal modo que la Delegación de Excavaciones Arqueológicas de Málaga se preocupó en localizar la primitiva entrada o un acceso más viable ya que el pozo de la Mina o entrada del descubrimiento era de gran dificultad.
La búsqueda de este acceso se realizó por diversas galerías hasta que en una de ellas apareció un testigo o punto de referencia de la superficie, una gruesa raíz de un árbol, que resultó ser una sabina y que propiciaría cuatro metros más abajo la localización de una nueva entrada. Más tarde, mediante un barreno para retirar una gran roca, se perforaría y despejaría la entrada que durante miles de años había impedido que alguien penetrara de nuevo en su interior.
Igualmente se realizaron las primeras excavaciones arqueológicas y trabajos de acondicionamiento para su visita turística, inaugurándose en 1960, y justamente un año después la cueva sería declarada Monumento Histórico-Artístico, el 15 de junio de 1961. Posteriormente, se realizaron diversas expediciones para conocer en su totalidad la cavidad y sus distintas galerías, hasta que en 1969 se descubrió un estrecho paso en la zona derecha y casi en el techo de la sala del Cataclismo, este paso propició otro magnífico descubrimiento, las llamadas Galerías Altas y Nuevas, cuyas magníficas salas, formaciones y restos de vida, aún no pueden ser contempladas por los visitantes.