La ciencia local sigue dando que hablar en el mundo. Tras la llegada a Wall Street de Moolec -fundada por el rosarino Gastón Paladini-, ahora una firma local cerró una ronda de inversión récord en su categoría. Se trata de Michroma, que obtuvo u$s 6,4 millones de dólares para potenciar sus capacidades de investigación y desarrollo, focalizadas en la producción de colorantes libres de petróleo.
Michroma es una empresa fundada en 2019 por Ricardo Cassini y Mauricio Braia, que actualmente tiene sus laboratorios en la sede de la Universidad Católica Argentina (UCA), en Pellegrini al 3.300. Con una pata aquí y otra en Estados Unidos, logró esta semana un financiamiento clave para avanzar en su proceso productivo. Aunque de momento no tienen un producto en el mercado, prometen revolucionar el mercado alimenticio, con una fórmula que tiene una fuerte apuesta a la sustentabilidad.
La firma utiliza tecnología de punta para desarrollar colorantes y proteínas a partir de hongos filamentosos, siendo de las pocas en el mundo en trabajar sobre esta temática. "Estamos en condiciones de satisfacer la demanda de los consumidores por alimentos más saludables y sostenibles sin ingredientes derivados del petróleo", contó Cassini, quien en diálogo con La Capital mostró su satisfacción por la exitosa ronda de financiamiento: "Buscábamos u$s 5 millones y logramos u$s 6,4 millones, lo que demuestre el interés de nuestros inversores", agregó.
La ronda de inversión fue liderada por Supply Change Capital, un fondo de capital emprendedor de foodtech respaldado por 301 INC, la unidad de capital de riesgo corporativo de General Mills. Entre los nuevos inversores se encuentran Be8 Ventures, que cuenta con el capital de Dr. Oetker, una empresa internacional de alimentación con sedes en más de 40 países; y CJ CheilJedang, un conglomerado coreano que es el principal proveedor mundial de bioproductos generados mediante fermentación.
La obtención de este nuevo capital es un paso trascendental en el camino iniciado en 2019, que ya acumula otras dos rondas de inversión, aunque por montos muy menores. Según dijo Cassini, lo obtenido esta semana es récord en lo que refiere a series tipo semilla para el sector foodtech en Latinoamérica.
Como la gran mayoría de estos emprendimientos, la producción masiva es una instancia que se logra tras varios años de investigación y desarrollo. "En biotecnología lleva muchos años llegar al producto y lograr las aprobaciones regulatorias", reconoció el empresario, quien manifestó que sí tienen avances concretos en materia de patentes. En paralelo a este proceso, la firma no detiene su crecimiento, tanto a nivel personal como infraestructura.
Según relató Cassini, el equipo está integrado por 15 personas -casi el triple del número original-, pero ya piensan en llegar a 40 hacia 2025. Para acompañar este crecimiento, actualmente se encuentran en la búsqueda de una nueva sede en Rosario: "Ya no entramos, así que la idea es mudarnos a un espacio de entre 400 y 600 metros cuadrados", especificó.
Solución sustentable
La empresa rosarina se inserta en el mercado de los colorantes alimentarios, cuyo valor estimado ronda los u$s 2.600 millones, según se difundió en un comunicado de prensa, que resalta una encuesta, en la que el 92% de las personas están preocupadas por los efectos de los colorantes artificiales sobre su salud. “Los grandes productores de alimentos (BurgerKing, Nestlé, Kraft, Mars, General Mills, etc.) tomaron nota y están dejando de utilizar los colorantes artificiales para satisfacer la demanda de ingredientes naturales por parte de los consumidores”, reza el texto oficial.
El comunicado indica que las principales investigaciones “resaltan los efectos perjudiciales del consumo de colorantes artificiales”, por lo que la Oficina de Evaluación de Peligros para la Salud Ambiental de California concluyó en 2021 que los colorantes alimentarios artificiales repercuten en el comportamiento neurológico de los niños. Recientemente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) recibió una petición del Centro para la Ciencia en el Interés Público junto a otras 23 organizaciones y científicos destacados para prohibir el uso del colorante Rojo No.3 en los alimentos.
Precisamente, el enfoque novedoso de Michroma se centra en la creación de biofábricas fúngicas para producir moléculas pequeñas, como los colores, de manera más eficiente.
"Aprovechamos el poder y la versatilidad de los hongos filamentosos con nuestra plataforma de synbio. Combinando una cepa única de hongos con fermentación de precisión, somos capaces de producir moléculas complejas de alto valor con rendimientos elevados nunca antes vistos en la industria de la biotecnología", explicó Mauricio Braia, co-fundador de Michroma.
La empresa es pionera en el avance disruptivo en la industria de ingredientes con colorantes de alto rendimiento elaborados a partir de hongos mediante la fermentación de precisión. Impulsada por la creciente demanda del mercado por ingredientes más saludables y sostenibles, Michroma comenzó desarrollando un novedoso colorante rojo llamado Red+, resistente a la temperatura y estable en todo el espectro de pH de los alimentos. Estas características permiten que los colores sobrevivan a procesos como la pasteurización, la cocción y la extrusión, que se encuentran entre los procesos más intensivos para los colorantes naturales.
El portfolio de productos de la empresa empieza con los colores cálidos, los cuales representan el 90% del mercado alimentario, e incluye otros colores y sabores novedosos que se venderán combinados, lo que permitirá ofrecer soluciones integradas a las empresas.
Tras prototipar con las principales empresas de alimentos del mundo, Michroma se encuentra negociando acuerdos de distribución del Red+ con proveedores de ingredientes para su distribución mundial. Mientras la empresa continúa su camino hacia la escala industrial, presentará las peticiones correspondientes de aditivos colorantes ante la FDA y la EFSA.