“El amor es como un buen cuento que se lee una y otra vez. Eso es lo que nos lleva a apostar al amor como buenas rutas de belleza, esa belleza que siempre nos está salvando”, dice Emilia Cadoppi, autora de La banda está revuelta. Un cuento infantil ilustrado por Nerina Canzi y editado por Homo Sapiens, que a través de sus protagonistas animales aborda el más universal de los temas: el amor.
En esta historia, la banda estaba revuelta por un amor que vino a desafiar lo establecido. Los protagonistas del escandaloso romance son el gato Leo y la cotorra Bel, y todo un barrio conmocionado que no encuentra explicación a lo sucedido.
Para la mirada ajena, él es un lunático y ella una atrevida. No tienen nada en común, viven en barrios diferentes, tienen historias y familias diferentes, pero contra toda norma y pronóstico cuando se encontraron se sintieron felices.
Las vicisitudes de este amor que viene a romper moldes se relatan en este cuento infantil que forma parte de la serie Lomas creada por Cadoppi, integrada también por los cuentos Omelette de teros, también en su versión en inglés, y ¿Dónde están las moras?, de aparición en diciembre. Todos ellos con un común denominador: protagonizados por animales, con bellas ilustraciones y mucho de buen humor. “Me gusta que los cuentos generen alegría, porque hay demasiada tristeza dando vuelta. También me gusta que la imagen sea un disparador para soñar”, dice la escritora en una charla con La Capital.
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El libro de Cadoppi cuenta con ilustraciones de Nerina Canzi.
Sobre la autora
Emilia Cadoppi estudió letras en la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Vive en la ciudad pero formó su familia en la localidad de Humberto Primo, una comuna del centro oeste provincial. Trabajó en la docencia durante 30 años como profesora de literatura en escuelas medias, actualmente está jubilada y lleva sus producciones literarias a distintos espacios educativos. Escribió prosa y poesía para adultos, obras de teatro con sus alumnos y textos académicos por los que fue premiada, pero su acercamiento a la literatura infantil fue un fenómeno abrupto y novedoso. “Llegué a este género durante la pandemia, es reciente pero fue muy intenso. Comencé a trabajar con una anécdota familiar apoyada en un grupo de narradores y me apasionó poder hacer síntesis a través de la literatura infantil”, cuenta. El descubrimiento fue tan potente que logró una amplia producción de cuentos en muy corto tiempo.
El aislamiento la condujo al cuento infantil casi como una cuestión de supervivencia. Un momento excepcional que le permitió conectarse con las memorias de una infancia feliz, plagada de fantasías que quiso compartir a través de la escritura. En la primera página del libro y a modo de prólogo, Cadoppi expresa: “Escribo desde la emoción de mi infancia”, y en la charla se explaya sobre ese sentimiento: “En mi infancia yo era mi propia actriz, me había creado un personaje y tenía tanta libertad en esa emoción que era maravilloso. Era muy pequeñita, distinta a mis compañeras que eran muy altas y a las que veía muy hermosas. Me sentía una iluminada en mi sonrisa y en mis ojos de actriz, recuerdo que teatralizaba todos los temas de María Elena Walsh. Era una infancia de bicicleta, de pueblo, de veredas de paraísos, de calles de tierra, de ir a las carpas de los gitanos y de interesarme por la astrología”.
La producción de la serie Lomas llevó a Cadoppi a peregrinar con sus historias por escuelas de distintas ciudades y pueblos de la provincia de Santa Fe, como Rafaela, Sunchales y San Vicente. Además cruzó fronteras y llegó hasta Chaco, donde recientemente presentó su cuento en la Feria Iberoamericana del Libro, y fue invitada a una escuela bilingüe en la que niñas y niños de comunidades originarias recibieron con entusiasmo los cuentos a través de sus protagonistas. “A todos los chicos los convocan las historias protagonizadas por animales, ellos mismos cuentan anécdotas de sus propias mascotas”, afirma. Las giras literarias emprendidas la definen como una promotora de lectura. Una tarea que asume desde sus tiempos docentes y desde esa experiencia rescata la importancia que tiene la narración oral en los oyentes, cualquiera sea su edad.
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Romper mandatos
La escritora caracteriza a La banda está revuelta como un cuento a la vieja usanza, y señala que la naturaleza siempre da lugar a la generación de historias universales y enriquecedoras para chicos y grandes. “Pensé en cómo hablar del amor en el concepto mas puro, tratando el tema de género desde el lugar de la ingenuidad, para volcarlo en la discusión del marco familiar sin que sea una imposición. Hay amor en todo, en la amistad, entre hermanos, entre pares y no importa el sexo”, dice Cadoppi, quien ofrece una historia también valiosa desde la mirada de la educación sexual integral (ESI).
En el barrio de las cotorras, como en otros barrios, hay un regla tácita que establece que las catas se enamoran de las catas y los gatos de los gatos. Pero no siempre sucede de ese modo, por eso la escritora se toma el trabajo de echar por tierra algunos mandatos y desarmar estigmas encarnados en los protagonistas de esta historia: “He observado la mala prensa del gato, el que se come a la presa. Como no podía ser de otro modo, Leo es el estigmatizado de esta historia. Bel, por su parte, es un personaje potente, que insiste en elegir por sí misma qué hacer con su vida”.
Las catas viven en abalorios y conforman un barrio que se llama “La casa de rumores”, donde nunca faltan las habladurías y los chismes, y en donde todos hablan de todos. Es una comunidad muy libre, pero que también aloja a personajes como Pacoperico, el papá de Bel, una especie de patriarca que se obstina en poner sus normas. A pesar de la mirada prejuiciosa del entorno, la cata Bel se destaca como una protagonista que condensa el poder femenino, que sabe cuidarse y pelea por elegir libremente lo que le gusta. Cualidades por los que se gana el calificativo de “atrevida”, asignado por alguna vecina del barrio.
En medio de tanto revuelo, el escandaloso romance deriva en una asamblea comunitaria, con mediadora y todo. Un papel interpretado por Girarol, una perra galgo recatada que sabiamente propicia el encuentro entre las partes dando lugar a las ideas y opiniones de todos, con el objetivo de llegar a un consenso siempre posible. Un tema no menor en los tiempos que corren. La historia de Leo y Bel también demuestra que la escucha del otro y el respeto por la mirada ajena es factible, aún cuando el conflicto se presente entre un grupo de gatos libertinos y una banda de cotorras bochincheras.
Con La banda está revuelta, Cadoppi cuenta una historia de amor y los desafíos que deben afrontar sus protagonistas para hacerlo posible. Pero además, narra sobre lo bello y enriquecedor que puede ser el encuentro con un otro diferente.