En aquel momento realizó también un vuelo de bautismo en el Aero Club de Gálvez y a partir de allí logró unir dos de sus pasiones: la fotografía y el vuelo. En poco tiempo sobrevoló territorios vecinos, realizando postales aéreas de campos y estancias, que comenzaron a recorrer el mundo.
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En el año 2000 un accidente automovilístico lo dejó temporalmente sin habla, situación que hizo que se volcara aún más a la fotografía aérea. Lentamente comenzó a sumar a su lista de clientes a empresas importante, sobre todo constructoras que hacían obras públicas, compró su primera cámara digital, abandonando así el formato analógico. Contaba con la ventaja de ser el único en la zona y en el rubro. A partir de ese momento pasó a ser reconocido como fotógrafo aéreo, se registró en la en la Administración Nacional de Aviación Civil y en la Empresa Argentina de Navegación Aérea para trabajos comerciales.
Se recibió también de piloto de parapente. Aunque el avión fue el medio más utilizado, también lo ha hecho en helicópteros y globos. Hoy cuenta con más de 4 mil horas de vuelo fotográfico, con 20 años de trayectoria recorriendo el cielo de casi todas las provincias de Argentina.
Proyecto actual
"Santa Fe 365" busca captar imágenes de todas las localidades, desde las grandes ciudades hasta pequeños parajes, algunos de los cuales resultan especialmente atractivos. “Son fotografías artísticas, se toman todas en las mejores condiciones que pueden ofrecer el clima y las condiciones del suelo, en vuelos diurnos, por medio de un avión o un helicóptero”, cuanta el profesional a La Capital. Y revela que los mejores meses son de septiembre hasta mayo. Después comienzan las heladas y todo es más difícil.
“Tengo la mayoría de las localidades hechas, porque arranqué en noviembre de 2020, trabajé todo ese verano y durante 2021. Este año arranqué con Rafaela hacia el norte para llegar a todo lo que es la zona de Ceres", recuerda. Aunque la mayoría de las fotos son diurnas, también toma algunas nocturnas en los lugares donde hay pistas en condiciones para este tipo de vuelos.
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Fabre no es piloto de avión (“hacer un curso significaría sumar más actividades a las que ya hago”, dice), y aunque los planes de vuelo los arma él, siempre despega con un piloto. “Trato siempre de buscarlos de cada zona, en los aeroclubes, los baquianos conocen bien sus territorios, hay cosas que no están en los mapas y los paisajes cambian constantemente y la gente de cada lugar ayuda mucho a mejorar la calidad de las fotos y a no perder lo importante de cada zona”, reconoce. Y afirma que tomando el centro de la provincia se majena 200 kilómetros al norte y al sur con un mismo piloto, pero que pasado ese límite, ya busca gente de cada zona.
Atractivas
En cuanto a los lugares que le han resultado más atractivos para fotografiar, desde luego la lista la encabeza Rosario, “donde se pasa de la isla al río y del río a una ciudad inmensa. El Paraná realza mucho las imágenes de la ciudad, que tiene lugares icónicos, como el puente a Victoria, el Monumento a la Bandera con su parque, o los nuevos edificios sobre la costa”. Pero también le ha impactado la ciudad de Santa Fe, rodeada de ríos y bañada por la laguna Setúbal, con “el puerto metido adentro de la ciudad y edificios tan emblemáticos como la Casa de Gobierno”.
Pero no son las únicas. Fabri sobrevoló Venado Tuerto y le resultó interesante no solo por la ciudad sino por la cantidad de lagunas que la rodean. “Eso ahora no se puede percibir tan bien por la sequía, esas lagunas están bastante secas, pero es una característica de la geografía de la zona” asegura el fotógrafo. Rafaela es otra, “con su industria, avenidas y plazas muy grandes. Es una ciudad que evoluciona y siempre se la ve distinta, igual que a Sunchales, que también está cambiando mucho”.
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Pero más allá de las ciudades grandes, reconoce algunos pequeños poblados que le llamaron la atención, como las colonias (Ana, La Rosa, Bossi), localidades “muy chiquitas pero también atractivas”. Y pone como ejemplo Monte Oscuridad, en el departamento San Cristóbal: “Es muy atípica, porque el pueblo está desparramado en 20 kilómetros a la redonda. Tiene 70 tambos y a la escuela van 140 chicos. Es la única que encontré con esas características, tan desparramada”, reconoce.
Hacedor de sí mismo
Daniel Fabri siempre fue generador de sus propias fuentes laborales, las fue pensando y elaborando con el tiempo. Durante varios años, hasta 2015 aproximadamente, se dedicó a tomar fotos de grandes obras públicas, contratado por las mismas empresas. Cuando vino el boom de los drones, tuvo que trabajar en nuevas alternativas, y se lanzó a registrar los lugares en vuelos nocturnos, algo que en su momento no se hacía. “Eran épocas en que para poder tomar una imagen había que dejar el obturador abierto durante un cuarto de segundo, que en fotografía es una barbaridad, con el avión volando a la menor velocidad posible, y después las notas no salían tan bien” recuerda. No se amedrentó. “Mi despegue fue ese, tener la iniciativa de tomar fotos nocturnas, que al principio no eran de buena calidad, pero yo sabía que podía hacer un producto mucho más mejorado”, asegura.
Su trabajo es particular, y por lo tanto, está a disposición del mercado como cualquier producto. Él ofrece las fotos a las localidades, a empresas de las zonas, y a toda entidad gubernamental y no gubernamental que quiera utilizarlas.
En este sentido la experiencia en el departamento San Cristóbal resultó especialmente fructífera, porque le dio la oportunidad de llevar la muestra itinerante "Desde el Aire" con la que mostró imágenes de las 32 localidades de ese departamento de la provincia. Lo hizo de la mano del senador Felipe Michlig, quien lo acompañó en las distintas muestras, en las que se expusieron imágenes de las localidades y puntos de interés desde el cielo. Ya había hecho en Rosario dos exposiciones, en el Concejo Municipal y en la Sala Lavardén.
Para Fabri, que las localidades puedan conocerse desde otras perspectivas ofrece una experiencia visual muy singular. “Somos pocos los que volamos, y cuando uno ve las cosas de otra óptica, puede generar imágenes muy interesantes. Nos ha pasado viendo cómo los chicos disfrutaron de la muestra en San Cristóbal, recorriendo las distintas ciudades y pueblos, identificándolos e identificándose.
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Puerto Norte, en Rosario, con tus torres, en una toma nocturna.
Respecto del proyecto "Santa Fe 365", estima que le tomará todo el 2023, pero que ya para fin del año próximo estará concluido. Es que, aunque no son tantas las localidades que le faltan, el norte de la provincia es muy extenso, con departamentos muy grandes y distancias mayores entre los pueblos. En el sur, tiene hecho hasta la ruta 33, pero allí la densidad es mayor.
Fabri está convencido de que la fotografía de avión “nunca va a desaparecer, aunque los drones sigan siendo muy útiles. Son trabajos diferentes. El dron trabaja de 122 metros hacia abajo, y el avión, desde esa altura hacia arriba. Eso es lo que estipula la Fuerza Aérea para todo el país”, y en ese rumbo, los productos que se consiguen también son diferentes.
Por lo demás, sigue con la idea de “Iluminar Argentina” con fotos nocturnas de las ciudades más grandes. Tiene toda la línea del Paraná hecha, desde Buenos Aires hasta Posadas, pero quiere avanzar, incluso, con tomas en distintos años, para mostrar comparativamente los cambios en algunas de ellas.