La mujer que como ella misma dijo fue solo "Kika", una ama de casa, casada con Humberto Alfredo Bonafini y madre de Jorge Omar, Raúl Alfredo y María Alejandra.
La que se convirtió a los 48 años en Hebe de Bonafini; el día que la dictadura cívico, militar y religiosa, se llevó a su hijo Jorge (secuestrado el 8 de febrero de 1977, en La Plata).
"Ese día salí a la calle y ya nunca volví a mi casa a ser la de antes", dijo Hebe.
Pero esa no fue su única pérdida. También le arrebataron criminalmente a su otro hijo, Raúl (el 6 de diciembre de 1977, en Berazategui) y a su nuera María Elena Bugnone Cepeda, esposa de Jorge (secuestrada y desaparecida el 25 de mayo de 1978).
Nunca más volvió a ser la de antes porque como sus compañeras hizo el duelo políticamente en la calle y con el pañuelo blanco en la cabeza. Y solo así, sin armas solo caminando alrededor de la plaza y al grito pelado de Juicio y Castigo , enfrentó a genocidas y fuerzas represivas.
Irascible, jetona, indómita, rebelde, de vida sencilla, incorrecta política: tildó a Menen de "basura"en el programa El Perro Verde que conducía el periodista español Jesús Quintero y se ganó una causa por desacato.
Y más tarde cargó las tintas contra otro ex presidente: "Las Madres tampoco nos arrepentimos de nada de lo que hicimos, de haber sido las primeras que dijimos que (el Presidente) era nuestro enemigo, de ser las primeras en decir 'pará la mano (Mauricio) Macri' y del cantito 'la puta que te parió'.
Mujer con errores sí, muchos. Como cuando echó a la comunidad boliviana de la plaza llamándolos "bolitas" y "bolivianos de mierda" o dijo que se alegró "mucho" con el atentado a las Torres Gemelas donde habían asesinado a miles de civiles.
Pero Madre de Plaza de Mayo, buscadora de hijos e hijas secuestrados y niños por nacer. Valiente como todas y cada una (por favor trolls y cobardes tras los nicks anónimos abstenerse de la impertinencia de juzgar o insultar a una señora que podría darles cátedra de gallardía, entrega y lo que es hacerse cargo de las palabras).
Recuerdos en Rosario
Hebe pasó varias veces por Rosario. La última visita, con temor a equivocarme, fue el 15 de noviembre de 2019.
Invitada por la cátedra libre de la cátedra libre La Masotta de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario y con 90 años vino y disertó como invitada en la charla "La construcción permanente del campo nacional y popular en América Latina". Quién pudiera.
“A mí las cosas me provocan, para que me ocupe y me preocupe”. dijo ante un SUM repleto. E insistió en formarse e insistir en el hacer "cosas imposibles: mientras más loco, mejor".
Se colocó una baldosa de las madres en la Facultad, pero antes de ello Hebe dejó unas cuantas palabras más: "Cuando a mí me dicen 'gracias', yo no quiero que me digan gracias. Yo quiero que trabajen, que hagan cosas, que militen. Para mí es el mejor regalo para las madres”.
Y hay un recuerdo más que leí ayer en las redes y que tiene que ver con las Madres, Hebe y lo que generaron en los estudiantes rosarinos. Seré justa, la semblanza no salió de mi memoria sino del profesor, ex militante de Franja en su época de estudiante universitario y escritor, Marcelo Britos.
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"Hace varios años ya, cuando estábamos en el Centro de Estudiantes de la facultad, organizamos un Congreso de Derecho Público, que se llamaba "Estado, Sociedad y DDHH. Elegimos como foto de los afiches y de las carpetas aquella de Adriana Lestido, la de la madre de plaza de mayo con su hija en brazos, las dos con el pañuelo. Lo organizamos con Ana María Figueroa, todavía no era jueza, era docente de Derecho Constitucional. Decidimos dedicarle el Congreso a las Madres de Plaza de Mayo. Se llenó de estudiantes. Fue maravilloso".
Britos dejó este recuerdo con preguntas a modo de interpelación a aquellos ex estudiantes dirigentes y hoy políticos, que siempre suben fotos y frases en las redes pero ayer ante el fallecimiento de Hebe estuvieron silentes.
"Siempre me pregunté cuál es el valor en la política. ¿Ser hábil para engañar al otro? ¿Ser ubicuo, escurridizo? ¿Saber esconder o aparentar? ¿Ser coherente siempre, a pesar de los partidos y de las alianzas? ¿Bancarse las contradicciones?".
Para cerrar dijo: "Nada es eterno, y cuando lleguen al final y se den vuelta, y vean que no hicieron nada, absolutamente nada por nadie, que no le cambiaron la vida a nadie, entonces van a entender que fracasaron. Esa mujer que hoy pasó a la inmortalidad, esa mujer que ignoraron por egoísmo táctico, esa sí cambió la vida de muchos".
Y lo cito porque creo que tiene razón. La historia de la ciudad y el país se escribirá sin muchos nombres, pero sin el de mujeres como las Madres o Hebe, no.
Baldosas, palabras irreverentes, pasos circulares cargados de paciencia como las Madres de acá, de la Plaza 25 de Mayo y decenas de imágenes en blanco y negro como las que se publican en esta nota (tan a tono el carácter equivocado o no, pero sin medias tintas de Hebe).
Hebe de Bonafini y las Madres sí dejan legado y huellas. Quién pudiera..