El Ejecutivo Municipal pedirá al Concejo que apruebe el final de obra del edificio Torre Shopping, ubicado en Rondeau y Juan B. Justo, donde la cadena francesa Accor piensa abrir un hotel cuatro estrellas. Se trata de un emprendimiento que excedió los metros cuadrados construidos, por lo que requiere una excepción, acompañada del pago de una multa.
La solicitud a los ediles será a través de un mensaje emanado desde la Secretaría de Planeamiento, ámbito en el que vienen trabajando desde hace largos meses con los profesionales a cargo del proyecto, iniciado una década atrás y con varias polémicas en su haber.
Torre Shopping inició su historia sobre 2010, cuando la firma Tierra de Sueños SRL (TDS) -que comercializó varias urbanizaciones en la región- decidió avanzar con un nuevo desarrollo: un gran edificio en la principal arteria de la zona norte. Una vez avanzada la construcción comenzaron los problemas, tanto con el edificio en sí mismo como en relación a los inversores que financiaron el emprendimiento.
La edila Fernanda Gigliani reclamó en varias ocasiones que el edificio superaba la altura permitida. Ello se verificó en el hecho de que el municipio jamás le otorgó el final de obra, pero con el cambio de gobierno la situación cambió: desde que asumió Pablo Javkin hubo gestiones para ordenar los papeles y lograr cerrar el trámite, lo que podría suceder si el Concejo aprueba el pedido de excepción.
Fuentes de la Intendencia señalaron que el exceso en metros cuadrados "no es como siempre se dijo", por lo que confían en que haya un tratamiento favorable a la solicitud. "Cuando llegamos parecía una cosa imposible de resolver, pero después hicimos un análisis muy fino, muy detallado", agregaron.
Según se indicó, el problema se generó principalmente porque el certificado urbanístico que obtuvo inicialmente la empresa presentaba un llamativo error, donde no se aclaraban algunos aspectos de la ordenanza vigente al momento de su tramitación.
En el momento de realizar el pedido de edificación regía el viejo Código Urbano, donde la altura se fijaba según el ancho de la calle, pero siempre con un determinado tope. Según explicaron, el certificado no expresaba este último aspecto, lo que generó un proceso cuanto menos vidrioso.
Polémicas aparte, lo cierto es que la intención del Ejecutivo es que los ediles aprueben la excepción, para así lograr el final de obra. No se trata de una situación absolutamente extraordinaria (la comisión de Planeamiento debate frecuentemente pedidos similares), pero sin dudas por la envergadura del proyecto tendrá un tratamiento especial.
De aprobarse en el Palacio Vasallo, Torre Shopping será sede de un hotel de cuatro estrellas de la marca Mercure, perteneciente a la cadena francesa Accor. Según se anunció oportunamente, el mismo tendrá 137 habitaciones "que miran hacia el río Paraná, equipadas con tecnología de vanguardia y diseño minimalista".
En la Justicia
La reconversión del edificio en hotel es el segundo aspecto que generó polémicas en torno al proyecto. El año pasado trascendió que un grupo de inversores se presentó en la Justicia, reclamando que nunca los notificaron del cambio: "Somos damnificados porque hemos comprado departamentos. Esa torre iba a ser destinada para viviendas particulares", dijo uno de los damnificados.
Según la denuncia, en 2016 la torre fue transferida como aporte a un fideicomiso hotelero, siendo el fiduciante originario Tierra de Sueños SRL y el fiduciario Admife SRL. Lo particular del caso es que esta última tiene entre sus accionistas al hermano de una integrante de la primera sociedad.
"Los desarrolladores en un momento nos avisaron que no iban a poder entregar los departamentos. Y nos ofrecieron una participación en un fideicomiso hotelero. Eso es una vergüenza. Estamos indignados. Muchos inversores hemos comprado, algunos en cuotas, otros al contado, con un precio diferencial en el pozo. Hemos pagado hasta la última cuota y ese dinero desapareció y no nos entregarán los departamentos", había comentado Helio Garro, uno de los damnificados por la situación.
El reclamo de los inversores, igualmente, corre por carriles independientes de los trámites ante el municipio. Por ello, las autoridades confían en que ese trámite judicial no generará cortocircuitos en la habilitación del hotel, aspecto que ven como muy positivo para la ciudad.