El boom de los locales o salones de belleza para manos está a simple vista porque se ve reflejado en la cantidad de tiendas de este tipo que abren en la ciudad. Si al principio se trataba de un servicio que se brindaba en multiespacios como complemento a otras opciones en estética corporal, hoy es tal la demanda que muchas marcas se dedican solo a trabajar este nicho. Incluso, gracias al modelo de franquicias, hay firmas argentinas que ya abrieron locales en Miami y en Punta del Este. Negocios entrevistó a tres mujeres que están al frente de distintos locales en Rosario para conocer a fondo porqué crece este tipo de comercio.
Las propuestas son variadas y comprenden la manicuría y la pintura, pero a su vez diferentes técnicas de esmaltado para fijarla y hacer que sea duradera, además del diseño de la uña para darle una forma particular. Algunos también van más allá y ofrecen el llamado “nail art” o “arte de uñas”, que comprende diferentes dibujos creativos para clientes osados que buscan destacarlas, más apliques para decorarlas de formas innovadoras.
Aunque la competencia crece año a año, también lo hacen las personas que se vuelcan cada vez más a consumir propuestas de belleza de este tipo. Así lo considera Sofía Sánchez, quien en el 2019 abrió Awa nails & body, sobre calle Moreno al 1900. “Hay más clientes porque antes quizás hacerse las uñas era algo de gente adulta o mayor y ahora está más popularizado entre la gente joven que incluso lo toma como un hábito en su rutina y viene cada tres semanas o un mes”, indicó la emprendedora.
Las opciones van desde esmaltado tradicional, pasando por “Infinite” que implica un esmaltado con gel y las “semipermanentes”, que duran más tiempo y a diferencia de los dos primeros debe removerse en el local con productos especiales. Según sostuvo, en el último tiempo creció mucho la tendencia de hacerse semi entre las adolescentes y jóvenes, mientras que las personas de mayor edad siguen prefiriendo la pintura tradicional que puede ser removida con quitaesmaltes comunes.
Para Sanchez, la decisión de emprender con un local propio fue la oportunidad de abrirse a un mundo nuevo y alejado de su profesión principal como ingeniera industrial. Pero además, estuvo ligada a su actividad en el club Gimnasia y Esgrima de Rosario (GER), donde integró el equipo de nado sincronizado junto a su hermana Etel. “Nadé de los 8 a los 26 años e incluso competimos en dos Olimpíadas que fueron las del 2012 en Londres y las del 2016 en Río. Un poco la idea de trabajar en las uñas se debe a que el agua no nos permitía tenerlas lindas o arregladas porque hacía que el esmalte se corriera rápido”, confesó.
El crecimiento de las franquicias
El rubro de belleza también se expandió en la ciudad de la mano de las franquicias. Una de las más reconocidas por su trayectoria y servicio es Nails&Co, una cadena de Córdoba que cuenta con tres sucursales en la ciudad. Indiana Bárbaro fue la encargada de hacer crecer la marca a nivel local junto a su pareja, Eduardo Cádile, y hoy se encuentra al frente de una de las tiendas ubicada en el shopping Alto Rosario, en un espacio de 160 m² que también incluye servicio de peluquería.
“Hacemos todos los tipos de esmaltados e incluimos el ‘kapping’ que consiste en aplicar una pequeña capa de acrílico sobre la uña, fortaleciendo la misma. También el servicio de esculpidas que son extensiones de la uña natural para alargarla y que se construyen con material acrílico o gel. La diferencia tiene que ver con la mano de la cliente porque hay uñas que se adaptan mejor a un material u a otro”, señaló Bárbaro a Negocios y agregó que “ahora la tendencia que pisa fuerte es la de la uña esculpida porque se trabaja creando uñas de un largo sobrio para clientas más clásicas”.
Bárbaro también maneja una franquicia de la marca en un mercado muy competitivo, como Punta del Este. Se trata de un modelo de negocios atractivo en franquicias por su precio accesible y por la posibilidad de instalarlo en lugares de pocos metros cuadrados. En el caso de Nails&Co una tienda de este tipo requiere una inversión inicial de u$s 15 mil y dentro de este valor se agrega la capacitación a los dueños en lo que refiere a estética de manos y pies más el diseño y arquitectura del local que luego debe ser ejecutada por el franquiciado.
El arte entró en este negocio
Otra tendencia que pisa con fuerza en los últimos años es el llamado ‘nail art’ o arte en las uñas. Un negocio precursor en este segmento es Makemyday, marca independiente que también se dedica a la cosmética de manos pero que además se animó a la producción propia de esmaltes. Con base y espacio propio en Rosario, desde el año 2009 propulsa diversas actividades: manicuría con diseños exclusivos, su propia línea de esmaltes, productos originales, campañas, cursos y eventos.
“La idea era un lugar que le dé prioridad solo a las uñas porque no había en ese momento, siempre estaban combinados con peluquería o depilación. La propuesta era la variedad de colores porque antes todo lo que se usaba era blanco traslucido o rojo”, explicó María Castro Ferreyra, a cargo del local. A partir del año 2011, Makemyday creó su línea de esmaltes, de industria argentina y de naturaleza vegana. Surgió desde la necesidad de trabajar con esmaltes cubritivos, de calidad y secado rápido y pensada por manicuras para manicuras. “Hoy tenemos 150 colores que no se discontinúan, eso hace que la competencia sea más amena porque podés venir pintarte y si querés te llevas el esmalte del mismo color”, agregaron.