Ricardo Lorenzetti, juez de la Corte Suprema de la Nación, sostiene que la polarización en la Argentina destruye las políticas públicas, afirma que la humanidad está a punto de un colapso ambiental y postula que para detenerlo es imprescindible un consenso amplio y, sobre todo, la unidad de todos los sectores que componen la sociedad. “Cuando hay un enemigo superior, hay unidad”, afirmó el ministro antes de presentar su libro “El nuevo enemigo. El colapso ambiental” en el auditorio de La Capital, el lunes pasado.
Si bien sus ponencias giran en torno a la problemática ambiental, Lorenzetti también hizo comentarios en la entrevista sobre el atentado que sufrió Cristina Kirchner, su denuncia sobre la existencia de un Partido Judicial y el juicio de la llamada causa Vialidad, donde los fiscales pidieron para la vicepresidenta 12 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. “No puedo adelantar opinión porque si las partes lo cuestionan, este asunto puede llegar a la Corte Suprema”, afirmó.
¿A qué se refiere cuando plantea en su libro al “nuevo enemigo”?
En nuestro país y en gran parte del mundo vivimos polarizados, discutiendo permanentemente entre unos y otros, básicamente entre opciones que son de derecha o izquierda. Y la verdad es que esa opción hoy, que es divisiva, ha sido cambiada por otra que es más grave: si vamos hacia arriba o hacia abajo. La humanidad está en una situación tremenda, porque estamos a punto de un colapso ambiental. Entonces, una de las maneras para superar la polarización es dándose cuanta que hay algo superior, un enemigo por encima. Cuando hay un enemigo superior, hay unidad. La idea es esta: hay un nuevo enemigo que es el colapso ambiental, que es crisis y decadencia, la pérdida de futuro de las generaciones jóvenes. Y es algo de lo que se habla muy poco porque estamos demasiados entretenidos por las peleas cotidianas. Nuestra idea es llamar la atención sobre esto, entusiasmar a las nuevas generaciones para que más allá de las frustraciones que viven gran parte de la población, piensen que hay futuro, hay esperanza si cambiamos la división. La humanidad está viendo que hay un fin de ciclo, que se inició en la revolución industrial. El modo en que hemos evolucionados durante todos estos años se está agotando, tanto en la economía como en la política. Entonces hay que cambiar la dirección. Estamos en un gran cambio en la economía. Está cambiando la energía hacia formas renovables, en los consumos más sustentables y los nuevos modelos de desarrollo y de financiamiento. Toda la economía está cambiando. Y si no lo vemos, y seguimos en la misma dirección, vamos a tener más conflictos y pobreza.
¿Qué es lo que pueden hacer ustedes, como integrantes de la Corte, sobre ese tema?
Estamos hablando más allá de una decisión judicial. La Corte tiene una función que la ha cumplido enormemente hace muchos años protegiendo el ambiente, en sentencias muy importantes como fue la del Riachuelo o acá mismo, en la zona de Rosario, por los incendios en las islas. Pero más allá de eso, lo importante es crear un movimiento en el sentido de que cada uno de los argentinos nos demos cuenta de que hay que actuar. Y actuar significa que cada uno, desde su lugar, pueda cambiar la dirección de las cosas. Y eso se está viendo. Si nosotros seguimos así, vamos a quedar afuera incluso de la evolución global. Por ejemplo, la economía está cambiando muy fuertemente hacia energía renovables. El movimiento ambiental es muy esperanzador, es el nuevo idealismo.
¿Qué trabajo está haciendo la Corte Suprema para tratar de parar la quema intencional en la zona de las islas, que no solo produce un impacto ambiental sino también de salud para los rosarinos y todas las ciudades costeras? La Justicia de Entre Ríos tiene incluso los nombres de los dueños de esos campos.
Son situaciones que en general tienen que ser abordadas con políticas públicas. Una cosa es sancionar al dueño de un campo o al que incendia irregularmente. El problema más grande es cambiar y proteger el sistema. La Corte hizo en una sentencia ante un planteo de una ONG de Rosario que fue ordenar la protección del ecosistema, que es todo el Paraná y el humedal. Ahí nosotros ordenamos la creación de una especie de agencia que integre la representación de las ciudades más importante de las dos provincias y haga una política pública integrada. El gran problema de la Argentina es que no hay políticas públicas porque hay mucha división. La polarización destruye a las políticas públicas.
Usted habla del clima de división y polarización. ¿Cree que esos discursos de odio que alientan la división fue un caldo de cultivo para que intentaran asesinar a la vicepresidenta?
Hay que ser muy claros en cuáles son los límites de los debates públicos. Es bueno que haya conflictos, diferentes ideas, pero todo eso es dentro de un sistema. Ese sistema tiene límites y uno de ellos es la violencia. Las discusiones políticas son sanas, pero no puede haber violencia. Hablo de violencia armada y no armada, los escraches y todas esas cosas. Hay que ponerles un freno, porque llevan a situaciones que luego son incontrolables. Somos un país que lleva varios años en paz y eso hay defenderlo. Las discusiones tiene que ser dentro de un sistema democrático y republicano. El sistema democrático implica que todo el mundo pueda decir lo que quiera, sin que eso signifique que se actúe de manera violenta. Y un sistema republicano implica la división de poderes. Entonces hay elecciones para que los gobernantes accedan al gobierno, pero también hay un Poder Judicial que debe poner límites para proteger los derechos de las personas.
A propósito de la división de poderes, la vicepresidenta sostiene que la causa en la que está siendo juzgada está condenada de antemano por el Partido Judicial, que actúa en sintonía con ciertos medios de comunicación y con sectores políticos de la oposición. ¿Qué opinión tiene de eso?
Pienso que las movilizaciones y las expresiones políticas son habituales en la democracia, acá y en todo el mundo. Fíjese que en Estados Unidos hay grandes debates ahora sobre la actuación (allanamiento) en la casa del ex presidente Trump. Y eso genera un debate nacional. Esas discusiones son naturales y habituales en la vida pública. Y la campaña política en EEUU es sobre el fallo de la Corte Suprema que dejó sin efecto un fallo sobre el aborto. Es decir, hay una gran discusión por un fallo de la Corte. Eso forma parte de la vida democrática de un país y no nos debe asustar. Lo que es importante es que las instituciones sigan funcionando igual y los juicios se sigan haciendo normalmente, porque van por otro camino. Nosotros debemos dar la tranquilidad que ese camino judicial tiene que asegurar los derechos de todos. Tiene que ser transparente, técnico y muy claro.
Daniel Erbetta, juez de la Corte santafesina, declaró, sin entrar en la cuestión de fondo, que en el juicio de Vialidad no está garantizado el debido proceso para la vicepresidenta....
Yo no puedo opinar sobre los procedimientos porque cada juez en la Argentina tiene autonomía e independencia. Si hay algo irregular, para eso hay jueces superiores, hay apelaciones para corregir si algo está mal o no, pero no podemos adelantar opinión porque si las partes lo cuestionan, este asunto puede llegar a la Corte Suprema.