¿La oposición provincial finalmente logrará amalgamarse en una única oferta electoral, como dicen querer hacer y para lo que están trabajando, algunos de sus dirigentes? ¿El oficialismo podrá mantener o no, la “unidad en la diversidad”, que lo llevó a la Casa Gris? Con el 2023 acechando a apenas seis meses vista, el ritmo de la política santafesina se acelera en ambiciones, urgencias, y especulaciones. El arte de lo posible pone a prueba a unos y a otros. La gira provincial prometida por la nueva conducción radical recién asumida avanza cada vez acompañada de mayores expectativas.
La semana que pasó varios peronistas torearon al gobernador, Omar Perotti, quien por impedimento constitucional no será de la partida. Se trata de ver si quiere ser el elector ordenador y repartidor del juego en la coalición de gobierno armada en torno al PJ, sus múltiples espacios internos y aliados satelitales.
En la oposición dos ideas siguen marcando rumbo. Fueron entronizadas como slogan oficial en la asunción de las nuevas autoridades del comité provincial de la UCR (partido que reemplazó al socialismo en la tracción hacia el desafío de volver al gobierno) con Felipe Michlig a la cabeza.
El 29 de abril último, todos los dirigentes más relevantes del radicalismo (con excepción del presidente del comité nacional, Gerardo Morales, pero cuya ausencia fue con aviso) estuvieron presentes. Todos sin hesitación ensayaron distintas versiones para recitar las dos ideas fuerzas y que se podrían resumir del siguiente modo: “Las peleas intestinas en el Frente de Todos _que ha desplazado a los kirchneristas y macristas como contendientes de grieta primigenia_ enfrentando a diario a los leales al presidente con los leales a la vice presidenta, y las críticas condiciones socioeconómicas del país impedirán otro triunfo peronista”. Encuestas y sondeos proliferan supuestamente avalando el agorero pronóstico.
Frente a este escenario la segunda idea que mueve a la oposición es que frente a esa anunciada implosión de la alianza del gobierno que la llevará a una debacle electoral no queda otra cosa a la oposición que lamer sus heridas, hacer como que aquí nada ha pasado, todos amigos y salir juntos a dar. batalla.
Cuatro palabras que unos dicen con más soltura y otros apenas murmuran: un frente de frentes. De todos los opositores sin miramientos para desplazar al PJ de la Casa Gris.
Y eso fue lo que radicales y los socios que acompañaron los fastos de la unción Michlig el mes pasado recitaron en diversos tonos.
Aún así hubo una presencia marcada por su ausencia, telegrama de adhesión mediante: la del intendente, Pablo Javkin.
El intendente rosarino ya ha dicho que se ha insinuado como postulante disponible a la primera magistratura provincial. Se podría decir lo mismo de todos y cada uno de los políticos que tienen algo de ambición o un poco de experiencia. A veces esas expectativas se siembran nada mas que para transitar el último tramo de gestión sin los codazos de quienes buscan puesto en la fila de posibles sucesores.
Morales, hace algunos meses, apeló a un artilugio así durante una visita a la ciudad de Santa Fe de la mesa de Cambiemos y para evitar pronunciarse por alguno de los propios dijo que Javkin seria un buen gobernador. Una cortesía, una picardía, y nada más, explicaron sus colaboradores cuando algunos santafesinos le hicieron llegar reproches.
Javkin tiene que lidiar con la crisis socioeconómica dependiendo del grifo de fondos de la provincia, por lo que no puede desperdiciar la alianza temporal de facto que la grave situación de la seguridad en Rosario le crea con el gobernador. Perotti y él deben gestionar juntos, y eso intentan, soluciones ante la Nación para evitar ser arrastrados ambos por las estadísticas de crímenes diarios.
Además, el intendente tiene sus propios problemas personales de los que ocuparse. Por eso no fue a la asunción de Michlig y se vienen prometiendo juntarse desde entonces.
El senador por San Cristóbal, junto a otros dirigentes de su partido como prometió al asumir viene recorriendo distintos departamentos y ciudades y en esa esa gira Rosario figura en la agenda de visitas de esta esta semana e incluye un paso por el principal despacho del Palacio de los Leones.
Esto está ya programado oficialmente desde hace algunas semanas. También que la prevista reunión con la presidente del Concejo, María Eugenia Schmuck, no fuera por separado sino en el mismo encuentro en la oficina del intendente.
Sin embargo, en las últimas horas se comenzó a especular con la posibilidad de que la misión radical pudiera entrevistarse de paso con la conducción provincial de PS. Concretamente con el secretario general del socialismo santafesino, el diputados nacional Enrique Estevez, esta noche cuando lleguen.
No hay confirmaciones ni desmentidos. Y sólo se sabrá si después del raid radical por Rosario anticipa algún que pueda leerse en clave electoral o terminará siendo simplemente una sucesión de encuentros protocolares.
Si Estévez logró en el interior del socialismo mitigar las cada vez menos intransigentes reservas a una alianza opositora en la provincia que no deje a nadie afuera, lo que converse hoy _si finalmente se hace la reunión_ podría tener una trascendencia mayor.
Y así fuera, ello también repercutiría seguramente en lo que se converse en el despacho del intendente.