"Perdonen la molestia, estamos jugando para ustedes". La advertencia fue cosa seria y colgó todo el día del busto de Manuel Belgrano en el patio de la Escuela Nº 6.383, en Provincias Unidas y Montevideo. Allí se realizó este martes una jornada de la que participaron chicos y adultos de ese colegio, de la secundaria Nº 1.254 Tomás Espora de la zona norte y de la Técnica Nº 342. La directora, Silvana Flores, lo definió como un día "de resistencia" . Junto a los docentes se niega a dejar a los alumnos con la mirada puesta solo en la violencia que los rodea todos los días, las amenazas, la angustia y el miedo.
Flores cuenta que "en la escuela no sobra nada", pero remarca lo que no debe olvidarse: "La amistad, la cooperación, la humanidad, el recordarnos todo el tiempo como personas para no deshumanizarnos, eso nos permite y les permite a los chicos ver el afecto y las posibilidades, eso les permite soñar con algo".
La escuela primaria de barrio Belgrano tiene alumnos de la zona, pero recibe chicos de hasta el barrio Santa Lucía, en el límite de Circunvalación y 27 de Febrero. Y se define ante todo como un establecimiento de "puertas abiertas" donde la gestión no duda en alojar otros proyectos: el Jardín de Infantes Nº 279, un Centro de Alfabetización y Educación Básica para jóvenes de más de 14 años y ahora un Centro de Capacitación Laboral para Adultos que aborda la parte de informática.
La escuela abre a las 7.30, la actividad continúa hasta pasadas las 18 y tejer redes con otros establecimientos es su forma de resistir. "La mayoría de los chicos que vienen a la escuela no tienen posibilidades de realizar muchas otras actividades por fuera del horario escolar, así que acá intentamos hacer lo que más podemos", señala la directora.
Así fueron floreciendo en los salones proyectos que van desde la radio abierta, que comenzó en espacios cedidos y ahora realizan junto a la Biblioteca La Cachilo, compra de instrumentos musicales y pequeños proyectos orquestales, talleres de mosaiquismo y muralismo en los que hicieron el Carpincho gigante en plena época de quemas en el humedal, y la práctica de pelota al cesto (cestoball) que llegó al patio para reemplazar al fútbol y que este martes tuvo alto protagonismo.
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"Es una actividad que tomó mucho protagonismo en los Juegos Santafesinos y nos permite varias cosas", contó la directora y enumeró: "Primero llevar adelante un juego de manera mixta y que no deja a nadie afuera y segundo, trabajar sobre los cuerpos no hegemónicos".
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De esas redes nació la jornada en la que este martes se sumaron, jugaron, pintaron, conversaron y compartieron alumnos, docentes, directivos y no docentes en el patio y hasta en la vereda.
Barrio Belgrano alojó el encuentro y desde zona norte los chicos de las escuelas secundarias llegaron en colectivo. Uno de esos grupos fueron los alumnos de la Tomás Espora, que funciona en Superí al 2400, la escuela que durante la primera semana de marzo sufrió amenazas en la puerta con una pintada donde se leía "clases o tiros".
"Para nosotros es muy importante que todos estemos acá, en este espacio que es un espacio lúdico y un espacio de resistencia desde el juego, desde la alegría, desde la libertad y desde la expresividad que queremos fomentar en los chicos a través del arte, y muy humildemente a través de los proyectos que llevamos adelante", señaló la directora.
Todos esas iniciativas se desplegaron durante la jornada: el juego de pelota al cesto, el muralismo y las pintadas, la radio, las clases abiertas sobre dictadura y democracia que los chicos mantuvieron en estos días en el marco del Día de la Memoria, incluso en conversaciones con nietas y nietos de detenidos desaparecidos, y sobre todo la posibilidad de jugar.
"Es central la calidad educativa, pero los chicos pasan muchas horas en la escuela", dice Flores y recalca en ese contexto la necesidad de sumar "espacios que hagan a la libertad, el cooperativismo, la comunicación, el diálogo y la amistad, porque es eso lo que buscamos que se replique en el afuera, porque si te excluyen afuera, la escuela te incluye con otros, los chicos logran sentirse parte".
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Mirar algo más allá
Cuando repite que "a la escuela no le sobra nada", Flores lo dice por el colegio, por el barrio y el entorno del que son parte. Y lo afirma con "orgullo" del equipo docente y recuerda rápidamente los tiempos de la pandemia
"Había que dar la copa de leche y los docentes llegaban a dejar la tarea de los chicos en el arbolito de la puerta de la casa con un regalito", recuerda y repasa la falta de conectividad y dispositivos con la que hicieron frente al aislamiento.
De hecho, en ese contexto fue que surgió la radio abierta donde hoy participan los chicos. Se capacitaron con la ayuda de un docente y la desarrollaron primero en un espacio cedido y ahora a través de "Recrearte", una hora en la radio de La Cachilo.
Sin desconocer eso que falta y los complejísimos contextos que habitan la mayoría de los alumnos, la apuesta es "la de no deshumanizarnos. Cuando nos hablan de violencias, angustias y tristezas, no desconocerlo, pero no quedarse solo allí: mostrar el afecto, el amor y las posibilidades que puede haber en otras cosas y que a los chicos les permite nada menos que soñar", remarca Flores.