Técnica Tintín es el nombre “un poco caprichoso” que Claudia del Río relaciona con la musicalidad de un sonido tintineante. Hacía tiempo que esta creadora –una de las artistas más reconocidas de la ciudad y del país– no mostraba su producción de manera individual. Esta vez lo hace en el ECU, un espacio que forma parte de su vida laboral y afectiva ya que sus clases como profesora de Pintura en la Facultad de Humanidades y Artes integran la trama que enlaza su taller, su producción visual, su escritura, sus lecturas y pedagogía.
Tres grandes conjuntos de obras integran la selección realizada por el equipo curatorial conformado por Maximiliano Masuelli y Ana Wandzik. Definidos amigablemente con las palabras “barro” (2008-2010), “aceite” (2010-2017) y “arroz” (2015-2022), se montaron en grandes paneles que concentran a la manera de frisos estas técnicas y materialidades diversas. El texto del desplegable señala que “el dibujo es el sendero que Claudia del Río ha tomado mil y más veces para recorrer una historia a la par del collage, de la pintura, de la fotografía, del mail art, del conceptualismo, del bordado, de la pedagogía, de la escritura autobiográfica, de la poesía, de la jardinería, etcétera. […] en lo inabarcable de la obra de Claudia el dibujo es como ese canal que posibilita el todo (el puente); el agua va por ahí.” En la inauguración, Wandzik explicó que prefieren la palabra “conjunto” a “serie” porque consideran a esta última como algo cerrado, y contó que curarla y editarla es un gran desafío porque resulta como tirar la baraja y optar por una forma entre muchas posibilidades.
Es una buena estrategia frente a los modos oscilantes que encuentran en la fluctuación vasos comunicantes que irrigan su práctica artística de manera permanente. Justamente se trata de una creadora y una docente que exalta la singularidad y posibilita a otros a descubrir la propia, ideas que en gran medida están volcadas en el libro Ikebana Política, editado por Iván Rosado. En diálogo con La Capital, Del Río amplía este universo que condensa en el arte su sistema vital.
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Jose Luis Morales Ocampo
¿Cómo surge la idea de capricho en estos conjuntos de obras?
Es una idea que tiene mucho que ver con la nocturnidad, con la vida del sueño, de esos encuentros fortuitos, o no tanto, que sobreviven en la vida diurna. Creo que es una idea antigua pero que siempre se renueva. Son asociaciones, las imágenes se van imantando con sensaciones internas o formales. Cada conjunto deriva de circunstancias de vida y territoriales diferentes. Litoral y Coca Cola (barro) proviene de la idea de inscripción en el Litoral argentino, ya que vivo acá y frecuento mucho la isla, y se fue construyendo un imaginario. A eso se sumó un pigmento que había en mi casa cuando era chica y que después de cincuenta años lo empecé a usar pero que era de mi abuelo. Los “aceites” surgieron de una residencia en el sur de España, en Mojácar, donde había llegado sin materiales y era una zona de olivos. Todas las comidas que nos ofrecían tenían mucho aceite y ahí empecé a trabajar manchas con aceite, dejar que se secara (tarda varios meses) y después seguir con lápiz y grafito. Por un lado tenía que ver con esa restricción de materiales y, por el otro, con lo que abundaba. El último conjunto realizado en papel de arroz y lápiz tuvo que ver con otra residencia en Rio de Janeiro donde el milho (choclo) es muy popular y común y lo exhiben de maneras muy artísticas. Los ojos se fijaban en esas formas, en esos granos que se repetían como tejas.
La mayoría de las veces empiezo sin saber y voy conociendo lo que quiero a partir de trabajar, de dedicarme. Amo la técnica, en una palabra ampliada, amo el oficio, los procedimientos, los métodos y los sistemas porque son caminos para llegar a otros lados. En esos caminos hay certezas y otras que desaparecen. La invención de técnicas genera lugares que dan mucha libertad y a la vez una cierta seguridad, se parte de alguna certeza y después vas llegando a cosas que eran inesperadas.
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El descanso (pigmento y aceite de lino sobre papel).
Jose Luis Morales Ocampo
¿Cómo dialoga tu obra con otros artistas que integran lo que se podría llamar “el gran club del arte”?
Ser parte de esta genealogía, de ese club, me parece que tranquiliza mucho porque te baja a la tierra, a un proceso mucho más sencillo y de alguna manera colectivo. Eso derriba la idea del artista como creador y me pone en lugar de artista-inventora que lo que hace es encontrar nuevas sintaxis en todo un repertorio de elementos que vienen dados. Es un concepto básico que nutro y me parece fundamental porque te hace pensar en el lugar que estás parada. Por otro lado, tengo una formación en la universidad y una formación autodidacta, y hay diálogos permanentes entre artistas que pueden ser muy cercanos y otros muy lejanos. A veces es un detalle que uno retoma en su obra, apenas un detalle.
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La modelo (pigmento, aceite de lino, lápiz sobre papel Guarro).
Jose Luis Morales Ocampo
Creo en las filiaciones, en encontrar esas familias de artistas que pueden ir cambiando pero que a esta altura, después de tantos años, aunque el staff de ese club es muy amplio y ha ido cambiando, me sigo quedando con algunas personas con las cuales tuve relaciones en vida. Pienso en ese famoso cuadro de Schiavoni –Con los pintores amigos–, porque hablar de pintura, de dibujo, de escritura, de poesía es una formación que está todo el tiempo. La lectura me formó mucho y ha sido medular en mi trabajo, no para que se visibilice en la obra visual pero sí como una compañía. Desde bastante chica empecé a leer diarios de artistas aunque no había de artistas cercanos, el de Petorutti era el más cercano pero el resto eran todos europeos. Ese desaliento que a veces sentían otras personas fue una compañía, era como: “Ah, bueno, hay que seguir en la cola”, como dice siempre Eduardo Costa. Por eso creo que hay que dedicarse seriamente, no solemnemente, sino con intensidad.
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Taller de pintura en Humanidades y Artes.
Sos una referente para quienes transitan los primeros pasos en el camino de la creación. ¿Qué prácticas y reflexiones proponés para que jóvenes artistas con producciones muy diversas te señalen con tanta admiración?
No experimento un corte entre estar en mi taller, escribir o dar clases. La performatividad de las clases es importante y me ayudó a pensar obra y la obra me ha ayudado a pensar clases, por eso la pedagogía está muy relacionada con algunos aspectos de mi trabajo, especialmente desde 2002 con El club del dibujo.
Trabajo en primero y cuarto años, y desde el inicio está la práctica de taller que es intensiva y que tiene que ver con todas estas genealogías, oficios, subjetividades y también con empezar a entender el sistema del arte: cómo haces lo que hacés y cómo va a tener circulación, entender el mundo del trabajo. Me interesa mucho ese mundo y la diversidad de inserciones porque es algo básico y superimportante. Desde primer año trato a les estudiantes como pintores porque pienso en una persona que está en otro tiempo pero a la par, y soy muy cuidadosa de cada ADN como algo particular que cada une tiene. Procuro que no lo pierda, que el sistema de la universidad o del taller donde vaya no se lo quite sino que lo profundice, se imante con otros, se transforme pero que continúe porque es un tesoro. Soy una fan de la infancia como el momento en que se revelan nuestras capacidades de todo tipo. Lo digo sin pensar que todo es genial en esa etapa porque hay una soledad que probablemente te guió a que te dedicaras al arte. Tampoco lo digo como ausencia de familia sino como un estado particular que hizo que las personas que nos dedicamos con tanto amor a esto, experimentamos esa soledad. Soy fan de los intercambios con artistas y estudiantes de distintas generaciones y dedicarse a la educación tiene que ver con conectar lo viejo, con lo nuevo, con lo diferente, con la conciencia.
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Jose Luis Morales Ocampo
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Jose Luis Morales Ocampo
La muestra
Espacio Cultural Universitario, San Martín 750, hasta el domingo 12 de agosto.
Entrada libre y gratuita.
Horarios de visita: martes a viernes, de 10 a 18; sábados, de 16 a 19.
Como valioso detalle extra, el próximo jueves 9 de agosto a las 16 la artista y los curadores ofrecen la posibilidad de una visita guiada.