Esa fuerte ligazón con la entidad del Parque y la pasión que desborda de sus afirmaciones cuando se refiere al fútbol formativo rodearon una entrevista que recorrió todos los temas de la actualidad leprosa. “Me gustaría hacer rememorar aquella época donde la coordinación de inferiores era un trabajo de muchos años. No quiero ser alguien de paso”.
“La idea es que exista una comunión entre lo que es Malvinas, infantiles y juveniles. Lo que buscamos es que el jugador que surge de la cantera sea proyectable a la reserva y a la primera división, y que esté en condiciones de jugar y afirmarse en esas categorías”, confió Paolorossi, quien en esta etapa está acompañado por Gabriel del Valle Medina y Adrián Navarro (área física).
—¿Cómo te sentís ya arribado a Newell’s?
—Es todo muy emotivo lo que estoy viviendo hasta ahora. Vuelvo al lugar donde me inicié y me formé futbolísticamente. Al club que me dio la posibilidad de armarme como profesional. Que me enseñó todo, no sólo en lo profesional. Acá aprendí lo que es la docencia, de la mano de grandes maestros como Griffa y Puppo. Y también de Mastroantonio y de Chiche Lutman, que fueron los que yo tuve como entrenadores. Acá aprendí lo que aplico ahora en inferiores. Cumplí 61 años hace poco y esta chance me agarra con mucha experiencia a nivel juveniles. Un poco más sereno y más maduro. A esta edad, que te venga a buscar Newell’s es muy significativo para mí. Yo vivo a 100 kilómetros, en Arteaga, así que esta vuelta es muy emocionante. Soy del mismo pueblo que Gamboa. El Negro fue mi primera captación, yo siendo jugador se lo traje a Griffa porque se notaba que tenía un gran talento.
—¿Cuál es el diagnóstico de lo que encontraste?
—Todavía necesito 5 o 6 fechas de juveniles para poder establecer un diagnóstico serio, llegué hace poco. Es muy poco para trazar un diagnóstico. Veo un club que tiene todo para entrenar, pero no puedo hablar todavía de lo poco que vi. Cuando vea a los chicos jugar varias veces, cuando pueda hablar con todos los entrenadores, voy a poder sentar postura.
—¿Cuáles son los objetivos del club y cuáles los tuyos personales?
—En lo institucional pretendemos seguir haciendo bien las cosas que estaban funcionando y que los jugadores lleguen bien preparados para jugar en el primer equipo. En el fútbol juvenil todo apunta a lo formativo. Y, en lo personal, también me gustaría ser parte de la historia de Newell’s, dejar una huella. Me gustaría hacer rememorar aquella época donde la coordinación era un trabajo de muchos años. No quiero ser alguien de paso.
—En este fútbol tan loco y tan exigente, ¿se puede pensar en los plazos largos?
—Yo creo en los proyectos y en el largo plazo. En el fútbol juvenil no existen los proyectos cortoplacistas. Eso nunca va a dar resultados. Después, hay que ver si es la persona indicada a la que trajeron. Cualquier proyecto de juveniles es de por lo menos de seis años, que es cuando agarrás un pibe en novena división y lo proyectás para la cuarta. Después de ahí, generalmente pasan a reserva y a la primera. También se puede hablar de 3 años, si tomás un jugador de sexta, un chico de 16 años, y lo llevás hasta los 20 para formarlo bien. Yo creo mucho en los proyectos.
—¿Cómo analizás la estructura de inferiores? ¿Va a seguir todo igual? ¿Continuará Adrián Coria como nexo con la primera?
—Con Coria hablo todos los días y seguirá como nexo con la primera. Por falta de tiempo hablé poco con Sebastián Méndez, pero ya tendremos nuestras charlas.
—¿Tenés algunas ideas de modificaciones?
—Estamos viendo, analizando. Tengo algunas ideas de cambios, pero requieren un análisis anterior.
—Mirando hacia abajo, ¿hay alguna división que merezca poner la mira por algo en especial?
—Estaba trabajando en Chile y llegué hace poco. Me falta tiempo para establecer ese tipo de señalamientos. La mayoría de mis miradas en los últimos cinco años y medio se relacionan con el fútbol chileno porque yo estaba en Colo Colo. Sé que Newell’s está bien posicionado en la tabla general del fútbol juvenil, tiene las categorías competitivas, y vamos a tener un trabajo muy de cerca en todas las divisiones, como corresponde. Ya tuve charlas con Raúl Damiani, que es el coordinador de fútbol infantil. Y también hablé un par de veces con Panciroli, que está en Malvinas. La idea es que haya una comunión entre lo que es Malvinas, infantiles y juveniles, para que el jugador que surge de la cantera sea proyectable a la reserva y a la primera y juegue bien y se afirme en esas categorías.
—¿Qué te dejó la gestión anterior?
—Encontré mucho orden y todas las áreas trabajando. Hay que continuar con lo bueno que se venía haciendo. A mí me gusta construir y no destruir. De a poco, le voy a ir dando mi impronta, incorporando nuestra metodología de trabajo e incluyendo mejoras que se pueden hacer sobre lo bueno que ya está hecho. Indudablemente, cuando viene una persona diferente tiene otras ideas. Pero tampoco hay tantas cosas raras en el fútbol. Hay que entrenar a los jugadores y promocionarlos bien.
—¿Tantos cambios en las cabezas de inferiores implican que no se hicieron bien las cosas?
—Creo que a mí me llamaron por la experiencia que tengo en fútbol juvenil y por los proyectos que comandé en Lanús y Colo Colo. Me gusta el fútbol formativo y hace 29 años que trabajo ahí por una decisión personal. Esto que hago me encanta y no aspiro a otra cosa. Me gusta la docencia, el fútbol juvenil, venir y quedarme más de 10 o 12 horas viendo juveniles. En este cargo hay que estar todo el día en el terreno.
—¿Newell’s es un grande de inferiores al que hay que despertarlo desde abajo?
—Es Newell’s. Este escudo obliga y pone la vara muy alta. En este club hay una gran historia, construida por grandes dirigentes, entrenadores y jugadores. Griffa fue el pionero en inferiores en todo el fútbol argentino y yo tengo la ilusión de que este club pueda volver a ocupar ese lugar. Si se une experiencia, pasión, compromiso y vocación, se puede rearmar esta historia, completa. Desde Malvinas hasta la primera división.
—En base a tu experiencia, ¿cuáles son los clubes que están trabajando bien en inferiores en Argentina? ¿Lanús es el modelo?
—Lanús y Vélez son clubes que siempre han trabajado bien. Yo trabajé 10 años en Lanús, en tres etapas. Primero como técnico y después fui dos veces coordinador. Cuando encontraron un modelo que unía el fútbol infantil con el juvenil y con el primer equipo, no falló. Ya tienen el camino trazado. Vélez también hizo las cosas bien. Y después Boca y River siempre tienen buenos jugadores, pero no siempre juegan, tienen épocas. Yo quiero que Newell’s vuelva a ser Newell’s. Quiero lo que vi en tantos lugares, traerlo acá para que sea un club que saque buenos jugadores. Acá hay una zona de captación por excelencia que hay que aprovechar. A pesar de que antes venían todos a Newell’s o Central y ahora todos los clubes del país captan en esta zona. Quiero que todos empiecen a hablar de nuevo de las inferiores de Newell’s, que sea otra vez la gran referencia.
“Yo priorizo al jugador, no priorizo el sistema”
Sentado en la punta de una larga mesa, donde todos los días lleva adelante sus tareas, Paolorossi expuso los lineamientos que intentará establecer para señalar la dirección de los trayectos que transitará Newell’s en divisiones juveniles. Y en ese escenario de aspiraciones confesó que le otorga un valor trascendental al futbolista. “Yo priorizo al jugador, no priorizo el sistema”, enfatizó.
En ese sentido, destacó que “hay que dotarlos de las herramientas necesarias y prepararlos para que sepan jugar al fútbol”. Y advirtió que para que se puedan asentar en la primera hay que tener un especial cuidado y “no hay que apurarse en las instancias de promoción”.
—¿En juveniles lo más importante son los títulos o la cantidad de jugadores que llegan a primera?
—Lo más importante es que lleguen a primera. Me gusta competir y también me gusta que se ganen campeonatos porque se ponen contentos todos, pero de la manera que yo veo las cosas, el objetivo del fútbol juvenil no sólo es preparar a los jugadores para que lleguen a la primera de su club, hay que prepararlos para que sepan jugar al fútbol. Y el primer lugar donde deben intentar aplicarlo es en la primera de su club. Nosotros sabemos que todos esos chicos no van a jugar en la primera de Newell’s, entonces, desde la formación, les tenemos que dar herramientas para que jueguen al fútbol donde sea.
—En la época del Tata Martino, casi todas las categorías jugaban con el mismo sistema táctico. ¿Vos cómo ves esa determinación?
—Si hay un proyecto institucional tenés que jugar con el sistema que te dice el club. Si Newell’s juega 4-3-1-2, con enganche, eso se puede inscribir en un proyecto institucional. Yo priorizo al jugador, no priorizo el sistema. Para mí el jugador tiene que saber jugar los diferentes sistemas de juego. Hasta ahora se está trabajando con línea de cuatro en el fondo, pero tienen que aprender y manejar la línea de tres, aunque casi todas las categorías jueguen con cuatro. Eso es algo que lo voy a ir bajando con el correr de los meses. No es apretar un botón. Es tiempo de trabajo. Lo que priorizo es que los jugadores buenos puedan jugar todos los fines de semana, los 90’ de cada partido. Hasta ahora, en ningún club donde estuve me dijeron «tenés que trabajar con este sistema». En Newell’s tampoco. Entiendo la idiosincrasia de este club, me crié acá, así que sé cómo quiere Newell’s que lleguen los jugadores a primera.
—¿A qué tipo de jugador debe buscar y debe formar Newell’s?
—Me gustan los jugadores técnicos, pero también apunto a los biotipos en cada puesto. Hoy, la mayoría de los técnicos de primera te pide esos biotipos, de centrales altos, fuertes, agresivos, y de buen juego aéreo; también te piden un 9 que se la banque para jugar contra los zagueros. Y también hay que buscar otro 9 que sepa tirarse un poco más atrás. En líneas generales se buscan las características de cada puesto. Me gustan los jugadores técnicos, rápidos, con personalidad, que puedan jugar en una institución que te pide a gritos que el que juega en el Coloso esté a la altura.
—¿Hay alguna joya escondida, algún jugador que te sorprendió?
—No me gusta opinar sobre ningún jugador en particular porque llevo poco tiempo y no conozco todavía a ningún jugador en plenitud. Sería un irresponsable si lo hiciera. Los jugadores que juegan bien, se acomodan solos.
—¿Por qué creés que a muchos de los que surgen de la casa les cuesta explotar y afianzarse?
—Es un tema difícil. Soy un convencido de que uno puede forjar el carácter del jugador en el período de formación. Como se mejora la técnica, lo táctico, lo físico, también se puede trabajar para mejorar la personalidad. Eso es lo que hace que después el jugador se sostenga. Ese aspecto es clave. Esa es mi mirada. Ahora parece que si tenés 18 años y no jugás en primera, no va. Yo no creo eso. Hay que respetar los procesos madurativos de cada jugador.
—En los últimos partidos hubo muy pocos jugadores salidos de inferiores en la alineación titular. ¿Cómo se revierte ese proceso?
—Por ahí pasa mi objetivo, el que tengo en mente. Pero para lograr eso se necesitan los proyectos a largo plazo. Mentiría si dijera que con los que están ahora en la reserva, la cuarta, la quinta o la sexta, esto cambiaría rápido. Cuando fui a Colo Colo el proyecto institucional se llamaba 60/40, tenían que ser seis del club y cuatro de afuera. Y los arqueros estaban afuera de ese proyecto. Me enfoqué en eso y en algún momento se cumplió, pero porque el técnico de la primera pedía muchos jugadores de las formativas. En este tipo de estructuras siempre hay que tener un entrenador arriba que use jugadores de abajo.