Celeste Cid fue internada por "un cuadro frecuente en el consumo de alcohol, marihuna, cocaína y otras sustancias"
La joven actrtiz sufrió un episodio de “excitación psicomotriz” que aseguran se deriva de su adicción a las drogas. El médico psiquiatra Lucas Raspall explicó a LaCapital.com.ar qué es y con qué está relacionado el cuadro médico que padece la protagonista de "Resistiré". También, apunta los riesgos de minimizar el consumo de sustancias y el estigma de la enfermedad mental.
23 de septiembre 2011·11:26hs
Celeste Cid, la actriz que brilló en “Para vestir santos” y ha sido convocada por Pol-Ka para protagonizar una nueva ficción junto a Gonzalo Heredia, se encuentra internada desde el lunes en una clínica porteña por recomendación de su médico ya que el domingo por la noche sufrió “excitación psicomotriz”. Así lo informa la revista Paparazzi en su última edición. ¿Qué le pasa a la joven? ¿Con qué está relacionado este cuadro? ¿Tiene relación con sus antecedentes de anorexia y consumo de sustancias? El médico psiquiatra Lucas Raspall, del multiespacio Anima, habló con La Capital.com.ar sobre los trastornos emocionales, el estigma de la enfermedad mental y los riesgos ocultos del consumo de marihuana y cocaína. Un tema sensible y complejo para charlar en familia.
_ ¿Qué se entiende por excitación psicomotriz? _ En términos sencillos puede definirse como un comportamiento verbal y/o motor aumentado, excesivo. Es frecuente encontrar verborragia, inquietud motora, hiperactividad, impulsividad e irritabilidad, llegando incluso a estados que saben progresar hacia la agresividad, sea verbal o física, hacia terceros o incluso hacia uno mismo. En otras ocasiones, las emociones que acompañan el cuadro pueden tomar otros tonos, como la ansiedad o el miedo, que se desparraman produciendo una gran confusión mental, seguidas luego de un nivel de actividad motriz ciertamente incrementado.
_ Celeste Cid había tenido internaciones previas por anorexia y consumo de alcohol, según se hizo público. ¿Es esto frecuente en nuestro medio?
_ Si, la anorexia es frecuente en laArgentina, estimándose en la actualidad que un 1 a 3 por ciento de las adolescentes y mujeres jóvenes la padecen en nuestro país (es diez veces menor la prevalencia en varones). De hecho, lamentablemente, la Argentina es el segundo país en el mundo con más casos de este severo padecimiento. De todas maneras, esto (como antecedente) no está vinculado de manera directa con la situación actual de la actriz, por lo que uno puede evaluar. No es posible trazar una línea recta entre la anorexia y las crisis de excitación psicomotriz, pero, de alguna manera, sí puede aportar datos sobre una cierta vulnerabilidad (psicobiológica), o información relevante para conocer las herramientas y puntos frágiles de una personalidad.
En cambio, sí hay una estrecha relación entre el consumo de sustancias y la agitación psicomotriz. Por cierto, en nuestro medio, y mucho más aún entre los jóvenes, el consumo de drogas es la causa más frecuente de este cuadro: vale aquí hablar de alcohol, marihuana, cocaína y otras sustancias.
_ Una persona que está en tratamiento, ¿puede de todos modos sufrir una crisis?
_ En este tipo de esquemas, las oscilaciones en el estado de ánimo, angustias que alternan con euforias, enojos que se confunden con pasiones, son dominantes de toda la biografía. Creo que a Celeste Cid, como a cualquier otra persona, pudo sucederle esto incluso en un buen pasar de su vida. Por otro lado, los antecedentes conocidos de ella (tratamientos e internaciones previas) aportan mayor claridad en el episodio actual.
_ ¿Cree que los trastornos mentales cargan con un gran estigma? ¿Por qué?
_ Todavía nuestra sociedad no está preparada para entender el padecimiento mental. Todos sabemos comprender el dolor cuando una radiografía muestra un hueso quebrado. Nadie duda en que corresponde el reposo cuando una neumonía ataca el organismo. Pero no sucede lo mismo con los trastornos mentales: los rincones de la subjetividad no pueden ser evaluados con estudios de nuestra moderna medicina, haciéndose más difícil su reconocimiento, incluso para los familiares del padeciente o para el propio paciente. Aun cuesta entender, por ejemplo, que la voluntad es uno de los principales focos castigados en un cuadro depresivo. O que la adicción a una sustancia es una enfermedad, no una debilidad.
Sin embargo, la culpa de esta estigmatización está más cerca de los que trabajamos en salud mental que de la población en general: es nuestra responsabilidad poner el acento en la psicoeducación, siempre el primer paso para generar el cambio.