El jueves 17 de septiembre de 2015 efectivos de Gendarmería Nacional con perros detectores de narcóticos allanaron un depósito fiscal ubicado en el barrio Godoy de Rosario. Llegaron con información afinada por la propia agencia estadounidense Drug Enforcement Administration (DEA). Allí, en medio de un cargamento de 46 toneladas de arroz de segunda calidad que debía llegar a África bajo el programa "Hambre Cero" de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), encontraron 40 kilos de cocaína. La carga había sido despachada por la empresa tucumana Euro Export mediante la gestión de un operador de granos rosarino. A partir de ese momento la causa se conoció popularmente como "Narcoarroz" y su investigación permitió poner al descubierto por primera vez el funcionamiento de un cártel colombiano radicado en la Argentina: Los Urabeños, un gajo de lo que fue el cártel del Norte del Valle (Cauca), continuador del cártel de Cali que en la década del 90 se enfrentó con Pablo Escobar Gaviria.
"Señor, nosotros fuimos vilmente engañados. No sólo no tuvimos absolutamente nada que ver, sino que nuestro buen nombre y honor, y el de nuestra empresa quedó manchado", explicó vía telefónica Miguel González, uno de los dueños de la firma Euro Export, usada para la triangulación de la droga, en diálogo con La Capital.
"Fuimos vilmente engañados por el señor Juan Alberto Banesevich, que es un comisionista importante del puerto de Rosario. Él nos llamó para hacer un negocio, pero como era habitual que llamara ofertando hacer negocios y después la plata no aparecía, no se le daba tanta importancia. Los últimos cinco años llamó para ofrecernos distintos negocios que nunca se realizaron porque no estaba la plata. Pero esa vez apareció con el dinero", recordó el exportador tucumano en diálogo con este diario.
La causa "Narcoarroz" es investigada por el juez federal Sergio Torres y el fiscal Federal Federico Delgado, quien pidió la elevación a juicio del expediente con asistencia de las procuradurías de Narcocriminalidad (Procunar) y de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac). En el expediente hay una veintena de personas procesadas, dos de ellas rosarinas: el médico oncólogo Gabriel Zilli, apresado en su casa de barrio Sarmiento; y el mencionado operador de granos Banesevich.
Bajo la lupa también está Aldo Roque Corizzo, un jubilado que aparece investigado en cuatro de las 30 sociedades bajo la lupa por el lavado de 14 millones de dólares en propiedades y emprendimientos comerciales. Esas empresas, según un informe de Procelac, son "Farmfunds Rou SA", "La Cosecha", "Letstrade" y "Crazy Ball". De acuerdo al mismo informe, el hombre "se encuentra vinculado con Carlos Yorelmy Díaz Duarte" y Guillermo Adolfo Heisinger. El primero, un colombiano sindicado como líder de la célula local de Los Urabeños; el segundo un abogado y ex subsecretario de Coordinación del Ministerio del Interior de la Nación en el inicio del gobierno menemista.
Buscando una ruta
Según la investigación del juez Torres en el expediente 7650/14, el cártel del Valle del Cauca o Los Urabeños operaba en el país y en tierras santafesinas buscando darle aire a una ruta de tráfico de cocaína a Europa. La droga partía de la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra y llegaba en avionetas al monte chaqueño. Luego, camuflada en camiones con mercaderías (en este caso arroz que partió de la localidad correntina de Goya vía la firma Euro Export SRL), llegaba a Rosario.
La idea era probar la ruta con pequeños cargamentos. Tras partir del puerto de Rosario la droga llegaría a Guínea Bissau (uno de los países más pobres de África en el que operan cárteles colombianos, mexicanos y la N'drangheta, nombre que recibe la mafia calabresa) teniendo un paso intermedio por un puerto brasilero. Y de ahí seguiría viaje hacia Marruecos, penúltima parada antes de que en pequeñas embarcaciones la cocaína llegara al sur de España.
En territorio santafesino, según el expediente y un informe de la Procunar, el cártel colombiano tenía proyectados tres iniciativas: un crematorio en en el cementerio municipal "San Lorenzo" de Villa Gobernador Gálvez que no llegó a concretarse; un puerto propio en la localidad de Fray Luis Beltrán; y desembarcar en el club Rosario Central en los tiempos en el que el equipo canalla militaba en el Nacional B. sto último se frustró con la victoria de Raúl Broglia en las últimas elecciones.
El contacto y la defensa
Euro Export es una empresa familiar que comenzó exportando papas, cebollas y ajos a Brasil en 1987 y se consolidó en el comercio de porotos y otras legumbres además de aceitunas y aceite de oliva a países del Cono Sur. Miguel y Eduardo González, padre e hijo, son las caras visibles de la empresa y dialogaron con este diario a partir de entrevistas que les hicieron en medios tucumanos, donde está radicada la sede de la empresa. Sus nombres no figuran en los documentos que se hicieron públicos sobre la causa, pero sí el nombre de su empresa. "Banesevich nos contactó en junio o julio de 2015 para que enviáramos un primer embarque de arroz a un país de África y, que si todo salía bien enviaríamos 100 toneladas más por mes. En agosto nos giró el dinero. Nos entusiasmó el proyecto pero jamás nos imaginamos que tendría un final así. El no sólo se presentó como broker sino como representante directo de una empresa (Samisan SARL, radicada en Guinea Bissau). Nos dió el poder y todo", rememoró Miguel González.
La sospecha
"Era un cargamento de arroz de segunda, como para alimento balanceado para animales. Dos camiones salieron con la carga desde Goya y nosotros los veníamos monitoreando como se hace regularmente. Cuando nos enteramos que la carga se había desviado, pensábamos que nos habían robado piratas del asfalto. En el acto nos pusimos en contacto vía mail con el despachante de aduana en Rosario para que estuvieran atentos al tema porque sospechábamos que algo malo podía pasar. Pero jamas pensamos en lo que realmente pasó. Nosotros no teníamos vinculación con nada de todo ésto", dijo González. "Esa comunicación nos salvó, porque nos despegó de la causa", agregó.
Del expediente se desprende que la carga de arroz antes de llegar al depósito rosarino pasó por las manos del oncólogo Gabriel Zilli y del colombiano Wilmar Yuriano Valencia Estrada, alias "El especialista" (quien fue detenido por la policía colombiana en el aeropuerto de Cali). Este último era experto en camuflar cocaína para no ser descubierta por los escaners cubriendo con una fina película de la droga el arroz que se exportaba. "Nosotros no tuvimos nada que ver con todo eso. Nunca tuvimos contacto con Gabriel Zilli. Una vez Banesevich nos direccionó un mail suyo. Nos usaron como conejillos de indias y nos perjudicaron muchísimo. Somos una empresa familiar y nos bloquearon cuatro meses el CUIL. No hay manera de evitar ser engañado. Les ha pasado a las grandes empresas y también a firmas familiares como a la nuestra. La diferencia está en que empresas como la nuestra no tienen espalda para recuperarse rápidamente", explicó uno de los dueños de Euro Export.
Una red de negocios para lavar dinero
Buscando ser "los herederos" del último gran cártel colombiano (el de Cali primero y su derivación en el del Norte del Valle), Los Urabeños desembarcaron en Argentina con la creación en la última década de alrededor de 30 empresas diseñadas para lavar sus activos. No lo hicieron directamente, sino a partir de asociados como los hermanos Erman y Williams "Willo" Triana Peña quienes desarrollaron una red de empresas en Capital Federal, Santa Fe, Tucumán, Mendoza, Colombia y Panamá con dos ejes claros: lavar activos y buscar nuevas rutas para traficar cocaína boliviana a Europa y Asia vía Africa.
Los hermanos se manejaban con viejos contactos sembrados por el cártel de Cali en la década del 80. Los hermanos Triana Peña están asociadas al "clan Usuga" en el tráfico de drogas desde Sudamérica a Europa, África y Asia, según describen medios colombianos en sus crónicas. Este clan es una "estructura criminal que tiene presencia en 17 de los 32 departamentos de Colombia", que se dedica "exclusivamente al enriquecimiento por medio del narcotráfico y no a la contrainsurgencia", y es calificada como "la banda criminal más poderosa" de ese país según un informe del diario colombiano "El Espectador" de abril de 2016.
Los Usuga son un desprendimiento de las guerrillas paramilitares Ejército Popular de Liberación (EPL) y el Grupo Centauros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) de los hermanos Carlos y Fidel Castaño. En la actualidad el clan se conoce también como Autodefensas Gaitanistas de Colombia.