Este jueves por la mañana una escuela primaria de Empalme Graneros tuvo que suspender las clases luego de que la portera encontrara un mensaje amenazante acompañado de una bala. Para entender el contexto no hay que acotar la mirada a la institución educativa ni al barrio, sino pensar en este caso como un ejemplo más de cómo la violencia que parte de los conflictos entre bandas criminales se sostuvo en el tiempo y superando límites hasta alcanzar al resto de la comunidad.
La portera de la Escuela Primaria Nº 1319 José Ortolani llegó temprano este jueves a la institución ubicada en Cullen y Génova, barrio Empalme Graneros, y se encontró en la puerta con una hoja de cuaderno y una bala. Se trataba de un mensaje amenazante que tenía como emisores y receptores a integrantes de bandas criminales. La munición fue una firma elocuente y el blanco elegido una suerte de vidriera para lograr difusión por su impacto.
El mensaje estaba destinado a Alex "Araña" Ibáñez y Nicolás "Macuá" Castillo. El primero está preso en Piñero, donde había compartido el pabellón 9 con Julio "Peruano" Rodríguez Granthon, con quien según investigadores estaría ligado para administrar parte del narcomenudeo en Empalme Graneros. "Macuá", primo de "Araña", quedó preso a mediados de marzo cuando lo imputaron como coautor del homicidio de Máximo Gerez. Se trata del niño de 11 años asesinado al quedar en medio de un ataque a balazos contra una vivienda relacionada a la banda rival, identificada como "Los Salteños". Por ese marco, y por el contenido del mensaje, se cree que la amenaza hallada en la escuela fue enviada por gente vinculada a Los Salteños.
Con ese trasfondo los directivos de la escuela decidieron suspender las clases hasta el mediodía. "Informamos que esta mañana encontramos una nota mencionando personas ajenas a la institución. Se dio aviso a las autoridades correspondientes. Dado que durante las primeras horas de la jornada habría movimiento de personal externo a la escuela, las actividades habituales se retomarán desde las 11.30. Comedor y turno tarde funcionarán normalmente", decía un comunicado que fue fijado en la puerta de la escuela y llevaba la firma de su directora.
Después se pronunciaron ante los medios de comunicación el intendente Pablo Javkin, el gobernador Omar Perotti y el dirigente sindical Juan Pablo Casiello. Los tres, entre otros aspectos, destacaron que la amenaza no fue a la institución sino que la utilizaron para visibilizar un mensaje firmado por "la mafia" y dirigido a integrantes de una banda de narcomenudistas del barrio. Sin embargo destacaron que estas situaciones impactan en ese entorno social. Sobre todo teniendo en cuenta el recrudecimiento de la violencia que se vivió en Empalme Graneros durante marzo, luego del asesinato de Máximo Gerez.
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Eso quedó a la vista este jueves. La mayoría de alumnos que se quedaron sin clases viven en el mismo barrio que hace semanas fue escenario de la revuelta vecinal que alcanzó al derribamiento de puntos de venta de drogas. Y el mismo que desde entonces es foco de un operativo de saturación de la Gendarmería en medio de otros hechos violentos que se leyeron como consecuencia de aquel conflicto barrial. Como lo fueron las amenazas virtuales a los vecinos que habían participado de la revuelta o la balacera contra un depósito de garrafas. Este jueves el clima volvió a tensarse con la presencia de agentes federales reunidos en las inmediaciones de la escuela, custodiando la zona con armas largas. Otra parte del paisaje con el que los pibes están acostumbrados a convivir.
Sin embargo esta situación va más allá del episodio de este jueves. Sin ir más lejos el martes por la tarde, a metros de allí, fue baleado un muchacho de 25 años. Fue cerca de las 15, es decir en pleno horario escolar, en la plaza ubicada en Campbell y Génova, a menos de 100 metros de la escuela José Ortolani. La víctima, identificada como Federico M., recibió un disparo en la espalda y fue llevado por su madre al Hospital Clemente Álvarez.
Un dato simbólico y que habla de la historia reciente del barrio es que la plaza donde ocurrió este hecho lleva el nombre de Ariel "Chuky" Ávila, un chico que en febrero de 2014 fue asesinado a los 21 años luego de discutir con el transero de un búnker cercano a su casa. "Chuky" era rapero, tenía canciones que hablaban de la violencia en el barrio: un talento que había comenzado a despuntar en las clases de música de la Escuela Técnica Nº 660, la secundaria que funciona en el turno tarde en el edificio lindero al de la primaria José Ortolani.
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Casi una década después las letras de "Chuky" dan cuenta que los alumnos actuales de la escuela del barrio no son la primera generación en convivir con este contexto de violencia vinculada al narcomenudeo. Está claro a tal punto que la misma institución tiene en su historia otros casos en los que quedó atravesada por estas situaciones: en agosto de 2011 tres alumnos fueron baleados cuando salían de la primaria.
La crónica de aquel hecho cuenta que un nene de 7 años, uno de 10 y otro de 13 salían al mediodía de la primaria cuando quedaron en medio de un ataque a balazos. Los agresores iban en moto persiguiendo a otro rodado y no repararon en la escuela al gatillar una ráfaga de balazos que hirió a los alumnos. En ese tiempo los nombres que aparecían detrás de aquellas disputas eran otros, pero la trama de fondo era muy similar a la que todavía hoy continúa atravesando a la comunidad de Empalme Graneros.