Un peluquero de 37 años fue encontrado muerto el martes en su casa de La Florida. Muy querido por sus vecinos, José Alberto Benítez fue hallado boca abajo ahorcado con una remera en torno al cuello y sus manos atadas con cordones. Como no se detectaron aberturas violentadas, entre las presunciones iniciales no se descarta que la víctima haya conocido a quien lo asesinó. Otro dato relevante es que en la escena tampoco había indicios de robo.
Conocido como "Alberto" en el vecindario, desde hacía unos tres años Benítez vivía solo en una casa que alquilaba en Buchanan al 300, en zona norte, donde también tenía su peluquería. El martes a la mañana dos vecinas se asombraron al notar que el negocio, que siempre abría sus puertas a las 9 luego de que el peluquero volviera de pasear a sus perras, aún estaba cerrado.
Según fuentes allegadas a la pesquisa, un familiar que también trabajaba en la peluquería lo encontró tendido en el piso de la cocina. En el baño estaba abierta la ducha y dos vasos con una botella de gaseosa sobre la mesa completaban la escena, en la que a primera vista no se detectaron indicios de un robo e incluso se encontraron la computadora, una moto y el televisor.
Respecto de las aberturas, si bien una puerta lateral estaba abierta no se detectó violencia, de lo que se infiere que la víctima hizo pasar al homicida a la casa y que tal vez lo conocía de antes.
"No hay evidencia que implique pensar en que ha sido un robo y obviamente se descarta el suicidio por cuanto (la víctima) tenía sus extremidades atadas. Tampoco presentaba a simple vista heridas sangrantes", dijo el martes a la prensa la fiscal de Homicidios Marisol Fabbro, al frente de la investigación.
En cuanto la data de la muerte, los datos preliminares indicaban que la víctima pudo haber sido asesinada esa misma madrugada. Y como causa del deceso, en principio, se dictaminó muerte por asfixia "con un toallón".
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Marcelo Bustamante / La Capital
Llamativo
La fiscal comisionó al gabinete criminalístico de la Policía de Investigaciones (PDI) para llevar adelante las primeras medidas en la escena del crimen, como la toma de testimonios y el relevamiento de cámaras de vigilancia de la zona.
En ese contexto, llamó la atención el hallazgo de precintos plásticos como los que se usan para maniatar a personas.