Maximiliano Gastón Córdoba, de 23 años, salió de su casa de pasaje 525 al 500, barrio Molino Blanco, pasadas las 19 del miércoles. Iba a la casa de su ex pareja, ubicada a unas ocho cuadras sobre Escalante al 6500, a visitar al hijo de ambos. Unos minutos después, cuando ya estaba ahí, fue asesinado a balazos por un hombre que llegó en compañía de otro a bordo de una moto. La víctima era hermano de un adolescente de 15 años que está desaparecido hace un mes, cuyos familiares aseguran que no se fue solo, sino que se lo llevaron. Por esa razón temen que el crimen de este miércoles esté vinculado a ese conflicto, que en los últimos días incluyó amenazas a la familia .
El fiscal Patricio Saldutti, a cargo de la investigación por el homicidio de Córdoba, dejó en claro que la víctima era el único blanco del ataque ocurrido al atardecer del miércoles. "Lo fueron a buscar en forma directa. Había vecinos y familiares fuera del domicilio y no arremetieron contra ninguno de ellos", describió. Fue cerca de las 19.30, cuando Maximiliano estaba con familiares en la vereda de la casa de calle Escalante y vio que dos hombres que llegaron en moto frenaron frente a ellos.
Tal vez los reconoció y por eso lo primero que atinó a hacer, según el fiscal, fue correr para adentro de la casa. El acompañante de la moto se bajó, lo siguió y lo asesinó a balazos. En la escena del crimen se encontraron 12 vainas calibre 9 milímetros, correspondientes a los disparos. La mayoría, según el perito médico de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), impactó en la cabeza de la víctima. Luego, a la vista de vecinos y familiares de Córdoba, el homicida volvió a la calle, se subió a la moto en el cual lo esperaba el conductor y se escaparon a toda velocidad.
"No entendemos nada. No sabemos si estaba amenazado. A lo mejor sí y no nos dijo nada para resguardarnos", contó Vanesa, tía de la víctima, a La Capital. En la familia de Córdoba la incertidumbre surge a partir de al menos dos posibilidades en relación a los motivos de semejante ejecución.
Una es que el joven había comprado una moto tiempo atrás y que entonces se vio en medio de un conflicto con "gente pesada" del barrio. "Hay que contar lo que pasa en este barrio. Acá una persona laburante se compra una moto y viene fulanito de tal y te dice que le tenés que dar la moto porque es fulano, hijo de aquel. Así se están manejando, no con todos , pero sí con gente vulnerable ", contó un joven familiar de la víctima.
Por otro lado aparece un conflicto que data de al menos un mes. Precisamente desde la noche del sábado 23 de octubre, la última vez que Yair León fue visto con vida. Se trata de un adolescente de 15 años, hermano del joven asesinado este miércoles. Los familiares aseguran que el chico no se fue solo, sino que "se lo llevaron". Mencionan un contexto de violencia y amenazas que fue creciendo en los últimos días y en el que estarían involucrados otros chicos que solían juntarse con Yair. Los días previos al crimen de Córdoba la familia vio movimientos extraños alrededor de su casa, incluso a una persona que tomaba fotos sobre una de las dos viviendas que la familia comparte en pasaje 525 al 500.
¿Dónde está Yair?
La pregunta carcome a la familia del chico. Hace un mes que desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) envían un parte de prensa con la información sobre un adolescente desaparecido: Yair Leonel León, 15 años, 1.68 de estatura, contextura robusta, cabellos largos color castaño oscuro, ojos marrones. La última vez que lo vieron vestía un jean gris con roturas, una remera negra con estampa blanca, zapatillas negras y una gorra verde flúor. La causa se investiga como "búsqueda de paradero" pero también interviene el fiscal Adrián Spelta, de Homicidios Dolosos, por una serie de datos que surgieron durante la pesquisa.
Aquella última vez fue cerca de las 21 del sábado 23 de octubre. El chico le dijo a su mamá que se iba a comer un pollo a lo de Tavo. El joven que tiene ese apodo, junto a otros conocidos como Culón y Cato, son los apuntados por la familia como principales sospechosos de la desaparición de Yair. Sin embargo sienten que no se está investigando como corresponde.
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Celina Mutti Lovera
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"Que se diga que a él lo secuestraron, no que se fue", pidió Gustavo, padrastro del chico. "Mi nene no se va a ir porque sí. El trabajaba con nosotros, siempre me escribía y me avisaba lo que iba a hacer o me pedía permiso. Ese día me dijo que se iba a comer con el amigo y nunca más me escribió" , agregó Lorena, mamá de Yair, quien trabaja en el servicio de limpieza municipal en una plaza de la zona sur.
Varias versiones
Yair le contaba muchas cosas a su mamá. La mujer recuerda que hacía un tiempo el chico estaba yendo a cuidar una casa en barrio Tablada junto a su amigo Tavo. Dice no saber de qué tipo de casa se trataba, ni por qué tenían que ir a cuidarla ellos, aunque sugirió que podría tratarse de un entramado vinculado a la venta de drogas.
Lorena también recuerda que Yair había empezado a salir con una chica que había tenido una relación con otro de estos jóvenes, el apodado Culón. Este muchacho quedó detenido hace un tiempo y, según Lorena, desde la cárcel amenazó a Yair. "Cuando el pibe ese cayó preso le mandó a decir a mi nene que lo iba a hacer desaparecer" , aseguró Lorena. "Lo único que sabemos es que estos pibes se lo llevaron, que ellos lo entregaron. Ellos saben lo que pasó", agregó.
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Con el paso de los días comenzó a correr rumores en las cuadras de la zona sur donde todos saben que Yair está desaparecido. Uno de ellos es que los vecinos del barrio lo vieron discutir con los amigos en la puerta de la casa de uno de ellos. Que entonces el chico salió corriendo, lo persiguieron, lo interceptaron en un auto y lo subieron. "Dicen que corrió, que se le puso una moto adelante, que lo metieron en un auto y se lo llevaron", contó la mujer.
Búsqueda y espera
Los rumores también llevaron a la familia de Yair a recorrer los terrenos linderos al cementerio de Villa Gobernador Gálvez. Les había llegado el comentario de que el chico había sido asesinado y sus restos arrojados allí. Pero no lo encontraron. Lo mismo hicieron cuando les dijeron que el cadáver podría estar en la costa del arroyo Saladillo, que a pocas cuadras de la casa de la familia.
De cualquier manera para esta familia todo continúa siendo una incertidumbre sobre la cual se acumulan rumores. Ninguna certeza, más que la ausencia del chico. Ellos insisten en que se lo llevaron, que no se fue por su cuenta. Lo esperan con vida, pero entienden con preocupación la posibilidad de que Yair haya sido asesinado.
También dicen tener temor y por eso piden una custodia para la familia, integrada por varios niños. Hace algunos días vieron a los chicos con los que Yair se juntaba deambulando por la zona, pasando muy cerca de la casa de la familia. También, hace dos días, vio a un hombre sacando fotos a la casa. "Pedimos un móvil de la policía para que nos cuide y nos dijeron que tenían que balearnos la casa para poder poner una custodia", contó Vanesa, tía de Yair. "Ya está, ya mataron a mi sobrino, ¿ahora sí nos van a poner un coche?" , se preguntó.