Por Claudio Berón
Marcos Guenchul tenía 32 años cuando fue asesinado de un balazo la noche del 23 de julio de 2019. Tres personas están en la cárcel sospechadas de haber tramado y ejecutado su homicidio: su ex pareja Priscilla Denoya, de 33 años; Sebastián Caio Soso, de 31, y Maximiliano Panero, de 38. Los tres esperan un juicio con expectativas de altas penas.
Esa noche de invierno Omar Denoya, padre de Priscilla, llegó a su casa de Leprade al 4600 y no supo de la muerte de Guenchul. Pero cuando se enteró a la mañana siguiente el abismo se abrió ante él y su familia, especialmente sus nietas T, de 3 años y M, de siete meses y al cuidado de su madre en la cárcel de mujeres de 27 de Febrero y Larralde.
"Hace tres meses que una de mis nietas no ve a su madre, la otra está con ella en prisión", resume Omar sobre la situación.
Cuando el 19 de diciembre una brigada de Homicidios detuvo a Priscilla ella estaba allí, en la misma casa donde vivió siempre. La joven le entregó a su madre a T y a M y partió. Tres meses antes, en agosto de 2019, había sido detenido Soso, su actual pareja y padre de M. También ya había caído Panero, acusado como ejecutor.
El jueves pasado hubo una audiencia de Cámara en la que la defensa de Priscilla pidió la prisión domiciliaria, pero el trámite pasó a un cuarto intermedio y esta semana se espera su resolución judicial.
El castillo
"La primera vez que la fuimos a visitar a Priscilla a la cárcel T me dijo «¡qué hermoso castillo en el que está mamá!» y así lo sigue creyendo. La extraña cada minuto; llora todo el tiempo, volvió a usar pañales y no duerme bien. Su hermanita está igual de mal con el agravante de que además está encerrada junto con Priscilla, como es lógico", cuenta Omar.
El padre de Priscilla no duda de su hija, pone ante esto su lógica de hombre y de padre. "Mi hija no esta criada como para mandar a matar a alguien. Yo, con mucha valentía y dolor, se lo pregunté directamente y ella me contestó con una mirada que me heló y me repreguntó: «¿Vos crees que yo podría mandar a matar a alguien? No, no tenía ni idea»".
Para Omar la situación anterior al homicidio era de una vida común. "Durante 2019 Priscilla estuvo abocada a la crianza de T., a su pareja Sebastián (Soso) y a su nuevo embarazo. Su relación con Marcos había pasado por situaciones en la que los dos tuvieron roces. Pero eso ya había pasado a otra faceta para el mes de julio. Es más, teníamos una buena relación con la familia de Marcos y aún la tengo, ya que son los abuelos y los tíos de T. Es más, yo tengo mucho aprecio por Darío, el padre de Marcos, y cuando me enteré de la muerte lo llamé y lloramos juntos, aunque esta situación nos distanció mucho".
Revisión
La semana pasada hubo una audiencia de apelación para revisar la medida cautelar que mantiene en la cárcel a Priscilla y que ésta pueda acceder a una prisión domiciliaria. Por un lado se argumenta la falta de pruebas y por otro lado se invoca el "interés superior del niño", según confirmó el defensor de la joven, Fausto Yrure.
El fiscal que investiga el crimen, Adrián Spelta, maneja como hipótesis que tanto Denoya como su pareja Soso se confabularon junto a Panero para dar muerte a Guenchul.
En esa audiencia la camarista Carolina Hernández escuchó por primera vez a Priscilla, quien le contó de su situación actual. "Estoy seguro de su inocencia. Fue una declaración tal vez atípica en la que hicimos puntualmente foco en el interés superior del niño, en este caso las dos hijas de Priscilla", comentó Yrure al fin de la audiencia.
Opiniones
Durante la audiencia la jueza Hernández optó por citar a los organismos públicos abocados al tema de la niñez y a profesionales que den su opinión sobre la situación de las niñas, para luego resolver el pedido de revisión de cautelar y conceder o no la prisión domiciliaria a la imputada. La audiencia pasó a cuarto intermedio y tal vez esta semana se resuelva.
"Hay una verdad judicial y este juicio va a ser una batalla entre lo verosímil y lo verdadero. Soy un hombre de palabra y esa palabra esta empeñada hasta que se compruebe la verdad, yo tengo allí mi voz vacía. Cuando la verdad sea dicha mi palabra será recuperada. Confío en la Justicia y que mis nietas puedan recobrar a su madre y para ellas sea menor el dolor", dice Omar.
"Mi hija hizo lo posible para no tener conflictos con Marcos. Ya era una situación terminada. El fiscal sostiene que la beneficiada con la muerte era Priscilla, pero ¿quién se puede beneficiar si muere el padre de tu hija? Después del homicidio Priscilla se quedó en casa con mi nieta y esperando a su segunda hija. Estaba muy mal, no se levantaba del sofá. Me llegó a preocupar su salud", cuenta Denoya sobre su hija que, independientemente de esto, tuvo dos operaciones importantes cuando era adolescente.
Incomprensible
Los días de la familia son un ejercicio para entender algo que no comprenden. "Una beba de 7 meses está presa junto a su madre y eso es muy difícil. Creo en la Justicia y, así como las cosas se complicaron en un momento, mucha gente nos hace este paso por la cárcel menos doloroso. Por ejemplo M estuvo sin vacunas unas semanas y no podía dormir por los ruidos de la prisión y el tema se solucionó", relata Omar sobre una situación muy difícil por la cual su nieta de tres años está bajo tratamiento de terapia.
"Cuando llegamos a la cárcel en las primeras visitas ella vio un castillo y a su madre adentro. Pero ahora con la pandemia no la puede ver más y esto la pone en una crisis terrible. No quiere que nadie se vaya de su lado, retrocedió en su evolución y cuenta siempre del hermoso castillo y pregunta cuándo la va a ir a ver y cuándo va volver Priscilla. Estamos destrozados".
El "castillo" al que alude la niña es un pabellón de diez calabozos y una escalera que lleva a una plaza con pocos juegos. A veces se inunda y a veces se llueve. Hace dos semanas Omar le dejó a su hija una estufa. "Lo vamos resolviendo como se puede".
Si los días de Priscilla en la cárcel eran duros, pandemia de por medio son más terribles. "Mi hija le habla todos los días a T para contenerla de alguna forma, ya que no la podemos visitar, y ella misma ha cambiado. Cuando fue la muerte de Marcos me dijo «papá, el día que murió Marcos dejé de creer en Dios», pero ahora está leyendo la biblia y colabora con otras mujeres allí en la cárcel".
"Todos perdimos"
La familia Denoya no pierde el rumbo en todo este conflicto de muerte y relaciones cruzadas. "Este es un reparto de dolor. Sufrimos la muerte de Marcos y el dolor de su familia. Y sufrimos por Priscilla y nuestras nietas. Es una suma cero en donde todos perdimos y sufrimos mucho".
Quebrado emocionalmente, Omar Denoya sabe que su actual tarea es estar con sus nietas. La situación lo llevó a endeudarse para afrontar los gastos de esta etapa judicial, pero algo le ilumina la vista. "T es la luz que nos da fuerzas. Ella y M son hermosas y nos necesitan como nunca", dice mientras muestra en su celular una foto de Priscilla con T en una fiesta infantil. Allí aparece una Priscilla alta y elegante, un rostro anguloso y cabellos castaño y una sonrisa que abraza a su hija que está a su lado con disfraz de princesa. Una princesa que tiene como privilegio real que su madre viva en un castillo.