La avioneta proveniente de Bolivia que la semana pasada protagonizó un aterrizaje forzoso en la zona rural de San Jerónimo había ingresado al país de manera clandestina y descargado mercadería prohibida en una estancia de Arroyo del Medio, al norte de la provincia de Buenos Aires, antes de que los tripulantes se vieran obligados a descender cerca de Rosario con 30.500 dólares en su poder. Esos datos surgen de la imputación a los dos pilotos extranjeros que fueron acusados en la Justicia federal por delitos de contrabando de dinero en moneda extranjera, cruce clandestino de la frontera y adulteración de la patente de la aeronave. Quedaron en prisión preventiva por noventa días.
Los datos del GPS que se encontró cerca de la aeronave y el contenido de los celulares de los pilotos permitieron reconstruir el viaje del Cessna serie 200 que se secuestró el 3 de junio pasado, tras una denuncia reportando el aterrizaje en la comisaría 11ª de Estación Díaz, a unos 80 kilómetros al norte de Rosario. Los agentes no hallaron droga a bordo pero advirtieron siete bidones de combustible, elemento habitual en los vuelos clandestinos para el traslado de estupefacientes.
El viaje de la avioneta fue reconstruido por el equipo de fiscales federales que integran Jorge Onel, Natalia Palacin, María José de la Torre y Juan Carlos Aguirre, con la colaboración de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar). Así, se constató que la aeronave ingresó al espacio aéreo argentino de manera clandestina, eludiendo los puntos oficiales de control y las rutas reglamentarias. Se determinó además que habría transportado material prohibido y dinero en moneda extranjera desde Bolivia hasta Santa Fe.
A partir del análisis del material incautado los investigadores advirtieron que, antes de aterrizar de manera forzosa en Estación Díaz, los pilotos descendieron en un campo de la localidad bonaerense de Arroyo del Medio, en el partido de Pergamino, donde realizaron una descarga de mercadería prohibida que serían estupefacientes. Esa propiedad pertenece a un santafesino que fue miembro de la fuerza aérea, piloto de aviación y titular de una aeronave. En el terreno hay dos grandes galpones que habrían servicio para facilitar las maniobras.
Los acusados Mikjail Z.R., de 30 años y nacionalidad boliviana, y Milton Carlos A.E., peruano, de 54, fueron detenidos en un operativo cerrojo luego de abandonar la avioneta a pie. Llevaban consigo un cargador de arma de fuego con 14 cartuchos 9 milímetros, 35 mil dólares, 450 pesos bolivianos y 6.700 pesos de moneda nacional. Dentro de la aeronave, que llevaba la matrícula adulterada LV-RFV, habían cargado una antena satelital Starlink y un GPS Garmin.
En un trámite de formalización de la investigación los dos pilotos fueron imputados por el delito de contrabando de dinero en moneda extranjera por transporte aéreo, previsto en el Código Aduanero, además de la conducción sin certificado de habilitación y el cruce clandestino de la frontera, figura detallada en el Código Aeronáutico. Por último, responderán por la falsificación, alteración o supresión de un objeto registrado —la alteración de la matrícula de la aeronave—, conducta sancionada por el Código Penal.
Los fiscales pidieron la imposición de una medida de prisión preventiva para ambos por noventa días teniendo en cuenta el riesgo de fuga, la falta de arraigo, que los delitos enrostrados no prevén condena condicional, las “irregularidades migratorias que indican que tienen facilidad para abandonar clandestinamente el país” y su eventual pertenencia de los detenidos a una organización criminal; medida que fue autorizada por un juez federal.
Los dos detenidos contaban con antecedentes penales. Mikjail Z.R. había sido detenido en diciembre de 2021 en Ixiamas, localidad ubicada al norte del departamento boliviano de La Paz, tras el secuestro de 480 kilos de cocaína en una avioneta Cessna en una pista clandestina. En tanto que Milton Carlos A.E. había sido detenido en 2020 en México junto a otro piloto peruano como parte de una organización dedicada al traslado de drogas a Estados Unidos.
El análisis del GPS y de los celulares de los pilotos —donde se encontraron coordenadas de viaje, mensajes, imágenes y videos— les permitió a los fiscales concluir que la aeronave ingresó al país con una misión de contrabando de drogas. Hallaron conversaciones que refieren a “carga”, “descarga”, “material” y términos compatibles con la logística del narcotráfico. Además de un video en el que se observa la manipulación de un ladrillo que contendría cocaína.
Plan de vuelo
La pericia el GPS estuvo a cargo de personal de la Unidad de Procedimientos Judiciales (Uniprojud) de Gendarmería Nacional en Santa Fe. Allí figuraban puntos de ruta georreferenciados que fueron cargados manualmente durante el recorrido de la aeronave desde su salida de Bolivia el lunes 2 de junio hasta su caída en Estación Díaz al día siguiente. El primer día la aeronave pasó por un punto identificado como “Lora” a las 13.20 y a las 14.45 se detuvo en “Reco”, término que se decodifica como “recoger” la carga.
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A las 17.50 se registró el punto “Dormi” aún en Bolivia, en una zona cercana a Santa Victoria Este, en la provincia de Santa, donde se presume que los pilotos se detuvieron a pasar la noche. A las 8.15 de la mañana del martes 3 la nave ingresó al espacio aéreo argentino y sobrevoló el norte del país. El GPS perdió conexión a la altura de Chaco y la recuperó a las 12.59, ya en Santa Fe. La señal volvió a perderse entre las 14.40 y las 16.25. En ese lapso figura el punto “Alter”, lo que sugiere una maniobra alternativa.
El siguiente punto de ruta fue “Deja/Dejada”, lo que da la idea de que en ese horario se produjo la descarga en los galpones rurales de Arroyo del Medio en una aparente pista de aterrizaje, “un punto de interés operativo en el marco de una presunta maniobra de contrabando o narcotráfico”. Finalmente, a las 17.38 se registra el descenso de altitud y velocidad en Estación Díaz.
La secuencia dio cuenta de “un recorrido planificado con referencias personales a lugares de pernocte, recogida y entrega”, plantearon los fiscales.
Una selfie en la cabina
El segundo elemento de prueba clave fueron los celulares de los ocupantes de la avioneta, analizados por la División Antidrogas de Rosario de la Policía Federal Argentina y el Grupo de Operativo de Lucha Contra el Narcotráfico. Del celular de Mikjail Z.R. surgieron videos e imágenes de los cinco días anteriores a su arresto que “documentan fallas mecánicas en una avioneta, capturas de pantalla de conversaciones operativas y fotografías tipo selfie del imputado con auricular y micrófono en cabina de vuelo”.
Una fotografía muestra una camioneta con matrícula boliviana, en tanto que en las conversaciones con distintos contactos surgen tópicos sobre “entregas, recogidas, combustible, traslados y contactos logísticos”. Una conversación contiene un video de la avioneta, menciones a fallas en vuelo y expresiones como “nos vamos”, “cargo gasolina”, “con el perucho”.
Otra conversación del 3 de junio alude a la presencia de chatas de Gendarmería y dice: “No podemos salir de aquí”, lo que evidencia para los fiscales “conocimiento del riesgo y planificación logística para evadir controles”.
Del celular de Milton A.R. se recuperaron mensajes de un grupo de WhatsApp sobre envíos de coordenadas geográficas, imágenes satelitales y puntos denominados “recogida”, “dormida” y “final”. El piloto habla de la “meta”, avisa “estoy cargando”, se reporta “en tierra sin novedad” o “a 30 metros de la dejada”, lo cual “refuerza la hipótesis de una operación aérea coordinada de recogida, transporte y entrega de un cargamento”.
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Se recuperaron diálogos sobre la coordinación de vuelos, comunicaciones entre pilotos, consultas sobre pistas alternativas, reportes de ubicación y referencias al paso por Paraguay, así como menciones a aeronaves “tucanos” que los vigilaban, “todo lo cual configura una operatoria organizada y transnacional compatible con el tráfico de estupefacientes”.
A partir de estos elementos la Unidad Fiscal de Santa Fe solicitó autorización judicial para allanar tanto el predio rural y los galpones de Arroyo del Medio, en Bueno Aires, como el domicilio de su propietario ubicado en la localidad santafesina de Peyrano, medidas que fueron autorizadas por el juez de garantías Carlos Villafuerte Ruzo y que se llevaron a cabo este domingo. Como resultado de estos allanamientos se secuestraron un croquis de un campo, dos celulares, una notebook y un DVR con registro fílmicos.