La familia de Jonatan Ojeda, un joven de 17 años asesinado con un disparo en el rostro por un policía de civil en octubre de 2015, se constituyó ayer como querellante en la causa por el crimen que tiene a un agente imputado y en libertad desde hace más de un año. La versión oficial sostiene que el muchacho era perseguido tras cometer dos asaltos y fue baleado en medio de un enfrentamiento. Pero ahora los abogados de la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud, en nombre de la madre del adolescente, presentarán una versión alternativa. Es que ellos aseguran que el chico volvía desarmado de bailar y fue perseguido en su auto particular por el uniformado, del que sufría un hostigamiento previo.
La mañana del 15 de octubre de 2015 Jonatan Ojeda murió en la esquina de Garibaldi y Rodríguez, a pocos metros de su casa, tras recibir un disparo de un policía que lo persiguió cuatro cuadras. La policía presentó el caso como resultado de un enfrentamiento y le atribuyó al joven un revólver calibre 32 halladoen el lugar. En aquel momento los vecinos pusieron en duda esa versión y aseguraron que el arma fue plantada. Con la actividad de la querella esos testimonios se sumarán ahora al legajo que lleva adelante el fiscal Florentino Malaponte, quien ayer aceptó que se le diera participación a la madre del muchacho, Adriana Elizabeth Ramírez.
La mujer participó de una audiencia ante la jueza Irma Bilotta, quien aceptó su incorporación al proceso como querellante. Será representada por los abogados Salvador Vera, Analía Abreu, Nicolás Vallet y Guillermo Campana. El policía acusado, César Martín R., no se presentó a la audiencia. En su nombre actuó su abogado, Luis Tomasevich, quien adujo que el efectivo está de viaje.
César R. está imputado como autor de un homicidio agravado por el uso de arma de fuego, sigue en funciones y está en libertad porque la Fiscalía no requirió medidas de coerción personal.
Según los abogados, hasta ahora el legajo sólo recepcionó el relato oficial. Esta versión indica que esa mañana una mujer bajaba de un auto frente a una casa ubicada a unas tres cuadras de Garibaldi y Rodríguez cuando fue emboscada por un muchacho vestido con ropas llamativas que la golpeó con un arma y le robó algunas pertenencias. Tras ello la mujer le advirtió sobre el robo a la esposa del policía R., que vive enfrente de su casa.
Ese no es el único hecho que, según la fuerza, precedió al supuesto enfrentamiento. De acuerdo con las actas policiales, el chico fallecido también le había robado a tres chicas un celular blanco con tapa verde que luego sería hallado entre sus ropas. En ese marco el policía César R., entonces en funciones en la subcomisaría 22ª, se subió a su Volkswagen Bora y salió tras el ladrón, lo alcanzó en la esquina de Rodríguez y Garibaldi y allí se produjo un tiroteo. El joven se desplomó en la vereda y murió casi en el acto.
Desarmado
Los querellantes aportarán otra versión sobre los hechos. Sostienen que Jonatan esa noche había ido a bailar un club, luego se encontró en una casa con unos amigos y de allí volvía caminando a la suya, solo, cuando R. lo atacó a tiros desde su auto pese a que estaba desarmado. Plantean que el muchacho era víctima de hostigamiento por parte del policía (a quien conocía del barrio) por tener algunos antecedentes penales que lo llevaron a estar un tiempo alojado en Instituto de Recuperación del Adolescente de Rosario (Irar) y luego bajo arresto domiciliario.
"Ponemos en duda que haya cometido esos robos. En uno de los dos que le atribuyen las víctimas lo descartaron: dijeron que Jonatan no era la misma persona que les había robado. Y vamos a cuestionar el enfrentamiento porque los vecinos y familiares, que a esa hora estaban durmiendo, escucharon una sola ráfaga consecutiva de disparos. Ellos pusieron de manifiesto que, al acercarse a la escena, el arma que le atribuyen a Jonatan no estaba en su poder sino que la tenía el imputado", precisó el abogado Vallet. La familia, que participó de marchas frente a Fiscalía por casos de gatillo fácil, también asegura que al muchacho le plantaron "un monedero, una billetera y un pasacasetes".
Los abogados también buscaran precisar la mecánica del hecho. De las pericias surge que R. efectuó seis disparos y uno impactó en Jonatan. El arma calibre 32 tenía un disparo pero no se sabe si fue realizado en ese momento o antes. Tampoco hay certeza sobre cuándo se efectuó un disparo detectado en el guardabarros del auto del policía.
En el caso hubo denuncias cruzadas de amenazas entre los familiares y el acusado, al punto que a ambos les asignaron custodia policial. Por esto, y ante la ausencia de César R. en la audiencia de ayer, los querellantes entienden que debería permanecer bajo arresto preventivo ante el riesgo de fuga. Además analizan solicitar una imputación más grave y convocar a los testigos que hasta ahora no fueron citados.
"Hasta hoy sólo se conoce la versión de R. y la investigación se desarrolló en el marco de su coartada. Por eso acordamos presentar a los otros testigos tras la constitución de querellante por la necesidad jurídica de participar en el acto", añadió Salvador Vera.