Un ajuste de cuentas ordenado por la llamada mafia china es la hipótesis más
firme que siguen los investigadores del ataque sufrido el jueves a la tarde por un muchacho de esa
nacionalidad, hijo de un supermercadista, que fue baleado en la cabeza mientras reponía mercadería
entre las góndolas.
Para la policía, no fue un episodio fortuito y se descartó de plano que se haya
tratado de un asalto.
La víctima seguía ayer internada en el Hospital Clemente Alvarez con el
proyectil alojado en el cráneo y en estado muy grave.
Los pesquisas de la seccional 21ª, que actúan por razones de jurisdicción,
aguardaban la llegada de un traductor que ayudara a interpretar las palabras de los familiares del
muchacho.
Traducción. "El jueves conseguimos a una persona que habla chino, pero no pudo
hacer mucho porque esa gente habla un dialecto específico. A pesar de manejar un supermercado, no
pronuncia ni una palabra en español", confió uno de los detectives.
Los voceros ayer confirmaron algo ya adelantado por este diario en su edición.
La familia de Cou Lin Fhi había llegado hace 15 a Rosario proveniente de Capital Federal.
El padre del muchacho baleado había comprado el fondo de comercio del
supermercado ubicado en Callao entre Sánchez de Bustamante y Arijón, en la zona sur de la ciudad, y
allí se instalaron. En la parte delantera del inmueble funciona el comercio y en la trasera se
encuentra la vivienda que ocupa la familia del dueño.
El mismo problema. Al igual que en hechos anteriores atribuidos a venganzas de
la mafia china, las fuentes consultadas ayer dijeron chocar con el mismo obstáculo: el idioma.
"Un grupo de chinos, entre los cuales estaban los padres, estaba en el Heca,
siguiendo la evolución del joven. Otro estuvo con nosotros por lo menos 5 horas. Eran como 10
personas. La mayoría se comunicaba a través de un Nextel en chino", contó un vocero de la
investigación.
Ejecución. El ataque ocurrió el jueves a las 17.45. Dos hombres, con rasgos no
orientales, llegaron hasta el Súper Callao a cara descubierta. Uno se quedó en la puerta y el otro
avanzó hacia donde se encontraba Cou Lin Fhi, quien estaba agachado reponiendo mercadería.
El sicario caminó más de doce metros, rodeó una estantería y cuando tuvo a su
víctima a una buena distancia le disparó directo a la cabeza.
La bala ingresó por debajo de la oreja derecha de la víctima. Los médicos de la
terapia intensiva del Heca no pudieron operarlo para extraerle el proyectil porque se encontraba
ayer descompensado, por lo que no podía afrontar una cirugía, dijeron los voceros.