Las pericias de los teléfonos secuestrados a Esteban Enrique “Pinky” Rocha y Brisa Milagros Leguizamón, la pareja narco que se casó el 29 de enero del año pasado en Ybarlucea en el marco de una fiesta que culminó con un triple crimen en la puerta del salón de fiestas y que fue detenida el 5 de enero en Paraguay, son una de las claves para intentar determinar “cómo juntaron la plata para esa fiesta y para bancarse un año” prófugos en otro país.
Los pesquisas buscan enterarse cómo se financió Rocha, acusado de narcotráfico, en los últimos años, de los cuales uno pasó prófugo junto a su pareja en Paraguay. “Lo sustancial de Rocha es saber cómo juntó toda esa plata desde que lo excarcelaron en diciembre de 2020”, sostuvo un investigador de la Justicia Federal rosarina, mientras aguarda la extradición del hombre. Es que Rocha había logrado la libertad por un fallo de la Cámara Federal de Casación Penal porteña a fines de 2020 que anuló una decisión de la Cámara de Apelaciones de Rosario que había ratificado la prisión preventiva en el marco de su procesamiento y el de su pareja como responsables de la comercialización al menudeo de droga. Así, ambos esperaban el juicio en libertad, lo que aprovecharon para casarse y huir.
Rocha y Leguizamón fueron arrestados el 5 de enero último cuando tomaban unas cervezas en un bar cercano al complejo Miami Tower de la capital paraguaya, Asunción, donde se alojaban. Voceros de la causa estimaron, aunque aún no tenían la información oficial, que “el alquiler del departamento sería de unos 2 mil dólares mensuales”.
Requerida por la Justicia Federal argentina en una causa por narcotráfico que fue elevada a juicio a fines del año pasado, la pareja será sometida a proceso cuando sea extraditada al país. En ese sentido el fiscal de la causa, Federico Reynares Solari, ubicó a Rocha y Leguizamón como “eslabones intermedios o bajos” de la cadena de comercialización de drogas de una banda que era liderada por la ya condenada Olga “Tata” Medina junto a otra decena de implicados.
Según la investigación, Rocha administraba un búnker de venta de estupefacientes al menudeo en la zona sur de Rosario que era provisto por Medina _una mujer históricamente afincada en la zona norte_ a través de un intermediario de apellido Villalba, también condenado en el juicio que llegó a sentencia en diciembre. Pinky fue excarcelado en esa causa en diciembre de 2020 y recién se volvió a tener noticias suyas el 29 de enero de 2022, cuando tres invitados a su casamiento (una pareja y su pequeña hija) fueron asesinados a tiros a la salida de la fiesta que se realizó en un salón de Ybarlucea.
“Lo sustancial de Rocha es cómo juntó toda esa plata desde que lo excarcelaron en diciembre de 2020”, dijo un investigador del caso, y agregó: “¿Cómo obtuvo plata para la fiesta y para bancarse un año en Paraguay?” donde estuvo prófugo junto a Leguizamón. “Esperamos que de los teléfonos salga algo”, se esperanzó el pesquisa.
Voceros de la Justicia federal local también dijeron que solicitaron los teléfonos celulares de una docena de personas que estaban en Asunción junto a la pareja cuando fue detenida. Sin embargo, agregaron, “la policía paraguaya se los devolvió a los acompañantes” al entender que no estaban vinculados a la investigación. Así, los pesquisas mantienen sus expectativas en las pericias de los móviles de Rocha y Leguizamón para ver si allí pueden existir indicios de las actividades que realizaban en Paraguay y si sobre ellos, en la estructuta criminal, hay alguien más importante.
Los voceros paraguayos consideran que la pareja tenía un estilo de vida difícil de explicar con su participación como eslabones intermedios de una cadena de venta de drogas liderada por una “transera” como Medina. Su casamiento de enero del año pasado en el coqueto salón “Campos de Ybarlucea” al que asistieron unos 300 invitados fue precedido por preparativos en un lujoso hotel de Puerto Norte. La fiesta estuvo animada por los cantantes Sergio Torres y Juanjo Piedrabuena, ex vocalista del Grupo Alegría, todo lo que insumió unos buenos pesos.
>> Leer más: Brisa y Pinky, prófugos tras el triple crimen serán extraditados desde Paraguay
Cuando la fiesta llegaba al final sin que nadie supiera quienes eran los novios una trágica emboscada los dejó al desnudo. Iván Maximiliano Giménez, de 33 años; su esposa Érica Romero, de 37; y la hija de ambos, Elena, de un año, salían a bordo de una flamante cupé Audi TT cuando fueron emboscado por sicarios a bordo de una camioneta Volswagen Amarok blanca y acribillados a balazos. El auto de la familia apareció incendiado poco más tarde a un par de kilómetros del salón y entre los restos calcinados el cuerpo de la mujer. La investigación de ese episodio está en manos del fiscal Gastón Ávila.
Los investigadores apuntaron entonces como instigador del triple crimen hacia el capo narco rosarino Estaban Lindor Alvarado, condenado el año pasado a prisión perpetua por homicidio, lavado de dinero, asociación ilícita y otros delitos. La teoría de los pesquisas es que Giménez habría perdido un cargamento de drogas o le debía dinero a Alvarado. A la vez, se sospecha que Giménez había establecido relaciones con Los Monos, rivales históricos de Alvarado, como una manera de buscar “protección” de su antiguo jefe.
Mientras vecinos y amigos de Maximiliano Giménez entrevistados en su momento por La Capital lo definieron como “un pibe de la villa que echó vuelo y que movía guita y drogas para Alvarado”, la investigación del triple homicidio descubrió que el hombre era parte de una organización trasnacional de venta de estupefacientes que, entre otros, le bajaba droga a Alvarado y a Adelaida “La reina Tití” Castillo, una mujer de 58 años considerada presunta proveedora del llamado “Clan Loza” que opera en el noroeste argentino.
>> Leer más: Condenaron a una conocida vendedora de drogas de la zona norte de la ciudad
Entre los integrantes de esa estructura estaban mencionados Oscar Godoy (asesinado en octubre pasado) e Iván Giménez, una de los víctimas del triple crimen. Según hipótesis de la investigación de ese asesinato múltiple, Giménez era reconocido como “Maxi Rey” y “perdió” en octubre de 2021 una carga de entre 200 y 250 kilos de marihuana paraguaya acondicionada en paquetones en jurisdicción de Puerto San Martín. La droga fue arrojada desde una barcaza pero la persona que debía “pescar los paquetones” nunca llegó y la carga navegó río abajo apareciendo en el Remanso Valerio de Granadero Baigorria y hasta en Alvear, a unos 45 kilómetros de donde fue arrojada. Pero nadie la tocó porque se sabía que tenía dueño. En la calle se dice que el encargado de “pescar los paquetones” era Giménez. Y ese error habría sellado su suerte y la de su familia.
La causa por la que serán juzgados Rocha y Leguizamón cuando se complete el trámite de extradición desde Paraguay fue a juicio el año pasado aunque con el resto de los imputados ya que ellos estaban prófugos. El Tribunal Oral Federal 1 de Rosario dictó sentencia en diciembre y condenó a Olga Beatriz “Tata” Medina a 6 años y 6 meses de prisión. Como la mujer ya había recibido una pena el 29 de junio de 2020 también por narcotráfico, el tribunal unificó ambas sentencias en 8 años y 6 meses de cárcel. El fallo ordenó devolver los elementos secuestrados en la causa “que no guarden relación con el delito (....) a excepción de los que correspondieren a los procedimientos efectuados en el domicilio de Brisa Leguizamón y Esteban Rocha, quienes se encuentran rebeldes y su proceso suspendido hasta tanto sean habidos”. Finalmente, ambos fueron detenidos hace 18 días en Asunción, por lo que serán sometidos a juicio.