“Hoy arrancamos mal, nos robaron todo”, contó este miércoles, sin poder contener las lágrimas, Gabriela, la encargada del buffet del Club Unión Argentina, una histórica institución ubicada en San Juan al 4300, que esta madrugada recibió la visita de delincuentes. El mayor daño lo hicieron justamente en el bar de esa entidad de barrio, llevándose artículos como balanzas, cortadora de fiambre, un horno, un televisor y hasta las gaseosas que estaban guardadas en la heladera, todos elementos que todavía no se habían terminado de pagar.
Gabriela describió esta mañana con amargura lo ocurrido anoche. “Durante la madrugada abrieron el portón de calle San Juan. Como estaba muy asegurado desde adentro, rompieron la parte de arriba. Se llevaron todo lo que tenemos para trabajar. Las garrafas, el horno, el televisor, cortadora de fiambre, balanza y las gaseosas que estaban en la heladera”.
Gabriela contó que ella maneja y administra el buffet junto con a sus hermanos, los tres ex empleados de la panadería Lucana. “Cuando la panadería cerró, comenzamos a vender ropa. Con la pandemia de coronavirus tuvimos que cerrar y entonces seguimos con el buffet. Aún conservamos ropa que teníamos acá para ofrecer a los socios del club. Anoche se llevaron una parte de esas prendas. Otra la dejaron en una bolsa al lado de una puerta”.
En declaraciones al programa "El primero de la mañana" de LT8, la mujer contó que “había otras cosas del buffet que dejaron al lado de la puerta, listas para llevárselas. No sé por qué las dejaron allí. Tal vieron algo o sonó la alarma de la casa de al lado. Por eso no se llevaron todo”, agregó.
Gabriela señaló que “hace dos semanas se robaron el medidor de agua del club, lo mismo sucedió en la casa de al lado. El agua quedó corriendo todo el tiempo. Estamos así, desprotegidos. Esta mañana nos enteramos del robo cuando mi hermano, que vive enfrente, salió al patio de su casa y vio que había una hoja del portón abierta. Le llamó atención no ver el auto de mi otro hermano que siempre llega más temprano para recibir al panadero. Cruzó y se encontró con que nos habían robado”.
Tratando de contener las lágrimas, Gabriela afirmó: “Todavía estamos pagando la cortadora de fiambre, la balanza y las otras cosas. Sentimos mucha impotencia porque nadie hace nada. La persona que ingresar a robar tuvo que ser alguien muy pequeño, quizás una criatura. Abrieron 20 centímetros en la parte de arriba del portón”.
El club se practican deportes como taekwondo, judo (con chicos con discapacidades), telas y vóley. "Es un club de barrio y todo cuesta mucho. Cuesta cobrar la cuota que no llega a mil pesos. Todo lo que ingresa al club es para pagar impuestos y seguros. Siempre veo las noticias de la inseguridad y hoy me tocó a mí. Hoy arrancamos mal, nos robaron todo. Pero no queda otra que seguir haciendo sacrificios”, subrayó.