Grandote y voluminoso, “El gordo” Mariano Salomón no es una persona que pase desapercibida. Amigo desde la infancia y compadre de Claudio “Pájaro” Cantero, Salomón es un personaje que ocupó parte de la crónica policial en la última década siempre de la mano de integrantes de la familia Cantero y por añadidura de la banda de Los Monos. Conocido como "El gordo", “El gitano” o "Gordo Cacho (de facha)" Salomón se sentó junto al “Pájaro”,a César "Bola" Marchetti y Carlos “Chino” Fleitas en el juicio por el ataque a balazos contra los colectivos de Diego “Panadero” Ochoa en el que fue asesinado el pibe Walter Cáceres, hecho por el que fueron absueltos. A mediados de 2013 Salomón era una especie de chofer del entonces líder de la banda de Los Monos, aunque la noche en la que la muerte tocó a la puerta del líder “El gordo” no estaba en el boliche Infinity Night de Villa Gobernador Gálvez. Aquella noche encaró hacia el boliche Loft, en Pichincha. Allí lo sorprendió la noticia de la muerte de su amigo. En abril de 2018 fue fue a juicio con el núcleo duro del clan Cantero y fue condenado a 4 años y 6 meses. Desde el 7 de mayo pasado estaba bajo libertad condicional tras haber cumplido las dos terceras partes de su sentencia.
Salomón tuvo tres momentos culminantes en las crónicas policiales. El primero fue el 4 de febrero de 2010, alrededor de las 3 AM, dos micros entraban por la autopista a Rosario con hinchas leprosos que regresaban de la Ciudad de Buenos Aires tras un partido entre Newell's y Huracán fueron emboscados a balazos a la altura del playón municipal, por entonces un cañaveral. Un pibe de 14 años, Walter Cáceres, fue asesinado con tres disparos calibre 9 milímetros y otras dos personas resultaron heridas: Diego Malkovich (posteriormente fallecido tras un enfrentamiento con un policía) y Carlos José Mulatori. Ese hecho marcó la aparición de “El gordo” Salomón ante el gran público del policial. Según la acusación en el juicio por esta causa, Salomón “iba siguiendo en un auto a los colectivos de los hinchas de Newell's y pasándole la posición del micro a los sicarios que esperaban para emboscarlos en barrio Las Flores”, según indicó la entonces jueza de Instrucción Raquel Cosgaya. En el juicio Salomón fue absuelto.
El segundo fue en junio de 2016 cuando efectivos de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) lo detuvieron en una vivienda ubicada en Hernandarias al 900, en Lomas del Mirador, partido bonaerense de La Matanza luego de estar prófugo durante tres años sindicado como integrante de la banda de Los Monos. "Yo no sentía pertenecer a esa banda. Estaba en un lugar metido donde no sabía qué era. Yo me dediqué toda mi vida a comprar y vender autos", declaró Salomón horas después de ser detenido. Según la investigación del expediente 913/12 llevada adelante por el entonces juez de Instrucción Juan Carlos Vienna, Salomón era uno de los encargados de inyectar dinero mal habido en inversiones de Los Monos, especialmente con la compra y venta de autos. En abril de 2018 fue condenado a 4 años y 6 meses de prisión como integrante de una asociación ilícita organizadas por sus líderes Ariel “Guille” Cantero y su hermano Ramón “Monchi” Machuca.
Desde el 7 de mayo pasado, cuando ganó la calle nuevamente bajo libertad condicional, “El gordo” se mantuvo 18 semanas fuera del radar de la Justicia. El viernes a la mañana fue detenido en el barrio porteño de Villa Luro sindicado en siete expedientes por "extorsión, amenazas calificadas, abuso de arma de fuego sobre domicilios particulares y lesiones graves en contra de personal policial". El 27 de agosto pasado la fiscal Lorena Aronne le dictó orden de captura en el marco de una serie de 25 allanamientos desarrollados en Villa Gobernador Gálvez, Pérez y la cárcel de Piñero, a manos de efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Gendarmería y Tropa de Operaciones Especiales (TOE) donde fueron detenidas y demoradas una veintena de personas. Entre los objetivos allanados estuvo la celda de Leandro "Pollo" Vinardi _hombre de Los Monos_, quien cumple 13 años de condena por el asesinato de Sergio Pared, ocurrido en febrero de 2013.
Por esos días la fiscal Aronne ya investigaba una serie de hechos de intimidación y amenazas en Villa Gobernador Gálvez, que venían de la mano de la disputa territorial entre el “Gordo Dany”, como se reconoce a Héctor Daniel Noguera, y Ariel Carlos “Jerry” Gaeta, de 49 años, ejecutado en el doble crimen ocurrido el miércoles 5 de agosto Savio al 2500, barrio Matheu. Noguera fue detenido pocas horas después del crimen de “Jerry”.
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Según la hipótesis fiscal es que la trama de aprietes estaba gestada y organizada desde el pabellón 7 de la cárcel de Piñero, lugar en la que cumplen condenas varios hombre de la organización, y regenteada en la calle por leales a Los Monos: la banda del Gordo Dany y ahí entraría a tallar la figura del “Gordo” Salomón, hombre de confianza de los Cantero, como intermediario o mediador entre el pedido del pago y el refuerzo de los ataques a balazos como recordatorio. Oficio que mantuvo entre 2005 y 2009 cuando comercializaba de vehículos en diversos locales de Tiro Suizo y Las Delicias.
De acuerdo a los siete expedientes en los que está siendo investigado Salomón, el blanco de los ataques eran una gomería de Ayacucho y Marco Polo, a cuyo propietario le pidieron un millón de pesos y le balearon la casa; un local de compraventa de autos, la concesionaria “Teo Motos”, que funcionaba en Pablo Iglesias y Juan D. Perón de Villa Gobernador Gálvez, a cuyo dueño le requirieron 300 mil pesos; y sobre dos gremialistas del sindicato de Municipales de VGG, entre ellos su secretario general. La mecánica de los aprietes eran mensajes alternados con ataques a balazos.
El 29 de agosto la fiscal Aronne imputó a varios de los detenidos en los allanamientos dos días antes, entre ellos a uno de los hermanos del “Gordo” Salomón, Luciano, de 26 años, y a Darío Marcelo Miguel, de 29 (integrante de una de las familias más gravitantes de gitanos en la región, como parte de los extorsionadores que atacaron al gomero Gustavo Ramón A., de Ayacucho y Marco Polo). A ambos el juez Héctor Núñez Cartelle les dictó prisión preventiva por el plazo de ley, es decir al menos dos años extensible extraordinariamente a tres.
Según la acusación, el 25 de julio Luciano y “Pitu” fueron a la gomería y requirieron el pago de un canón. “Mirá que si no vas a tener problemas con «Pollo» Vinardi y «Chino» Fleitas (gente de Los Monos presos en Piñero). Previamente le habían enviado a su domicilio particular en Villa Gobernador Gálvez una misiva que decía: “Pagá o la maestra se muere”, en referencia a la compañera del gomero y “a la gomería no la abrís mas”.
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Por entonces, Ramón pensaba inaugurar sobre un gran predio de Ayacucho al 6300 una feria similar a La Salada que funciona en el Gran Buenos Aires a la que había identificado como “Feria Parada del 54”, en alusión a la antigua punta de línea de la otrora línea de colectivos 54 negra. El lugar tenía 47 stands distribuidos en galpones y el alquiler de cada uno fluctúa entre 9 mil y 12 mil pesos por mes. La idea era inaugurar en los próximos días.
Cuando estaba por abrir, relató, "se acercó un tipo y me dijo que venía en nombre de «Guille» y que tenía que pagar si quería abrir. Pero después vinieron otros y me dijeron que no venían en nombre de Los Monos, que era otra cosa, y les dije que no iba a pagar. Entonces me balearon la casa. Me voy, mi mujer hace años que es docente y dejamos todo”.
El 31 de julio Luciano y Miguel le pidieron a Emilio y Brian A. _parientes del gomero que tienen una concesionaria de autos en San Diego y San Martín de VGG_, 400 mil pesos y un VW Bora. Para que no se olvidarán, les dejaron una nota con dos balas a las puertas de la concesionaria. Al día siguiente las víctimas pagaron 100 mil pesos y un Bora gris.
En la audiencia la fiscal también mencionó evidencia sobre extorsiones en el barrio De La Carne y ataques mafiosos que tuvieron como blanco al dueño de la concesionaria “Teo Motos” al que le exigieron 300 mil dólares. Le atacaron el local el 4 y 12 de agosto pasado. Luego de esos ataques la concesionaria fue cerrada. Teodoro K., el dueño dijo: “30 mil dólares, tengo que vender 180 motos para juntar ese dinero. Eso si; la empresa me las tiene que regalar y yo venderlas, no sacarlas de las ganancias”, explicó.