Uno de los casos más trágicos ocurrió el 18 de abril de 2011 en la autopista Rosario-Córdoba cuando Oscar Renna mató a su hijo Lucas y a un delincuente que pretendía asaltarlos. Eran cerca de las 22 de ese fatídico día cuando Lucas iba con su esposa hacia la casa de ambos en Roldán y debieron detenerse a cambiar un neumático.
Como el gato del coche no andaba bien, el joven llamó a su padre para que lo ayudara y así Oscar llegó al lugar en su camioneta. Entonces aparecieron dos personas en la oscuridad y el hombre de 53 años decidió echar mano al arma que tenía en la gaveta del vehículo. Cuando el ladrón lo vio armado utilizó como escudo a Lucas y disparó. Renna hizo lo propio y su hijo cayó.
El tiroteo, en plena oscuridad, terminó con dos muertos: Lucas y Ricardo Javier Castaño, uno de los asaltantes. Las pericias luego demostraron que ambos habían muerto alcanzados por la misma bala disparada con la pistola Ballester Molina calibre 11.25 de Oscar.
Renna fue sobreseído bajo la figura de "pena natural", ya que el juez Juan José Pazos consideró que el daño causado, la muerte de su propio hijo, ya era lo suficientemente mortificante. Tampoco fue condenado por la muerte del ladrón, considerada un acto de legítima defensa.